sábado, 31 de mayo de 2014

Cada loco con su tema.

Estaba pensando en lo triste que tiene que ser la vida de las personas que viven con la necesidad de publicar en cada momento lo bien que están SOLO para que los demás lo vean y piensen que son felices.
Quiero decir, soy una persona que se pasa la vida 24/7 en twitter, tumblr y demás redes sociales; como todo hijo de vecino publico y reblogueo lo primero que se me pasa por la cabeza, por el mero hecho de que me haga gracia a mí o porque pueda hacerle gracia a alguien, o ambas cosas.
Pero a lo largo de mi relación con las redes sociales, he conocido gente (fuera de ellas) que simplemente las utiliza para "dar envidia" (o intentarlo, mejor dicho) de lo bien que están. Y lo mejor de todo, es que se emparanoian pensando en que los demás utilizan las redes sociales con el único y mismo fin que ellos. Y llenan sus perfiles de indirectas que nadie se molesta en tomar en serio. Normal.
Y lo más gracioso de todo, es que no engañan al resto, pero se convencen a sí mismos de que todos los problemas de su vida derivan de la gran envidia que les profesan el resto de seres vivientes. Y el fondo de su problema se encuentra en que tienen envidia absolutamente de todo lo bueno que les pasa a los demás, incluso de lo malo. Creo que hay gente que tiene hasta envidia de las desgracias ajenas porque les gustaría que alguien les prestase la misma atención que merece la gente con problemas serios.
Y así va el mundo.
A mí siempre me han dicho que lo publico todo en twitter, pero qué voy a hacer, no sé hacer un chiste y quedarme con él, porque seguro que en el mundo alguien más lo encuentra gracioso. O simplemente porque estoy lejos de casa y quiero que mi familia/amigos vean que realmente estoy bien. O por aburrimiento. Pero conozco gente que directamente te dice "voy a poner esto para que vean que paso de su culo" "han puesto esto y solo quieren hacerme daño" "voy a publicar esto para que el hijo del vecino de la tía de mi primo se de por aludido y sienta mi odio desde su casa en la otra punta del mundo".

Sinceramente yo veo una diferencia entre lo uno y lo otro. Igual la loca soy yo que ve la diferencia donde no la hay.
Seguramente.
Pero cada loco con su tema y la locura en casa de todos.

Y también creo que los mejores momentos son aquellos en los que no tienes un móvil en la mano ni la necesidad de contárselo a alguien.
Buenas noches.

viernes, 30 de mayo de 2014

Aquí no encontraréis historias bonitas.

Tengo una entrada que lleva más de un mes en borradores, quizás más, quién sabe, he perdido la cuenta.
Me trago palabras que cada vez golpean más fuerte por dentro, y que todavía no sé de dónde han salido.
Tengo el inventario de recuerdos de la historia más bonita que en la vida viviré. Porque sé que no la viviré, esas historias solo le pasan a la gente bonita. Es lógico ¿no? Yo lo más bonito que haré en mi vida serán... quién sabe, cuatro garabatos en un papel cualquiera que regalaré a algún bueno amigo en su cumpleaños y le robarán un par de lagrimitas.
Creo que simplemente hay gente que no nace para ello. Para ser bonito, digo. Se tiene, o no se tiene. Y en veinte años yo nunca he creído tenerlo. Pero al menos tengo a mi alrededor personas bonitas que me tienen en sus historias a veces.
Oh simple things, where have you gone, I'm getting old and I need something to rely on.
Porque las cosas simples son las mejores, y cada vez están más lejos. Sabemos lo que queremos, pero lo alejamos, queriendo o sin quererlo. Es lo que hay, el mundo es una maraña de personas que cómo carajo van a entender al resto si ni se entienden a ellas mismas.
Personas que odian a otras personas, que se odian a si mismas, que odian odiar tantas cosas. Personas que no van a conseguir llegar jamás a ningún sitio que se propongan, porque no tienen el valor de proponerse nada en serio.
Y es que no hay más pena que el que quiso alguna vez y nunca lo intentó. Dicen Bassmatti y Vidaur.
Esta noche no podía dormir, y he pensado que quizás me ayudaría intentar plasmar algo de lo que me pasa por la cabeza, pero creo que en realidad hay tantas cosas que no sé por cual empezar. O bueno, sí sé, pero no me atrevo. Vaya novedad. Y mejor ¡Oh, calláte! porque sabes que no te vas a atrever en tu vida a nada que requiera un mínimo riesgo, porque sabes que ese mínimo riesgo siempre es máximo, y que no tienes en tu mano esa, no suerte, sino valentía para intentar llegar hasta donde te gustaría estar. Porque sabes que no llegarías a ese sitio, porque si no has llegado en veinte años, ¿qué ha cambiado para hacerte llegar ahora? Nada.
Crece Andrea. Madura de una vez, quizás deberías hacerte ese favor.
Acepta lo que sabes, porque lo sabes y qué narices, si nadie ha logrado cambiar el mundo ¿qué tienes tú de especial para lograrlo? Pues nada. Si te lo dices tu solita.
 Venga, ya has hablado bastante sola contigo misma por hoy.
A dormirla.

jueves, 15 de mayo de 2014

Show de Truman parte II

Es gracioso cómo la gente se empeña en catalogar al resto de personas como buenas o malas, oye, ni que esto fuese una película eterna y cualquier día se fuese a caer un trozo de decorado, se acabase el show de truman II parte, y al otro lado de lo que creíamos real se encontrasen millones de espectadores que se creen con la capacidad de juzgar y criticar la bondad o falta de ella de todos y cada uno de los actores, hasta de los más secundarios y olvidados.
Me hace mucha gracia, tanta como que el concepto de ser buena persona a día de hoy haya derivado en ser tonto. También me hacen gracia las personas que se empeñan en remarcar lo buenas que son, como si tuviesen que convencer a alguien de ello, cuando en realidad, lo único que les atormenta, son sus conciencias.
 A quién queremos engañar. Los demás, te conozcan o no, van a juzgar que seas mejor o peor persona en base a lo que ven (por desgracia también en influencia por lo que les cuenten, qué se le va a hacer), y por mucho que te empeñes e intentar convencerles, su opinión es personal. Y a ti qué narices te importa que ellos crean que eres mejor o peor persona, supongo que lo importante está en lo tranquila que está tu conciencia cuando te vas a dormir por las noches.

 Las películas ya no son en blanco y negro, y por muy vintage que algunos se empeñen en ser, el mundo tiene escalas, gamas y tonalidades. El blanco se ensucia de usarlo y el negro pierde color. Es como si el mundo se empeñara en que cada persona fuese el típico actor encasquillado en un papel, y que a partir de ahí, nadie le recordará por más espectáculos que por uno en concreto. Y a mí me molestaría que alguien supiese el nombre de mi personaje en una película pero que fuese incapaz de saber cómo me llamo en persona.

No sé si me explico. No es que piense que las personas cambien de un día para otro, ni tampoco que no existan peores o mejores personas en lo que a bondad y empatía se refiere; quiero expresar lo curioso que es el hecho de que a día de hoy, se siga pensando que las personas son o buenas o malas y ya.


Como si no existiese el gris.

lunes, 12 de mayo de 2014

Soledad de barrica.

Hoy estaba con un amigo, con un viejo amigo. Y estábamos hablando de lo importante que es "saber" estar solo. Y yo le decía que en esta vida si no sabes estar solo no sabes estar con nadie, no se puede pretender que la gente quiera estar con alguien como tú si no sabes convivir contigo mismo. Y se ha quedado mirándome con los ojos abiertos y diciendo "jope Andrea, cómo hablas". Y me ha hecho gracia, porque hay mucha gente que no es capaz de ver esto, personas con miedo a estar solas, como si estar solo fuese malo. Será por no haber tenido sólidos amigos de infancia y gracias a ello haber aprendido que la soledad es como un vino, al principio nos puede resultar insípido, pero con el tiempo envejece, madura y se enriquece. Una persona que ha estado sola, sabe tratarse a sí mismo, y sabe tratar a los demás, madura y se enriquece, es como el vino. Ha estado en barrica, reposando y mejorándose a sí mismo (en la medida de la posible) no para hacerse más agradable a los demás, sino para estar más a gusto consigo mismo. Y es que si estando solo no eres capaz de estar de otra manera que amargado, es lo que vas a transmitir a los demás.
Me hace mucha gracia cuando alguien no lo entiende (gracia, pues por decir algo). Es curioso, hay gente que de verdad piensa en aferrarse a un clavo ardiendo con total de tener a alguien a quien abrazar por las noches y contarle sus penas. Y eso me da pena a mí. Las personas deberían elegir estar con quien pueden ser ellos mismos. Y, amigo, si no sabes ser tú mismo estando solo, no podrás serlo estando con nadie.
O eso creo yo. Que tampoco sé nada de la vida y pareceré aquí una patética del tres al cuarto que intenta autocomplacerse convenciéndose de lo mucho que le gusta la soledad. 
No sé. Pero a mí me gusta más la soledad que muuuchas personas. Aunque eso no quiere decir que carezca de personas que me gusten cuando no necesito estar sola. Es curioso yo cuando estoy con mucha gente, necesito soledad, y en cambio hay personas que cuando pasan "más rato de la (su) cuenta solas", necesitan desesperadamente compañía. 
Qué cóncholes, me gusta la soledad, no necesito compararla con nadie. (No quiero decir con esto, que no me guste estar acompañada de las personas a las que tengo cariño, que luego todos se confunden y Andrea es una piedra que no soporta a nadie y va vivir en una cueva toda su vida haciendo fuego con piedras y sin saber nada del mundo).
No he sido nunca una persona con autoestima, ni contenta conmigo misma ni esas mierdas que debería hacer todo el mundo. Pero cuando estoy sola, nadie me juzga, nadie me respira fuerte... 
Igual la clave en esta vida es encontrar a alguien que sea aún mejor que estar solo, y no alguien para dejar de estarlo.
Y qué narices, por una vez yo me entiendo.


martes, 6 de mayo de 2014

Gato encerrado.

La curiosidad no mató al gato, lo mataron por ser curioso. Pero es más fácil que las culpas las asuma la curiosidad a los que apalearon al pobre gato por no conformarse con lo que le decían. 
Y así con todo. En el mundo parece que aumenta la alergia a la culpa y la responsabilidad, a todas las escalas posibles. Comodidad por encima de principios. 
Y ¿qué son los principios? ¿a qué los estamos reduciendo? ¿La "curiosidad" ha matado al gato o lo tiene encerrado dándole principios de comer? 
Cada vez lo tengo menos claro. Pero si no abrimos la caja jamás sabremos si el gato respira, ha estirado la pata, por qué lo encerraron o si Schrödinger nos vacila y no metió ningún minino dentro de esa caja imaginaria pero nos ha tenido todo este tiempo absortos de las cosas importantes por pensar en un puto gato. 



Dejadme, que si no me entiendo ni yo, como para saber explicarme.

lunes, 5 de mayo de 2014

Frustración.

Hoy necesitaba escribir. Y no podía. Y estaba frustrada, supongo que por tener mil temas y no saber cómo centrarme en uno y abordarlo en profundidad. Así que igual tengo que pelearme con el tema frustración a secas. Quién sabe.
Odio esa sensación, ese necesitar expresarte y no encontrar la manera ni las palabras. Tanta amplitud de vocabulario y luego lo mucho que nos cuesta usarlo bien. Creo que en el colegio, en vez de enseñarnos tanta palabrería, tendrían que enseñarnos a jugar bien con ella. Como todo, supongo. Muchos (diría todos, pero no está demostrado) tenemos cerebro desde siempre, y como se supone que lo tenemos, nadie se molesta en enseñarnos a entenderlo, si eso, a medio utilizarlo a veces. Y claro, nos olvidamos de comprendernos a nosotros mismos, y pasa lo que pasa.
Pues con expresarnos, lo mismo. He aprendido más por mi cuenta tras horas y horas de aumentar mi miopía que gracias a las inaguantables y obligatorias clases de gente que perdió la vocación hace años.Creo que le debo más a las montañas de libros que he devorado en mi vida, que a la mayoría de mis profesores.
Y poco a poco voy entendiendo que esta horrible frustración viene de lo mucho que ha descendido mi amplitud lectora desde que entré a la universidad. He pasado de cien a cero. Y por mucho que digan que una vez que aprendes a ir en bicicleta no se te olvida, espero que se me permita ponerlo en duda.
Todo lo que he aprendido tras años de tener más amigos imaginarios y de papel que reales lo estoy dejando de lado. A veces no encuentro ni palabras, ya no digo la manera de combinarlas. En ocasiones me resulta más fácil formular una frase en inglés que en mi idioma materno. Y no me gusta. Nada de nada. Se me rompió la expresividad de no emplearla con propiedad y ganas.
Como todo, como el corazón, de tanto no usarlo y esconderlo, terminamos por no recordar cómo funcionaba.

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^