sábado, 12 de julio de 2014

PRESÉNTATE.

Creo que los mayores fallos en mi vida van tras de un "no presentado", o es este quien los precede, no lo tengo claro.
Que por muy dicho que esté, hace falta tiempo para entender que el mayor fracaso es no intentarlo.
Una conversación a medias, el mensaje que no enviaste, el examen que no quisiste hacer, la vida que dejaste "para luego si eso". Porque sin duda tiene que existir un punto de no retorno y a mí me asusta haberlo alcanzado en algunos aspectos. Quién sabe, tendré que darle una vuelta a eso.
No hablo de otros, hablo de mí. Esta vez no tiene que ver con segundas personas, esta vez es Andrea contra Andrea, a ver quién de las dos es menos tonta. Creo que ha llegado el momento de querer demostrarme que la mejor manera de llegar a algo es intentarlo y luchar por ello, de quererlo de verdad. O más bien de hacerme ver que si yo no hago algo nadie va a intentarlo por mí, y que con veinte años ya va siendo hora de perseguir algo con ganas y fuerza de voluntad.
Espero que cuando llegue el momento de examinarme a mí misma y ver si de verdad estoy intentando lo que quiero, me presento y no lo dejo en blanco, porque sería todo un logro. Algún momento tiene que ser el de verdad, el de "eh, que has podido" y no tengo que darle explicaciones a nadie ni buscarlas para mí misma.
A ver si es verdad.
A vosotros qué más os da.
Ya lo sé, me marcho a presentarme ante mí misma.


jueves, 10 de julio de 2014

Límites.

"Oye, tú eres mayor, y llega un momento en que tienes que tomar el control de tu vida, todo tu pasado, los que te han hecho daño o no se portaron como deberían de haberlo hecho o no estaban cuando tenían que estar, ahora solo estás tú, basta de excusas."
-Shameless- 

¿Cuántas veces nos intentamos convencer a nosotros mismos de que hay amigos que siguen siendo los mismos de siempre? Intentamos, y pongo ese verbo a conciencia, porque siempre es vanamente. Cuando una persona no está durante unos meses a tu lado, y de repente vuelve, piensas "¡jope! Habrá estado agobiado, qué bien, todo vuelve a ser como antes..." y te vienes arriba repitiéndote que todo es como siempre. Y pasan el par de meses de vacaciones y con ello toca volver a la rutina universitaria, y ¡anda! ¡sorpresa! esa persona vuelve a desaparecer, y esta vez ya no te pilla de imprevisto, y lo ves venir. Y lo que el curso anterior fueron unos meses, esta vez se convierten en muchos meses más. Esa persona en la que confiabas ciegamente, que era una de tus piedras angulares, un gran amigo. Y como estudias Arquitectura apáñatelas tú para sacar un trozo de cimientos y mantener el resto de la fachada tan perfecta como siempre. Y aparece puntualmente cuando tú ya te cansas de darte falsas esperanzas de que nada ha cambiado. Y milagro, ¡bang! ¡brujería! ahora lo blanco se vuelve negro y parece que de estar meses sin hablar necesitan decirte algo todos los días. Y tú te alegras, otra vez, y te prometes que esta vez todo será del color del rosa de siempre y que no cambiará en un par de meses. Pero no eres ciega ni tan tonta como crees, y ya no sabes si merece la pena hacerte ilusiones para luego tener que quedarte cojeando, otra vez. No sé.
Cada vez sé menos.
Y cada vez me niego con más ganas a volver a las mismas por tercera vez. 
Y lo que antes te hacía martirizarte por las noches ahora simplemente es un hecho más en tu vida, que recuerdas más de lo que te gustaría, pero menos de lo que solías hacer. 
Y te planteas seriamente si merece la pena acumular historias tan largas sin resolver y sin nadie interesado en hacerlo.
Pero ni de broma otro qué más da, porque ya no da igual.
Creo que hay límites respecto a las lágrimas y los malos momentos que puedes pasar por la ausencia de una persona, y quizás es hora de fijarlos.
Que me gustaría más que a nadie que todo volviese a ser como antes, pero no para un rato.
 Porque no me veo capaz de soportarlo una tercera sin darme por vencida.

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^