Pero qué le voy a hacer, nunca fui muy lista, ya se sabe; y creo que en el fondo cada día lo soy un poco menos dividiendo mis períodos mentales en una compleja e interminable divagación de un tema en concreto, o por el contrario totalmente inmersos en la nada absoluta de quien lee algo absorto olvidando que el mundo existe. Algo, como si fuese corriente, pero en realidad me refiero a mí leyendo toda la bibliografía de Murakami.
En el fondo, que tengo una preocupación que por imbécil he contado a algunas (demasiadas) personas el problema, y eso es echarle hierro al asunto. Pero como sé de siempre, no destaca mi brillantez.
Son las cinco y media de la madrugada de un viernes, pasada la noche del jueves en que yo no tenía ninguna mínima intención de salir.
Y bueno, que ni me apetece buscar una metáfora para explicar esa maldita preocupación.
Voy a concentrarme solo en Nudozurdo ahora. Buenos sueños a todos.
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