viernes, 27 de diciembre de 2013

Sin noticias de Andrea.

Volver la vista atrás y ver que no eres nada de lo que te caracterizaba hace tres años, no queda inocencia, ni timidez, ya no eres la chica que no sabía ser borde, ni la que no se enfadaba jamás. Y no sé si es que acumular años acumula daños también, o algo así.
Tengo diecinueve años, nunca he estado enamorada, y no creo que pueda estarlo. No sé si porque para querer a alguien te tienes que querer mucho a ti mismo primero, o porque cada vez confío menos en que la gente fuera de tu familia te quiera desinteresadamente, (well, es tu familia, se supone que tienen que hacerlo) (and well, también hay un par de amigos muy buenos, que en el fondo se acaban considerando casi familia); y luego ves esas parejas, no no, no las de la tele, las que te encuentras por la calle, las que conoces, las de ancianitos que sabes que harían cualquier cosa por la otra persona, y te preguntas por qué el resto del mundo sí. Y claro, te das cuenta de que quizás la rara eres tú, que jamás serás capaz de querer a alguien (excepto quizás a tus futuros gatos). Y bueno, en realidad no es que me preocupe esa posibilidad de no encontrar nunca a nadie que me quiera; lo que me preocupa es no encontrar nunca nadie a quien querer, no saber lo que se siente, y sentir cada vez menos.
Joder, a veces me gustaría tener en mi cabeza a la Andrea que era, tiene que estar en alguna parte. En la Andd de hoy hay demasiados malos rollos que cada vez me gustan menos. Quiero un poco de esa inocencia, de esa confianza en el mundo, de esa timidez, incluso un poco de esa persona a la que no le disgustaba la gente, ni le incomodaba el contacto con otras personas. A veces incluso quiero un abrazo. Pero Andd y Andrea guardamos el secreto.
¿Dónde estás, chica en su primer año de instituto?
Te necesito, te echo de menos, sin ti me va mejor, pero a veces estoy peor.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Adiós sonrisas rotas. O no.

Do you ever feel like a plastic bag?
Pues yo sí, y cada día más. Como cuando no encajas y ya no sabes cómo girarte para encontrar a qué puto puzzle perteneces. Y es que en realidad nunca lo has hecho. Y ya vamos a cumplir tres años de estar aquí, y ya toca dejar de ser la chica de la sonrisa rota, por lo menos ortodoncísticamente, porque a partir de este sábado todas las sonrisas rotas que me quedan no van a depender de unos hierros más o menos efectivos.
Quizás el problema esté en mi cabeza y tenga que asumir que será así siempre, que el único sentimiento que tengo desde hace mucho tiempo es el de necesitar desaparecer. El de "me quiero ir de aquí, sin que nadie lo note, despacito". Quizás solo necesite empezar de cero. Pero qué narices. El problema está en mí, en mi cerebro y en mis sonrisas rotas. En haber creado una maldita armadura que no me deja sentir, en rechazar todo tipo de cariño y contacto humano, en repeler al resto del mundo. El problema está en no creer que se pueda querer a alguien, pero qué coño, si no te quieres a ti mismo, cómo narices vas a creer que puedes querer a alguien. Pero bueno, al menos conseguimos sacar sonrisas a la gente cuando lo necesita. It's something.
Pero aquí seguimos, contando "sentimientos" a una página que (gracias a dios) poca gente lee, estando rodeada de personas, y sabiendo solo desahogarme en mi rinconcico de internet.
Y aquí seguimos, con más ganas que nunca de decir un par de  "cómemela de canto"'s bien dichos. Y con ganas.
A pastar (proyectar).
Nanit.

martes, 26 de noviembre de 2013

Pandas con complejo de minino.

Hoy empezó siendo un lunes con complejo de domingo, ya es martes, y aquí sigo, con una taza de café humeante y un cabreo de la hostia. Suena música, y se me pasa un poco.
Pero qué esperaba, se me olvida aprender, y no aprendo que me olvido cosas.
Y así vamos. Soportando una tras otra, con sonrisa de gilipollas y paciencia, MUCHA paciencia.
Y mira que me gusta tener confianza en algunas cosas, pero por mucho que me esfuerzo en algunas cosas que creo, siempre tiene que haber alguien que lo destruya. Aunque a veces sea yo misma. Aunque muchas otras veces no lo sea.
Por un lado el cabreo.
Por otro, la curiosidad. La curiosidad dicen que mató al gato. Y yo, aunque más panda que minino, también me estoy cavando un agujero (aunque cerebral). Maldita manía de fijarme en rarezas. Y peor aún, puñetera costumbre de que me tengan que gustar.
Y así sigue este lunes que empezó como domingo y ya se ha convertido hace un largo rato en martes. Con más nudos en la garganta de tragar muchas cosas, y cada vez menos cuerda, qué irónico.
Irónico. La palabra que más me describe.
Todo tan irónico.
Y tan random. Como mi cabeza, mi lista de reproducción y, qué narices, en realidad todo lo que me gusta.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Maneras.

He descubierto que a veces nos tenemos que conceder el permiso de rendirnos. El placer de decir, otro año será, prefiero vivir este. Por mi salud mental, o por todas las películas que tengo pendientes por ver. Porque merece la pena aprovechar cada momento, pero también merece la pena saber repartirlos.
Y no sé, quizás algún día me arrepienta de dejar la carpeta de proyectos en aquel rincón bien escondido del desván para lo que queda de curso, pero sé que no va a ser ni hoy, ni mañana. Y quién sabe, quizás nunca.
A veces nos exigimos demasiado, pensamos que si otros pudieron, nosotros también. Pero luego nos damos cuenta de las cosas que nos estamos perdiendo, de las preferencias que nos estamos marcando, de las cosas que se van y no volverán. Y quién sabe, quizás al dejar una asignatura para el año siguiente alargue mi estancia en aquel lugar llamado Valladolor, pero gracias a ello podré concederme ciertas licencias este, y joder, la de experiencias que viviré en ese año de más, y la gente a la que conoceré, Y TODOS LOS CONCIERTOS QUE HABRÉ VIVIDO, Y TODAS LAS PELÍCULAS. Y JODER, TODAS LAS HORAS DE SUEÑO QUE REPARTIRÉ.
Y por muy bonita que sea la asignatura, y lo que disfrute haciéndola, no sé. No creo que merezca la pena automachacarse tanto, ni los malos ratos. Y por mucho que me encante, no puedo permitir que haga que la rutina y el estrés desencanten mi vida. No. Sin duda. Unas veces se pierde, y otras se gana. Pero es que nadie dice que se puede perder y ganar a la vez.
Esa es la parte que se callan.
Y claro. Así va el mundo. Lleno de autoconvencimientos de que ganar es la única opción y de que a los perdedores nadie les quiere. Como si existiesen los perdedores. Ni los vencidos. Las rendiciones no se oponen a las victorias.
Así va el mundo, lleno de gente que no usa el corazón, y en el que cualquier día nos plantarán una fábrica de órganos de hielo, y nadie notará la diferencia. Eh, que yo tengo uno y a veces lo uso, exclusivamente por y para mí, pero bueno, ahí está. Recordándome que vive, y que yo vivo, que vivimos a mí manera.

viernes, 11 de octubre de 2013

Defíne-me

Gilipollas, en negrita, cursiva y con un tiro en la frente. No hay otra.
Con música de fondo, o en el más absoluto de los silencios. Con el pelo castaño o color rojo destellante. Con pendientes y sin ellos. Con gafas o cegata (sin ellas algo menos, pero porque no veo un burro a tres pasos).
En Valladolid y en Aranda.
Novata, en el instituto, y seguramente cuando haga el PFC.

jueves, 10 de octubre de 2013

Benditas ligas privilegiadas.

"Follar está bien, pero sonreír a alguien que sabes que te odia es jugar en otra liga".
El gran mecanismo de defensa que es la indiferencia. Bueno, mecanismo de defensa, en realidad es que algo te la pique tanto que sin que te importe que alguien haga o no algo, de repente se de cuenta de que interactúa él solito y deje de hacerlo. O bueno, en realidad no lo sé. Quizás la cosa continúe, tampoco es que pretenda esforzarme por investigarla.
Saludos pelirrojos desde el fondo del mar.
Los desvaríos noctámbulos cada vez son más escasos. El tinte se me ha incrustado en la parte creativa del cerebro, o vete a saber qué pasa sino... 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Gracias, de corazón.

Supongo que algún año de estos tendré que dar las gracias a mis padres por seguir jodiéndome poco a poco mi libertad. Y mi etapa universitaria enclaustrada en una residencia de monjas (que no es que esté mal, sino que me prometen permisos que me niegan cada año nuevo). Y que cuando se dan cuenta de que yo tenía razón cuando pedía algo que mi serenidad y cordura necesitaban me dijeran "es que como no insististe apenas..."Y la última noche de fiestas... Y supongo que de aquí a ese año en que les de las gracias queda mucho suma y sigue.

sábado, 6 de julio de 2013

Desvar(m)íos de las 2:06

Y bueno, creo que por primera vez y en contra a todos mis principios estoy actualizando desde el móvil. Por si no lo sabéis es la cosa las odiosa del mundo. Bueno, es la segunda. Antes están las veces en las que por mucho que te cueste le dices algo bonito a alguien y la única respuesta que recibes es un sonoro cri muy requete-enmudecedor.
Y luego no me entienden cuando digo que odio los abrazo y las pasteladas.
Tampoco es precisamente bonito el darte cuenta de lo fácilmente olvidable que eres. Pero, qué narices esperabas, siendo la primera persona que odia las dependencias y las imprescindibilidades.
Pero bueno, no sé que será.
Que de hace un año a hoy hay demasiadas cosas que no son como deberían. Y que gran culpa la tengo yo por no saber hablar cuando debía, y en realidad también culpa de las ocasiones por no querer dárseme anunciadas aunque fuese subliminalmente.
Que sé que no lo leerás, pero ojalá supieses lo mucho que te echo de menos, y lo mucho que te necesito. Y lo muchísimo que me duele, ya no digo que me no me necesitas, sino que ya no me tengas en cuenta, así como creer que me sustituiste por alguien mejor, cosa que a mi lado nunca dejaba el listón muy alto. Que quizás yo seguiré durante años persiguiendo y amaestrando monstruos por ti, mientras tú me olvides cada vez a pasos más agigantados.

Ojalá nunca sepais la pupita que hace jugar a las tinieblas con uno de tus mejores amigos, pero sin que sea un juego.

domingo, 26 de mayo de 2013

Ojalá no existiesen ni terceras ni vencidas.

Joder, que te echo de menos, y que me hiero de más.
Que ya no sé quién es el bueno y quien el malo en esta absurda y pésima comedia policíaca de producción de barrio.
Que he perdido el norte y ya no encuentro el sur. Y cada día enloquezco más.
Que quizás no te dije lo importante que eras para mí y seguramente debería haberlo hecho. Y ahora temo que sea demasiado tarde y joder, no sabes lo que jode echar de menos a una de las personas en las que más confiabas, alguien que se había ganado un huequecito y que casi era querido como si de familia se tratase.
Y que esto empieza a ir demasiado de animales y de niños, de gilipolleces sin sentido. Y que de sentirse como una zorra y desconocer los motivos todo el mundo se cansa.
Y joder, ojalá consiguieses que dejase de empezar a pensar que tal vez el mundo encasillador y estereotipado tenga razón, y los mejores amigos chicos para chicas no existan y viceversa.
Que no, que siempre lo he negado. Que no me lo quiero creer, y tampoco me lo creo.
Pero a la tercera va la vencida. Y yo esta ni quiero que sea la tercera ni quiero darme por vencida.

Que se me junta todo, que se me cae el mundo encima, y que se nota que no estás. Que se nota desde hace mucho tiempo. Que era tu sitio, y desde que está vacío todo está un poco más frío. Quizás hasta mi pequeño corazón que se empieza a volver un cínico y a pensar que lo suyo es vivir en soledad.

Que los amigos son la familia que nos permitimos elegir, y que si la Esteban decía eso de matar por su familia, y ya que ambas somos algo arandinas algo tendremos en común. Joder, que yo por mis amigos saco las uñas y los rotrings sin pensármelo.

Ay que ver, cuánto abuso de la palabra joder últimamente será porque mi cabeza no cesa de recordarme que yo lo estoy por demasiadas bandas.

Que no leerás esto, eso también lo sé. Tampoco sé si quiero que lo encuentres. Solo sé que ni quiero que se saque de contexto, ni que se malpiense, ni que se juzgue; porque estoy segura de que a ciertas situaciones se llega por ello entre otros diversos motivos.

La primera y la segunda ya no tienen remedio, pero ojalá esta tercera no hubiese comenzado jamás, ojalá no existiese. Y ojalá vencida no vuelva a describirme de nuevo. Ojalá volver a Dada y a las pulseras fosforitas.





Hoy me voy a permitir el lujo de cuestionar hasta mi propia dignidad.

Es imposible mantener la fe después de tanto intentos muertos.


(Veo,) que no se puede caer siempre de pie.

lunes, 13 de mayo de 2013

Marrón.

Huoooolaappppppppp
(Sí, estoy motivada) (Muy motivada) (No, no tengo ni la menor idea de lo que me pasa)
Hace dos noches estaba en ese punto en el que te das cuenta de que no puedes caer más abajo, en el que quieres gritar y ver si, por lo menos aunque no arregles nada, te sientes menos mal. No, no grité, no, tampoco arreglé nada, y evidentemente no me sentí mejor al día siguiente. 
Hace cuatro noches, tras unas cuantas copas, también había estado en ese punto, de romper a llorar, más de lo que recuerdas haber llorado nunca por una persona. No, no hablo de desamor, pequeñuelos. Hablo de no tener contigo a uno de tus mejores amigos, y de desconocer totalmente los motivos de su ausencia.
Pero hoy, milagrosamente, me da un poquito igual, osea, no es que no me importe, sino que hoy no me apetece dedicar más malos pensamientos a ello, ya ha habido demasiados la semana peasada, y esta tocaba empezarla con un poquito de optimismo. Ya sé que es lunes y todas esas mier*** peeeeeeeeeeeeeeeeeeero llevo sola en casa todo el día, con la música a tope, con mis ibuprofenos (jejejep drojiiiis) y con mi querida guitarra (que no sabéis lo que la echo de menos en valladolid, junto a otras tantas cosas, que parece que solo puedo tener fuera de esa maldita ciudad).
Se acercan malos tiempos. MUY MALOS TIEMPOS. Un mes super marrón (es que es el color que más detesto, y decir negros sería una ironía porque me encanta ese tono). En fin, yo me entiendo. El marrón no mola. Es un color cacoso. Y decir tener un marrón... eso sí es estar jodido, QUE ALGUIEN ME TRAIGA VASELINA POOOORFIS. 
Y este mes, no parece que vaya a ser mucho mejor que ese dichoso color. Entregas, exámenes, conversaciones pendientes, seguro que más lágrimas a oscuras, suspensos, más de los que me gustaría... Un mes para plantearse saltar por la ventana sin lugar a dudas. Espero sobrevivir, necesitaré mucha mucha suerte. 
Hoy, sin venir a cuento os contaré (jejejep) que he hecho un descubrimiento. Soy gilipollas. Así, como suena, pero no, no de esa clase de gilipollas cabrones odiosos, NOOOOOOOOOOOOOOO, sino de ese tipo de personas que son tan rematadamente gilipollas, que anteponen demasiadas cosas a si mismas, ayudar a quien tiene mal día, consejos que ni para mí encuentro, no sé, un poco de todo y todo para nada. Porque luego te encuentras con esa clase de personas que fingen ser igual que tú, que fingen ser gilipollas con las mismas ganas que tú. PERO NOOOOO. Tú te lo crees, les ayudas, les todo... Y luego ves, que se puede ser gilipollas de muchas maneras, pero que vosotros no estáis en el mismo grupo. Y que hay gilipollas marrones, y gilipollas de muchos otros colores. Y que tú, por lo menos, eres de esa clase de gilipollas verdes, o rosas, pero no de los marrones. (Ojalá os pet** el cacas)
En fin, que hoy no me apetece crisparme.
Besiiiiiiiis con sabor a fresa (sí, tengo ricas fresas para merendar, otro motivo más para ser feliz)

Y ahora coge sus tacones y la noche empieza a arder.

sábado, 11 de mayo de 2013

unicoRANDOM.

Últimamente me estoy aficionando a youtube, siempre me ha parecido algo interesante, pero desde un par de semanas hasta ahora, estoy descubriendo un montón de gente tan rara como yo, solo que en ellos es genial.
Nop, no pienso hacerme un canal de youtube para subir vídeos míos. No sería capaz, ni poseo la originalidad, ni el amor propio, ni las suficientes ideas, ni el tiempo, ni muuuuuuuuuuuuuuchas otras cosas. 
Pero me hacía gracia contaros lo mucho que mola, me encanta cotillear los Draw my life, me parecen super graciosos. Así, como dato, sin el que seguramente no podríais seguir durmiendo a las cinco de la mañana de un viernes.
De un viernes antes de un puente, porque vivir en valladolid tenía que tener algo bueno, y allí el lunes es FIESHHHTA. Oh, que emoción eh... cómo he tenido tantos lunes este cuatrimestre clase. JEJEJJEJEJE TRES. No veáis la gracia que me hace que caiga el puente en lunes ehehehehehe. Aplaudo con las orejas.
Pues no sé muy bien de lo que quería hablaros. Simplemente es que me aburría, tenía un par de tonterías por la cabeza, y el ordenador estaba encendido y poniéndome ojitos. 
Ummmmm
Vamos a hablar de...................(redoble porfis)
COSAS QUE NO.
No a los ola k ase. No a las faltas de ortografía. Ni a ls k skribn asih. No a las fotos canis en espejos sin camiseta (hola, menudo postureo, dafuuuuc) para mi gusto por lo menos, algo así como ouuuuut. No a los metemierda. No a que llueva cuando llevo manoletinas. No a que esté mucho tiempo sin llover. No a que se me olviden las botas de agua y tener que soportar las ganas de pisar charcos (no hay ironía, me encaaaaaaaaaaanta). No a las despedidas. No a los peloteos. No a que se me sienten desconocidos en el autobús cuando vengo a casa al lado, y menos cuando hay mil asientos libres y en el de mi lado yo necesitaba dejar el portátil, la mochila, el abrigo, mi asco al contacto humano.... POR EJEMPLO. Y mucho más no a que te pregunten por tu vida, tu carrera. No a hacer el ridícuAH NO, A ESO SÍ, QUE ES DIVERTIDO (JIJI :D - No ironía). No a discutir. No a los enfados (de la gente, porque enfadarme a mí debe de ser algo así como una de las cosas más difíciles del mundo, después de física y matemáticas). No a mentir (jejejep, no sé, así que no a las mentiras para solidarizaros con los que ni sabemos ni queremos hacerlo). No a los "me gustan más las películas que los libros, "xq sn aburrids" ". No al reggeton (ni sé cómo se escribe).No a los tópicos típicos. No a las borderías. No al mal humor. No a no pillar ninguna broma. No al odio. No no no no.... muuchos no.
Para otro día me guardo unos pocos, que sino os vais a pensar que no es mi palabra preferida.
Ummmm ¿COSAS QUE SÍ?
Sí al café. Sí al té de mil pijadas varias. Sí a la música. Sí a los libros. Sí a viajar. Sí a conocer desconocidos por arte de magia. Sí a los misterios. Sí a las noches de manta y peli. Sí a ponerse bizco. Sí a saber reír pase lo que pase. Sí a molar. Sí los jerseys achuchables. Sí a las partidas de cartas con los abuelos. Sí a las charlas telefónicas con mis mongolillas-os. Sí a los osos panda. Sí a los gatos. Sí a las maquetas de chuches. Sí a............... DJ PRINCIH. Nah, perdón, que me he motivado.
Bueno, creo que hasta aquí la entrada random. No tiene ni pies ni cabeza, pero más o menos como la vida misma, y sobre todo como yo, que si no pierdo ninguna de las dos cosas es porque las llevo pegadas.
Ah y por cierto No a mi maldita inseguridad, y miedo, y auto-odio, y no atreverme a saludar a ciertas personas.PEEEEEEEEEEEEEEEERO pequeños insomnes, ese episodio lo dejaré (si es que hago algún inciso) para otro momento.
Muchas mandarinas y cosas random.





miércoles, 1 de mayo de 2013

Descubrimientos asistidos.


Ya estamos a un mes de terminar las clases, a poco más de treinta días de los finales, a cuestión de semanas de dejar de ser una novata. Y parece que fue ayer cuando segundo de bachillerato iba a acabar con nuestra vida, y la selectividad no llegaría jamás. La angustia por no saber qué hacer con certeza, la inseguridad de las posibles equivocaciones, la falta de nota... Parece que fue ayer cuando todo eso me convencía de que el dos mil doce no terminaría jamás.
Y sin embargo, he sobrevivido (de momento y más o menos) al primer año de universidad. Y a una semana de la fiesta de la residencia pienso, más bien me doy cuenta, (de) que el premio a la más ingenua me lo llevaría yo de calle. Y por ingenua quiero decir gilipollas. REMATADAMENTE. Sigo confiando en la simpatía natural de la gente, sin darme demasiadas veces cuenta de que sea meramente cortesía o quizás una vacilada más de tantas. Ha pasado mucho tiempo, muchas cosas, mucho yo, pero una pequeña parte de mí sigue tan volátil como siempre.
Toda mi vida queriendo ser algo que ahora me voy dando cuenta que no soy, que no he sido, y que quizás nunca llegue a serlo. Queriendo ser buena hija, queriendo (ya no digo sacar buenas notas, pero sí) aprobar, queriendo complacer a todo el mundo para complacerme a mí misma, queriendo estar sana, queriendo ser normal, queriendo querer a alguien, queriendo quererme a mí, queriendo... Queriendo demasiadas cosas, intentando solo algunas, y logrando tan pequeñas metas que si las ponemos al lado de las caídas y los tropiezos, son sumamente despreciables.
No, no tengo pareja para la fiesta, no, no hablo de pareja ("seccccsual") hablo de amigos, por diversos compromisos, viajes... Aunque bueno, eso ni siquiera me preocupa. Estar sola siempre se me ha dado bastante bien, supongo que será porque cuando tanta gente te falla o desaparece con el paso de los años, te acostumbras a tenerte COMO MUCHO y en ocasiones tan solo a ti misma. Es lo que hay. Curiosidades de una universitaria cada vez más convencida por el mundo y por sus observaciones que lo que en realidad la pasa es que esta amargada.
Cuando empezó la universidad pensaba que sería diferente, pensaba que conocería a más gente, que me volvería algo más sociable, que haría las típicas amigas en la residencia forever and always... Pero no sé, en la universidad hice buenos, pero escasos amigos, y en la residencia, bueno, tengo un par de amigas y tal. Pero cuando acaba el día, y cuando realmente acaba como una GRANNNNN caca, no tengo a nadie con quien hablar, tan solo un teclado que recorrería de arriba a abajo con los ojos cerrados sin un solo fallo ni tilde mal colocada, y música, mucha música. Porque supongo que la música y nosotros mismos son las únicas cosas que jamás nos pueden faltar. Eso y los libros. Y muchas veces nos cansamos de escuchar música porque ya no sabemos que poner y necesitamos cosas nuevas, en ocasiones los libros no nos llenan, y en ocasiones, lo que en realidad nos fatiga es nuestra vida, somos nosotros mismos.
Porque somos nuestro mayor juez, nuestro peor enemigo, nuestro más grande rival, nuestro mejor amigo... Nuestro todo. Todo. Absolutamente. Lo que nos crea y nos destruye. Lo que decide que vale y qué no. Lo que controla lo que nos hace daño y lo que ignorar. Competimos contra nosotros mismos, incluso nos ponemos zancadillas. pero cuando al llegar a la meta las cosas no son como queríamos, también somos nosotros los que nos vendamos los esguinces y nos autoconvencemos con una sonrisa torcida y algo rota en cualquier espejo estropeado de que estamos genial, y de que el agua salada cura las cicatrices. Y es que siempre nos tendremos a nosotros mismos, eso es una verdad universal, pero en la mayoría de ocasiones no sabremos vernos tras el espejo porque esté demasiado sucio, o porque esté viejo y desgastado, o quizás por que simplemente no queramos y giremos la vista a otro lado. Lo peor es darte cuenta de que a veces no te encuentras a ti mismo, eso hace pupa. Haber sido largos años tan idiota como fui (si me veis ahora, no os hacéis una idea de lo que era antes) hace que ser "independiente" cueste mucho, las indecisiones del pasado y la necesidad de consejos que queríamos escuchar o que simplemente necesitábamos oír para llevar la contraria y hacer lo que queríamos sin saberlo, hacen que ahora a veces me cueste pensar por mí misma (para CIERTAS cosas solamente) y que necesite el "consentimiento" aunque más bien lo que busque sea APOYO.
Esto empieza a desvariar demasiado. Algún día haré una imitación de [500] days of summer, con el expectaciones frente a la realidad, sobre la universidad, sobre los cambios... sobre el último año en general. Para ayudarme a mí misma sobre todo, y por si alguien me lee y está en esa época de dudas, de "panico" preuniversitario... bueno, para que se haga una idea de lo que ha sido para mí, y que OJALÁ, puedan decirme, pues a mí no me ha pasado, porque realmente me alegraré por vosotros.
Buenas noches pequeñas sonrisitas rotas (:



My life is a musical and I do not care at all that I don't believe in any of the words that I am singing. When I say "Yes, I am well" what I mean is "Hi from Hell"; but I know everything's fine as long as I have lies to tell.

P.D.: Espero que os guste este nuevo  "descubrimiento asistido involuntario" de Cosmic Birds gracias a un arquicompañero twittero.

viernes, 19 de abril de 2013

Nadie = imprescindible

La gente que siempre tiene que tener la última palabra, o dejar constancia de que han sido los últimos en opinar, aunque su aportación tenga la misma lógica que un cero a la izquierda o que una coma tras un punto. Esa gente que parece que te tengan en una lista negra y no cumpliesen sus propósitos sino te mirasen mal al menos una vez al día y se indignaran contigo como si la tercera guerra mundial se hubiese iniciado por tu culpa. Esos amigos que se fueron, y que por mucho que nos costara, tuvimos que aprender a vivir sabiendo que no están. Las personas, si se pueden denominar así, que necesitan criticar a una persona para sentirse más importantes, tanto o más que respirar. Que van de víctimas, y te hacen pensar que en realidad el único malo de la película eres tú. Que te hacen plantearte todo lo que eres y has sido en tu vida. Y que en realidad lo harán porque son jodidamente inseguros, porque son puramente fachada, porque no son capaces de sobrevivir a los comentarios de otra gente como ellos. Cuando ven a alguien que parece más débil, intentan hundirle para sentirse mejores. ¿Pero sabéis que? Que no. Que no me da la gana. Joder. Que ser valiente y fuerte no es cuestión de hacer creer a los demás que eres mejor que ellos y que no valen una mierda a tu lado, ni tampoco de autoconvencerse a uno mismo. Ser valiente es cuestión de actitud, de soportar lo que venga, y de no juzgar a los demás. De no ser conformista pero saber conformarse cuando es el momento evidente. Ser fuerte no conlleva hacer ver que los demás son más débiles que tú utilizando comentarios o mentiras, sino que implica saber escuchar lo que otros opinen sin dejar que te afecten y sin pretender hundirles tú primero.
No sé ni por qué escribo esto. Tan siquiera si tendrá algo de coherencia, o si mi profesora de 2º lo leería y se arrancaría los pelos por la falta de cohesión y esas otras tantas cosas necesarias.
No sé nada, porque últimamente sé cada vez menos cosas. Pero por mucho que me importen, dejan de afectarme. Porque si dejas a alguien la posibilidad, por mínima que sea, de hundirte, te aseguro que lo intentará. Te ahogará con almohadas, aguadillas, y si hace falta echándote una soga al cuello, mientras no dejan de sonreír y fingen que lo que en realidad intentan es sacarte del pozo.
No señores, cada vez me alegro más de aquella lección... Esa pequeña igualdad que te ayuda a comprender un poco más los pasos vitales para ser un poquito más feliz. Porque la fórmula de la felicidad seguro que tiene en alguno de sus paréntesis un grande NADIE ES IMPRESCINDIBLE.
Gracias. A los que me formularon esta simple igualdad, y a los que me la demostraron. Algunos son ligeramente imprescindibles en mi vida, y de los otros, por mucho que les deba, hace tiempo que no sé nada de sus vidas, ni me interesa.


Deja que se rían, déjales pavonear. El arroz se les pasó hace tanto tiempo, qué más da. Que te juzguen sin parar, que critiquen como fieras; déjales que se entretengan pues no tienen nada más. Ni te molestes en hacerles de rabiar. Ellos no podrán jamás probar la pócima esencial, vivir la fiesta universal.

Hoy no pasarán. Hoy no pienso claudicar. Me cansé de tanto imbécil y he pensado que mejor era empezar a respirar y volver a lo normal, retornar a la belleza de las cosas inconexas.

sábado, 6 de abril de 2013

Demasiado no saber.

Sudadera ancha, gafapasta de abuela, moño medio despeinado y pijama calentito. Esta es Andd.
No sé por donde empezar... siempre acabo haciendo referencia a lo mucho que he cambiado, a lo diferente que soy respecto a numerosos tiempos pasados, pero, la verdad, ya no sé qué creerme. No sé muy bien quién es Andd. No sé si es borde y asocial, o simplemente es tímida y un poco tonta. Ya no sé si es tan mala como dicen, o si es aún peor.
Pero sí que sé que cada vez pierde más amigos, cada vez causa más decepciones y que el número de ocasiones en las que este pequeño espacio es el único sitio donde puede aflojarse un poquitín el moño (y las lágrimas), va en aumento.
No sé qué me pasa, no sé si estoy bien o si estoy mal. No sé si me gusta dónde estoy...
No sé nada.
No sé por qué me pasan tantas cosas últimamente, hace mucho que no hablo con alguien a quien consideraba mi mejor amigo y ni siquiera sé por qué. La verdad es que he perdido a demasiada gente, demasiados amigos, demasiados personas a las qué consideraba buenos amigos. ¿Quién narices soy?
 Todo el mundo va diciendo eso de que no pretende hacer mal a nadie, así que no es algo que vaya a decir de mí... Pero si me pongo a hacer memoria de mis dieciocho años de vida, decir algo con mala intención o pretender hacer daño a alguien se aleja demasiado de mi estilo. Aunque ya ni siquiera sé si eso es verdad, me han pasado demasiadas cosas últimamente, tantas que ya he perdido la cuenta. Y ya no sé soy lo que he sido siempre, si soy lo que me dicen que soy, o si tengo un puto trastorno bipolar que me hace ser a ojos de los demás todo lo que odio mientras pienso que actúo bien.
Nadie es perfecto, cuando un puzzle es fácil y todas sus piezas coinciden sin pensar mucho se convierte en un auténtico coñazo, pero sinceramente no creo que sea capaz de entenderme nunca jamás de los jamases... Pero a veces me gustaría mucho saber un poquito quién soy, saber lo que pasa en realidad y pff demasiadas cosas.
Supongo que por eso y muchas cosas más no creo que encuentre jamás eso que llaman "alma gemela" ni el amor ni esas cosas de las que tanto se hablan que seguro son maravillosas. Pero no, no están hechas para mí, cada vez lo tengo más claro. Todo hace daño, todo duele. Y cuantas menos heridas ajenas tenga que echarme a mí misma en cara cada noche, mejor. Estaría genial encontrar a alguien que pudiera presumir de conocerme y bla bla bla. Pero no creo que ese alguien se merezca alguien como yo, para qué.    Dieciocho años son muy pocos para pensamientos tan "negativos"; pero esto es solo una mera opinión. Espero que con treinta pueda contradecirme y rebatir todas estas teorías, pero lo veo muy, muy difícil. Como diría Castle "es una teoría tan dura como el cemento". Mi teoría es esa, sola se está, ni bien ni mal, pero no se hace daño a nadie, nadie más sufre ni padece, solo estás tú. Puede parecer egoísta pensar solo en ti, pero es el único modo para que la conciencia esté algo más tranquila.  Egoísta pensar solo en ti, para no tener que sentirte culpable por hacer daño a alguien. O cobarde y a la vez orgulloso por pensar que jamás alguien será capaz de "romper mis diques de seguridad". No lo sé. Empiezo a desvariar, releer, añadir cosas, y hacer una mezcla incongruente en exceso.
No sé ni como seguir esta entrada, ni siquiera sé si le daré a publicar. Esto se ha convertido más bien en un diario que solo entiendo yo que en un blog.
No sé quién soy.


Demasiadas buenas noches demasiado pésimas.

viernes, 29 de marzo de 2013

La belleza de las cosas inconexas

Deja que se rían, déjales pavonear. El arroz se les pasó hace tanto tiempo, qué más da .Que te juzgen sin parar, que critiquen como fieras, déjales que se entretengan porque no tienen nada más.Ni te molestes en hacerles de rabiar. Ellos no podrán jamás probar la pócima esencial, VIVIR LA FIESTA UNIVERSAL.

El otro día pasó una de estas casualidades inesperadas que te sorprenden y amenizan el autobús de regreso a Valladolid. Me encontré a un viejo conocido que se convirtió en mi compañero de desvaríos y kilómetros hacia la tortura de la rutina. Hacía tiempo que no mantenía una conversación tan interesante con alguien tan poco conocido, no sé, música, libros, un poco de todo, el hoy, el ayer, la universidad... un poco de todo (hasta de pokemon hablamos), pero no sé, una extraña confianza que aportaba seguridad, no sé, una inesperada cordialidad. ¿Y sabéis lo más sorprendente de todo? Que hacía algo así como siglos que no encontraba motivación para escribir, nadie que dijese "no dejes de escribir, haz aquello que te guste", no sé, hacía mucho que no explicaba a nadie mis motivos para dejar atrás unos puentes y construir unos totalmente diferentes. Como si necesitara contárselos a alguien para recordármelos a mí misma y así darme cuenta de que sigo convencida de ellos, me alegro de aquel día haber marcado la casilla de Arquitectura, aunque añore tener tiempo de cerrar los ojos, abrir la imaginación, y dejar correr ríos de tinta a mi antojo. 
A lo largo del tiempo que llevo sin escribir nuevas historias se me han ocurrido unos cuantos breves argumentos que probablemente me darían bastante juego, y he decidido eso, jugar con ellos cual titiritero con sus marionetas. A fin de cuentas en mi imaginación mando yo.
Bueno, en mi imaginación y en mi vida. Me siento bien y mal, alegre y desmotivada a la vez, indiferente ante cada vez gente más común y sorprendida ante cada vez menos gente "rara"... Me decepciono en demasiadas ocasiones, me pregunto que habré hecho mal cuando no entiendo lo que pasa, y me preguntó que no habré hecho de manera catastrófica para que a veces asome un rayito de sol en la tormenta. Me escondo tras un acantilado difícilmente salvable, y no dejo que los puentes me conecten con mundos extraños que me puedan hundir. He ido evolucionando hasta alcanzar un estado de independencia e indiferencia... No sé, cuando oigo a alguien preocuparse por lo que puedan pensar los demás sobre sus actos o palabras me disgusta bastante. 
Yo no seré una experta en amor propio, autoestima por las nubes y esas cosas, pero no creo que nadie tenga derecho a juzgarme y menos aún a creer que me puedan afectar sus opiniones acerca de mí. Para ver mis fallos me valgo solita. Va en contra de mis principios eso de dañar a la gente, por lo que cuando lo hago (que todos lo hacemos aunque no queramos) me gusta que haya alguien con el valor a echarme en cara esa clase de fallos, pero ¿que alguien critique que lleve un vestido o hable con determinada persona? Ese alguien, amigos, va dado, y mucho. Aunque he de admitir que a veces (en pocas ocasiones, en realidad) me preocupe que mi exceso de timidez en determinadas situaciones pueda dar una imagen errónea de mí, y en realidad tampoco es que me "preocupe" en sí, porque mi timidez es fuerte pero se derriba fácil, así que una persona con la que sea tímida durante más de diez minutos... no conseguirá nunca que deje de serlo. 
Escribir a las seis de la mañana me frustra, empiezo a tener sueño y no encuentro las palabras coherentes para escribir algo lógico.
Por lo tanto, dulces sueños (:


Deja que me crezca, me apasiona exagerar. Hoy preciso recrearme en mi pueril vulgaridad. Y desatar la ingenuidad, redimir la complacencia; sortear la decadencia, el despotismo intelectual. Y retornar a la anarquía popular. Que viva el arte menor y el vodevil profesional.








Hoy no pasarán, hoy no pienso claudicar.
 Me cansé de tanto imbécil,
 y he pensado que mejor era empezar a respirar 
y volver a lo normal; 
retornar a la belleza de las cosas inconexas.

lunes, 11 de marzo de 2013

Todos envejecemos, dejamos de molar y morimos.

- Estoy perdida. ¿Eso tiene arreglo?
- No. Sí. Ya se arreglará.
- ¿De veras? Fíjate en ti.
- Gracias. Cuánto más sabes quien eres y lo que quieres, menos te afectan las cosas. 
- Ya. Es que aún no sé lo que quiero ser… ¿Sabes? Quise ser escritora pero odio lo que escribo y… intenté hacer fotos pero eran muy mediocres. Todas las chicas pasan por una fase de fotógrafas… y por querer un poni, ¿sabes? Y haces fotos tontas de tus pies…
- Ya lo averiguarás. No te preocupes por eso, sigue escribiendo.
- Pero es que soy mala.
- Eso es lo bueno.

Alrededor de dos meses sin aparecer por el sitio donde más plenamente soy yo, y lo primero que plasmo es el diálogo robado de una de las últimas películas que he visto. Lost in translation, para quien no le suene. No estoy aquí para hacer una crítica ni valorar sus puntos fuertes, quienes conocéis el sitio sabéis que no suelo hacerlo. Pero no puedo sino halagarla y recomendarla. Últimamente estoy cinéfila ¿sabéis? Algo me dice que veré más películas en este 2013 que en los dieciocho años anteriores. Nunca he sido muy adicta a las pantallas, siempre he preferido el papel, el olor a libros viejos, también a los nuevos, y una buena pluma cargada de tinta. Pero de un tiempo a esta parte me apetece descubrir mi parte fan del cine. No sé, no está nada mal. Nunca he dicho que no me guste, eso que quede claro desde un principio. Pero una historia en dos horas se me hace corta (si una película durase más se me haría larga, lo admito) y por mucho que te pueda hacer pensar y recapacitar, nunca alcanzará la libertad que proporciona un libro (por muchas descripciones que posea) a la hora de dejar volar la imaginación a lo largo de lugares que no existan, personas que jamás conocerás y sentimientos que aún no has vivido. 
Gracias a los libros he sentido lo que se siente cuando te "enamoras" (si eso existe), he experimentado lo que supone vivir en un siglo pasado o futuro, he visitado ciudades a las que solo se llega cerrando los ojos... No creo que un libro alcance a transmitir todo lo que la realidad enmarca, pero he aprendido más con la mayoría de libros que han pasado por mis manos desde hace quince años cuando empecé a descifrarlos, que con gran parte de las personas que he tenido que soportar. 
A lo que iba, que ya sabéis como soy, me dejan plena libertad sobre las letras y no paro, me pierdo y ya se sabe, empiezo hablando de cine y sino abro rápido los ojos, no os dais cuenta y os estoy hablando de mi próximo trabajo de construcción II. 
Así que hoy dejaremos los frikitectismos a un lado y nos centraremos en nada en particular, como siempre.
Trainspotting, El indomable Will Hunting y Lost in translation. Las tres últimas películas que he visto y probablemente de las que más me han dejado pensando después de terminarlas. No sé, tal vez tengáis razón, y el cine no esté nada mal, yo por si acaso voy a empezar a darle más oportunidades, porque sinceramente es una de las tareas que más se compagina con mis tediosas (a veces) entregas. 
Si algo sabéis de mí, (sino, ahora os enteraréis), es que me encanta MUCHO MUCHO, PERO MUCHÍSIMO, coleccionar frases, escenas, diálogos (etcétera) de cualquier cosa que lea, escuche o vea. Es una "manía" que heredé hace muchos años de mi hermana mayor, y la verdad es que se trata de una de mis adicciones preferidas. Adoro estar concentrada en un libro, o película, tal vez una canción, y que de pronto algo se active en mi (pequeño) cerebro, que me diga "eh Andd, eso te gusta particularmente, te identifica con tu pasado o presente, guárdala". Y es que si algo he experimentado al releer libros (algo que suelo hacer con más frecuencia que repetir una película, privilegio reservado a mis preferidas) se trata de que generalmente, no te llaman la atención las mismas (ya no digo escenas) sino frases del libro en particular, está estrechamente ligado al momento en que te encuentras, o a una situación que te haya marcado (sobretodo recientemente). No sé, es algo que me gustaría poder enseñar algún día a alguien y decir, eh, mira, una pequeña parte de mí está encerrada en estas montañas de folios (porque sí, acabo recopilando todo eso a mano). Pienso que si hay manera de comprenderme se esconde entre las canciones que me tienen enganchada en cierto momento, y en las páginas que recopilo. Llamadme rara, pero es mi humilde opinión. 
Así que si os habéis fijado en el diálogo inicial, quizás eso os permita haceros una ligera, ligerísima idea, de qué me ronda la cabecita por lo menos la noche que vi la película. Cuánto más sabes quien eres y lo que quieres, menos te afectan las cosas.  jjSí petardillos, esa es una lección importante que una servidora ha ido asimilando en su vida, no sé... A medida que vas fijándote objetivos y aclarando tus ideas, más te cuesta dejar que algo vaya mal (en la mayoría de las ocasiones).
Y yo que venía aquí esta noche expresamente para hablar un poquito de cine, mil disculpas, pero una vez escrito queda prohibido borrar nada.




P.D.: El título es de trainspotting ;)

And we were lovers, now we can’t be friends. 
Fascination ends

jueves, 17 de enero de 2013

Un ibuprofeno, por favor.

Parece ser que este no es mi mes. Menudas formas que estoy teniendo de empezar el año. Pero no, lo peor no es ni el agobio de las mil entregas que tengo encima, ni siquiera los exámenes que ya están a la vuelta de la esquina, la otitis traicionera que ha decidido putearme masivamente tampoco es lo más duro que he pasado en mi vida.
Lo peor es darte cuenta de que estás sola. De que tienes familia, a la que adoras. Tienes amigos, pero sabes que algo falla. Lo único en lo que mínimamente eres capaz de desahogarte son unas míseras lineas que rezas por que nadie encuentre. No quieres patetismos, ni nadie que se preocupe cada dos por tres de que no se te hayan cruzado los cables y hayas hecho una locura. Simplemente necesitas que la soledad desaparezca. Pero has dejado de entender tu vida, has dejado de entenderte.
Estudias una carrera que poco a poco va creando una pasión en tu interior, te sientes realizada cuando algo te sale bien ¿ pero de qué narices te sirve eso si cuando en los momentos en que el mundo se te viene encima no tienes un hombro en el que llorar?
La soledad, amigos, es lo peor que existe en el mundo.
Y dicho esto, me voy al maravilloso mundo del ibuprofeno, y de seguir con otra entrega.

domingo, 13 de enero de 2013

Menos petardos y menos petardadas.

Aproximadamente las siete de la mañana y yo aquí sigo, despierta. No, no acabo de llegar de fiesta. Y no, evidentemente tampoco acabo de pegarme el primer madrugón en domingo de mi vida. La verdad es que ni siquiera tengo sueño aún, en breves me iré a dormir un ratin porque sino el lunes va a ser muy difícil.
No voy a autoconvencerme de que ha sido una noche productiva, porque no lo ha sido ni de lejos. Pero martirizarme no va a hacer que eso cambie. Ha sido una buena noche, buena, porque he descubierto un gran blog gracias a la twittera @unbreakmypants y su referencia a Nada Importa
[...]
"Lucía (pongamos que se llama Lucía) no busques más medias naranjas. Son un coñazo. Siempre querrán -necesitarán- algo de su ‘otra mitad’ (qué mal suena, por Dios). Su vida está incompleta, ya sabes.
Busca naranjas enteras. Un tío -apunta esto- que no te necesite. Que tan sólo te desee, te admire y te respete. Alguien para quien no seas el final-de-la-juerga sino el comienzo-de-la-aventura."


No sé, la verdad es que me ha gustado mucho tanto el blog como la entrada, desde aquí proclamo ser muy fan suya, (y de unbre también, cuyo blog es indudablemente muy genial.)

Y no sé qué me pasa ya a estas horas, que los ojitos me empiezan a escocer y me piden a gritos que me vaya a dar uso a la cama, y quite de encima planos, maquetas y apuntes. Cada vez entiendo menos la vida, pero curiosamente cada vez me decepciono menos y la disfruto un poquitín más. 
Cuando alguien te falla sientes como la pequeña cuerdita que ata a uno de tus muchos globos cargados de helio se rompe. Y el globo se empieza a alejar y antes de que puedas saltar a atraparle, se explota.
Con el tiempo aprendes a ver que hilo se está rasgando, y al más puro estilo de mi villano favorito, ese que apodan como Gru, te sacas una horquilla del peinado, y le explotas tu solita. Porque las sorpresas gustan, pero los sustos no, y una aprende que es mejor estar preparada para la explosión y verla venir, que arrepentirse luego del sobresalto causado por el desagradable ruido inesperado. No, no me gustan los petardos, ni las petardadas. 
En realidad no hay una persona que pueda darse totalmente por aludida con esta inocente entrada. Pero tampoco es que no exista nadie se pueda identificar un poquito. La gente nos falla porque esperamos mucho de ellos, en realidad sí, tienen algo de culpa, pero también la tenemos nosotros cuando elegimos y decidimos fiarnos de ellos.
Y sí, ¿qué recórcholis va a saber una universitaria con tan solo dieciocho años de la vida? Pues poco o nada, probablemente, pero tengo un par de lecciones apuntadas en carteles fosforitos por mi habitación, para verlos y tenerles muy presentes. (Me acabo de despistar momentáneamente gracias al cambio radical con el que Spotify ha decidido obsequierme, de Love of lesbian a un puñetero anuncio de Rasel. Todo muy OC. Ya he vuelto)  Total, que no sé en qué momento de mi desvarío nocturo se me ha ocurrido visitar estos rincones de internet. Ni siquiera sé qué quería plasmar. Todo y nada, como siempre, supongo. Todo y nada, en lo que pienso. Que en realidad son muchas cosas pero podrían desaparecer siempre y cuando yo quisiese, y tal vez ese sea mi problema, que cuando quiero no me apetece, y cuando debo no quiero. 
Hace poco leí en twitter, que toda cabrón tiene una historia detrás. Y sinceramente creo que hacía mucho que no leía en esa red social nada más cierto. Yo tengo un pasado, como todo el mundo. También he sido muchas primeras impresiones, y gracias al karma, segundas más acertadas. He fallado sin quererlo, y me han fallado a veces. (me) He perdonado más tarde de lo que debería y he perdido a demasiadas personas. Y me gustaría convencerme de que no es tarde, de que siempre hay un camino a Neverland... Pero ¿qué córcholis? Algunos caminos tienen puentes derruidos, y yo soy arquitecta, por mucha lsp no puedo sacar un puente de mi bolso, y dado que tampoco soy David Meca, no pienso cruzarme el estrecho de Gibraltar a nado arriesgándome a que se me corra el rimmel y no precisamente por el agua del mar. Porque el pasado forma parte de nuestra vida, fomenta nuestra parte cabrona, pero también nuestra parte soñadora, nuestra parte optimista... En realidad "nuestra parte más nuestra" en sí.
No sé si será el ambiente de Valladolid, o mi pasado, pero cada vez me sorprendo más a mi misma con cosas que nunca me había imaginado capaz de hacer. ¿Yo pintando por placer? ¿Yo vacilando con gracia? ¿Yo siendo una borde integral sin ningún tipo de sentimiento visualizable? ¿Yo echando de menos a gente que nunca imaginé quisiera volverles a sonreír? ¿Yo encerrada toda una semana en mi habitación sin salir ni un solo día (bueno, solo uno, para comprar un bolso precioso)únicamente para ir a clase? ¿Yo sin ir durante toda una semana en converse? ¿Yo decidiendo que basta de petardos y petardadas? ¿Yo, no huyendo, sino avanzando hacia mi propia felicidad?
"Madurez es saber quién eres y lo que quieres. Sin más" (leída aquí por casualidad) Y tal vez sea otra de las cosas más ciertas que últimamente he tenido en mente. Nunca he querido ser mayor, ni dejar atrás a Peter Pan, es bonito darte cuenta de eso, de que sin saberlo tal vez seas algo más madura de lo que el resto del mundo puede y quiere ver. Que poco a poco voy sabiendo quién soy, y lo que quiero. Y hoy, Principita quiere ser arquitecta. Quiere viajar. Quiere descubrir el mundo y conocer a toda esa gente que espera a la vuelta de la esquina. Quiere decir adiós cuando se haga necesario, y poder decir hola sin que nadie se lo reproche. Quiere ser ella, ser la naranja entera. Quiere, a riesgo de sonar repetitiva, menos petardos y menos petardadas. Más nueces y menos ruido. 

 Y la verdad es que no dejo que me quiera, y solo quiero que me abracen.  A veces, ni eso.

P.D.: Si pudieseis viajar a cualquier parte del mundo, absolutamente cualquier rincón por perdido, remoto, lejano, grande o pequeño que pueda ser... ¿Cuál elegiríais? (: 
Besos nocturnos de buenos días a quien me lea.

martes, 8 de enero de 2013

Uñas negras, bigotes rosas.

Vuelta a la universidad, a las obligaciones (eso no creo que haya desaparecido never, sinceramente). Regresar a los madrugones, a las carreras hacia el bus, a rezar porque no llegue una ráfaga de aire traincionero en medio del puente de Isabel la Católica y nos ponga a mi carpeta de A1 y a mí a hacer parapente. Otra vez el estrés, las fechas límite, las aburridas clases...
Pero es momento de reencuentros, de abrazos, de cotilleos, de charletas destrangis en las horas de historia. Toca eso de keep histérica y estudiar arquitectura.
Se presenta un mes que promete ser... interesante (asqueroso totalmente, vamos). Pero bueno, no queda otra que seguir adelante, y ponerse unas buenas coderas para no hacerse mucho daño.
Son las tres de la mañana, yo sin sueño, con mil entregas acumuladas... pero con la ropa de mañana ya preparada, eso que no falle.
Y bueno, ¿qué decir si los pocos que leeréis esto sabéis quién y más o menos cómo soy? Sabéis que estudio arquitortura, que dormir no entra en mi lenguaje. Creo que por hoy ya no puedo más, me escuecen los ojitos del sueño (oh, cruel debilidad...) pero toca aguantar un poquito más porque tengo las uñas recién pintadas, fondo negro, bigote rosa. Para empezar con optimismo el lumartes. Ni siquiera sé cómo he conseguido tener la suficiente paciencia para repetirle mil veces hasta que ha quedado medio decente... Años y años de práctica, demasiados ejercicios de calma y respirar pausadamente contando hasta diez como para que mi paciencia me abandone ahora. Tendría mil motivos para quedarme mañana en la camita, arropada hasta la barbilla... pero ¿sabéis qué? aún me queda mucha paciencia y muchas ganas de seguir adelante.
Buenas y desvariadas noches.
Andd-
Tres entradas seguidas en pocos días, poco usual, la verdad. Espero mantenerlo. Dentro de poco esto empezará a parecer el diario online de Jenna Jameson en Awkward.




Estuve en Londres, Buenos Aires, México, me bañé en el Sena, y sí, vuelvo con la conclusión: en todos esos cielos brilla igual nuestra luna llena, y tú sigues siendo la mejor.
Todo se olvida bailando.

domingo, 6 de enero de 2013

Adorables gatos negros.

Una vez creí conocerla...
No confiaba en los cuentos de hadas, ni en las historias de princesas, pero ella se empeñaba en escribirlos. Le tenía miedo a sufrir, pero no temía a disfrutar la vida, lo que le asustaba eran las personas. Había de muchos tipos, pero todas, absolutamente todas, le terminaban por hacer daño. Le gustaba vivir, pero le daban pánico las personas. Al fin y al cabo todas mentían tarde o temprano, y lo más increíble es que nadie lo llamaba mentir, todos lo camuflaban con mil y un nombres diferentes y alejados del a realidad. Nunca decía te quiero, ni se lo creía cuando se lo susurraban. Le gustaba asumir riesgos, siempre y cuando solamente le implicasen a ella. Nunca, jamás, se dejaba caer esperando a que nadie la recogiese, sino que llevaba un paquete de tiritas en el bolso y se levantaba solita.
Creí conocerla... Pero un día empezó a soñar con príncipes azules, verdes, naranjas... Comenzó a dibujar hadas, mariposas y corazones en las esquinas de sus apuntes. Inició un camino hacia la confianza ciega en el mundo... Se olvidó las tiritas en el otro bolso.
Y dejé de conocerla. Pero empecé a conocerme.
A escuchar los cuentos de hadas y reírme. A sufrir y reírme más. A no decir te quiero nunca más. A no besar sapos. A ser yo. O ser la ella de siempre. O... ¿quién sabe?
Porque me di cuenta que nunca llegué a conocerla antes de que se marchase, y estoy ciegamente segura de que ni siquiera ella alcanzó a comprenderse a sí misma.
Y se fue. Regresó con la maleta cambiada. Y siguió viviendo su vida siendo una completa desconocida para el mundo y para si misma, cuyo número favorito era el 13 y los gatos negros, adorables.
En las últimas noticias que recibí suyas, me contaba que se había enfrascado en el interminable e infinito mundo de la arquitectura, que la música seguía siendo su droga, y que era feliz.
Por cierto, si queréis saber como continúa la historia... Sigo sin entenderla.


Feliz noche de reyes.








No llegaré a conocerme jamás, pero es curiosamente interesante.


jueves, 3 de enero de 2013

13

Dos años, ya son dos años.
El tiempo no corre, vuela. Han pasado dos años desde que mi desvariadora cabecita me plantease el reto de desahogarme en un blog, siempre he sido muy fan del papel y boli de toda la vida, pero esto empezó a ser muy divertido y personalizable.
Al principio clandestino, oculto, INVISIBLE. Pequeños conocidos fueron volviéndose amigos y aparcando sus miradas en este sitio, luego fue llegando otra gente, desconocidos, a los que sigo sin entender por qué les gustaba leerme (o algo del sitio, porque sino no me explico tantas visitas), tal vez lo suyo también fuese curiosidad. Después empezó a llegar otra gente, que en tiempos pasados fue parte de la inspiración, y en la actualidad se reducen a nada, a buenos recuerdos más bien.
Dos años de evolución, de avanzar, de reinventarse o morir. Dos años de demasiados momentos, unos buenos, que no cambiaría por nada del mundo, y luego los malos, que seguramente tampoco les cambiaría porque me han llevado a ser quien soy y me encuentro bastante orgullosa de donde he llegado.
Hace dos años y un día, exactamente. Dos años y un día que todo en mi vida cambió, y no hablo del blog, aunque "fechísticamente" hablando sí, sino fuera mirándolo aquí probablemente ni me recordaría. Alguien dejó de creer en los cuentos de hadas y se pasó a otros géneros. Dos años... Se me han pasado demasiado rápido la verdad... Quién volviese a estar de nuevo empezando bachillerato, sin cambiar lo vivido, pero alejando todo lo posible la tortura universitaria. Han sido tantos momentos. CAMBIOS, CAMBIOS, CAMBIOS. Más o menos eso lo resume todo. Londres, nuevos amigos, verano, fiestas, fallos, alegrías, torturas pre y selectivitanas, Italia, verano, acampadas, sueños, risas, canciones, fiestas, sorpresas, Valladolid, LOS GRANDES CAMBIOS, nueva gente, maravillosos descubrimientos. . . DEMASIADOS MOMENTOS, la verdad, y pensando en cualquiera de ellos se me escapa una sonrisa.
He cambiado mucho en dos años, ahora huyo de abrazos y no se me ha vuelto a escapar ningún te quiero, estudio arquitectura ¿dónde quedaron esas ideas de Periodismo? A saber. Sigo pintándome las uñas de mil colores, siendo indecisa, comprando compulsivamente... La misma, pero distinta. Hasta estoy aprendiendo a ser un poquitín borde (eso igual sea por el aire de Pucela, está por analizar).
Y bueno, ¿año nuevo vida nueva? I don't think so. Año nuevo, calendario nuevo, aventuras nuevas, gente nueva... Pero no vida, porque todo lo pasado es parte de ella, y nos hace quien somos... Y personalmente, en dos años he aprendido que se cambia un montón, pero no de un día para otro. Los hechos de un día en concreto desencadenan un montón de piezas de domino cayendo y dibujando nuevas formas, pero nada se crea de un 31 a un 32 de diciembre, ni de un 12 a un 13 (Que por cierto, es un número que me encanta)
Y bueno, aún no sé si publicaré en twitter, dado que mi padre también ha descubierto mi perfil ahí, y se empieza a convertir en mi stalker. Bueno, si llegas aquí también... hola, por decir algo -.-
En fin, si has llegado hasta aquí (y no eres mi padre, el cual no debería estar leyendo esto) FELIZ AÑO :)


Ya llevo un año sin engancharme a nadie, si nadie, sin hacer daño, ni sentir nada especial. (un año, jajaj,sí, por lo menos desde el año pasado JAJAJAJAOC)

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^