martes, 2 de diciembre de 2014

Fuera de lugar.

Sabes esos días en que todo es tan oscuro que no puedes pensar...
Pues sí, yo sí. No sé si lo que hago me gusta, ni si me gusta lo que hago.
Desconozco cuándo ni por qué decidí que esto me haría feliz,
ni fácil, ni difícil, solo fuera de lugar.
De lugar, de casa, de carrera, de decisiones, de momentos.
Me veo fuera de todo, y no me gusta, pero tampoco es que dentro me sintiese mejor.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Bloqueos de Nada.

Tengo un bloqueo, casi un agujero negro,
el proyecto prácticamente a cero
y muchas ganas de llorar.
No sé salir de aquí, ni tampoco recuerdo por dónde he entrado,
solo queda la certeza de que yo ya no quiero jugar.

Maldito y horrible bloqueo, llevo más de tres semanas con sus consecuentes e infinitos croquis y ninguno merece la pena. Y como siempre que esto me sucede, con proyectos o con cualquiera de los otros mil aspectos de mi vida que me dejan noqueada, acabo vomitando líneas cargadas de impotencia en este sitio. ¿Cómo se sigue cuándo olvidas los motivos, el por qué quisiste empezar? Estoy perdida en incontables líneas temblorosas en papeles transparentes arrugados, y ahora es cuando viene el asesinable de turno a decirte eso de "querer es poder", y tú te quedas pensando, pues entonces podría matarte. No, en serio, los imposibles existen, y los bloqueos también. El temor de muchos es un papel en blanco, lo que debería ser el inicio se convierte en un laberinto en el que ni siquiera hay callejones sin salida, no hay nada, no hay destino, ni origen, y hasta las ganas se esfuman con el humo de la vela de vainilla que me acompaña.
Y llegas a ese punto en que se te olvida quién eres y todo lo que querías ser, porque hasta ese verbo pierde el sentido. Nada lo tiene. Y ni siquiera sé dónde se ha escondido esta vez nada y donde ha enterrado sus tesoros arrebatados.
Y Nada se queda con todo.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

In time, In facebook, In instagram, in shit.

Llevo años pensando que una película solo es buena cuando al terminar nos despierta alguna especie de idea, sentimiento, e incluso una fugaz sonrisa. Y yo acabo de terminar de ver In Time, un mundo paralelo en el que todo, absolutamente todo, es tiempo. La vida se paga con vida, e incluso el sueño también. Y cuando ha terminado he actualizado instagram, y me he dado cuenta de que hoy en día no pagamos con tiempo, pero la gente se cree más feliz, incluso "viva" cuantos más corazones tienen sus fotos, o cuantos más comentarios alabando su "selfie".
¿Qué nos diferencia? En la sociedad actual, es generalizada la idea de a más dinero mejor vida y mayor número de posibilidades, "oh estás exagerando, se te ha ido la pinza". No, qué va, no nos damos cuenta del valor que dan las personas a la opinión de otras sobre sí mismas, así que como para que nos cueste creer que esas mismos seres creen que con dinero pueden mejorar esta situación.
Y se pasan los días mirando redes sociales, casi con tanta necesidad como los personajes de la película mirando sus segundos restar. La sociedad actual no lleva un reloj tatuado, pero a cambio lleva un móvil cosido a la mano, e incluso prefiere llegar tarde a un sitio para pararse a subir una foto del modelito a la página de turno antes que ignorar por una vez esa maldita red social y salir con una sonrisa en la cara y tiempo para pasear.
"Oh, pero ni que tú no las usases" Y yo aquí no he venido a decir eso, simplemente a plasmar la idea que ha despertado en mí la última película que ha enriquecido mi tiempo. Tampoco es para pensar que lo escribo aquí con intención de abrir los ojos a nadie, en primer (y único) lugar, escribo esto porque me sale de la punta de la nariz opinar sobre mí misma y lo que veo en mi entorno.
Tengo twitter, facebook, instagram, blog, y todas las tonterías que se os puedan pasar por la cabeza, pero a veces lo veo más como un diario en el que de vez en cuando me permito observar, en incluso criticar, fugaces momentos de mi pasado. Odio aquella foto con aquella persona que consideraba una amiga, odio aquella entrada en la que escribía bajo los efectos de autoconvencerme de que me "habían roto el corazón", odio aquel final de todas y cada una de las viejas conversaciones de tuenti que siempre terminaban con un "tQ" y derivados, odio aquella asignatura de cuyas entregas me quejaba con fotos adjuntas. Y otras tantas que me deje. Ni que decir de mis primeros intentos de entradas de por aquí, las odio y me avergüenzan, como esa foto que tienes haciendo algo ridículo cuando no tenías uso de razón ni tampoco memoria pero que tu madre siempre enseña, y con la que tú también te ríes.
Supongo que para eso está el pasado, y también el presente. Y supongo que en el futuro encontraré en el momento actual algo para reírme del mismo, pero aún así me quedará la certeza de que me importaba más mi opinión y mi sentimiento en aquel momento puntual, que la cantidad de personas a las que le gustase. No pretendo dármelas de egocéntrica ni de especial ni de paranoias de estas, claro que me importa lo que piensen de mí, pero pocos tienen ese "privilegio".
Que todo esto va un poco de eso, de que nos importe lo que piensen los que nos importan y a los que les importamos más que las ojeras que luzcamos el día de la entrega de turno, no malinterpretéis, pero cuánto menor es ese número de "fugaces influencias externas" aún menor es la dependencia de las demás.
No vengo a predicar que hay que quererse, quién me conoce sabe que no lo hago y aún menos pretendo que sientan eso por mí.
Y ahora me asalta la duda que me lleva persiguiendo muchísimo tiempo ¿es posible querer a alguien cuando no te aprecias un mínimo a ti mismo?
Hasta aquí hemos llegado por hoy, estas estructuras no se van a estudiar solas, pero tampoco conmigo, y por mucho que me apetezca seguir explotando el tema voy a hacer unos bucles enormes de contradicción que me van a dejar aún más desconcertada y falta de credibilidad e ideas claras.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Asesinato a la poesía sin premeditación y con disculpa.

Supongo que llego al punto en que me da igual si lees lo que escribo,
o lo ignoras,
o me ignoras,
convencida estoy de encontrarme en la situación del que solo quiere contar
sin tener en cuenta que quizás a ti todo esto te importe un comino.

He pasado por cosas, como todos,
y he aprendido solo con algunas de ellas,
con la inocente, y estúpida, creencia
de que era mejor olvidar y tapar con una tirita
a dejar sangrar la herida y que el tiempo la curase.
No es lo mismo cerrar, que curar.
Porque una herida no es una puerta,
no se cierra cuando queremos,
y siempre se abre cuando nos olvidamos de ella,
cuando dejamos de apretar para parar la sangre,
y los recuerdos.
He creído que olvidar era crecer, y recordar puro martirio,
sin pararme a pensar que privados de los errores que fuimos
estaríamos como creemos encontrarnos cuando nos obligamos a dejarlo ir,
e igual de jodidos que cuando vuelve y nos pilla desprevenidos.
No, no digo que haya que admirar el pasado
y enmarcar todas las viejas fotos para verlas día tras día,
pero, sin duda, no podemos permitirnos el lujo ignorarlo,
porque es la única escuela en la que ningún ministerio puede intervenir.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Nudos de órbita.

Freak show, no el que sale en American Horror Story, hablo de mi vida en general.
Concatenación de situaciones que no abarcamos a entender, y otras tantas que no nos atrevemos a aclarar.
Freak show, porque quizás no es necesario que las rarezas se vean, algunas además las llevamos por dentro.
Raro, muy raro todo.
Como las casualidades que truncan tus planes, como las veces en las que le echas valor a algo y crees que te vas a atrever a hacerlo, pero luego no se puede, porque ya no hay planes. Todo casualidades, que te hacen pensar, quizás es lo mejor y yo no debiese hacer esto, o aquello otro.
Hoy vengo aquí a pedir opiniones, que me den valentía para hacer algo, o por el contrario, para conseguir callarlo un poco más. En realidad no sé qué será más valiente de las dos.
Callar y aguardar, convencida de que algún día se obrará el milagrito por arte de birlibirloque; o, por el contrario, hablar y no esperar a ver que pasa, una situación de relativa calma, porque pase lo que pase, y aunque te esperes lo peor, cualquiera de las resoluciones del problema te sacarán del estado de duda.
¿Qué opináis? ¿Los sentimientos por fuera, o mejor guardaditos para que parezcan no existir?
Así, sin contexto ni nada, lo mejor parece que por fuera, pero si os cuento que es una persona importante en mi día a día, un gran apoyo... Ya la cosa cambia, porque cada uno es un mundo, y no sabes cómo girará si le haces un nudo a la órbita. Quién sabe, porque yo, al menos, no tengo ni idea de cómo actuar.
Mi mayor principio ha sido desde hace mucho tiempo, y desde que lo aprendí por errores cíclicos, es que un buen amigo solo puede ser eso, porque después todo se estropea, nada sigue igual. Y no puedo decir que me haya ido muy bien, pero tampoco me ha llevado a ir de pena.
No sé, no sé, NO SÉ.
Si alguien me lee, este es el momento, opina, por favor, OPINA, aunque solo sea para que yo deje de dar el tostón siempre con lo mismo.

Cada persona es un mundo, así que vete a saber tú como evoluciona su trayectoria si le haces un nudo a la órbita.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Pre-ocupaciones.

Hoy leyendo twitter me topé con la preocupación adolescente de tensión pre-entrada a una discoteca siendo menor de edad, y recordé la sensación de no tener dieciocho añitos con su intriga por saber si esa noche conseguirías entrar, la euforia de haber conseguido colarte y el máximo estado pletórico cuando te pedían el dni y ya podías responder ¿te vale el carnet de conducir?
Esa inocencia, y esas preocupaciones... ¿dónde quedaron? Porque apenas han pasado dos años y ya ni siquiera tengo ganas de salir de fiesta, de llevar la documentación solo por si tienes que comprar algo con tarjeta y tienes que identificarte, de pasar de las noches de no dormir por quedar con un amigo a estudiar historia y sacar más nota que él sin leerte una página a las de no poder pararte a respirar por otros motivos muy diferentes, las preocupaciones universitarias y el futuro incierto.
A mí antes me quitaban el sueño otras cosas, cuando tenía sueños alcanzables y dormir poco significaba tumbarte a las dos por quedarte hablando con esa persona hasta "las tantas". ¿Dónde me dejé eso? Esas ganas de un sábado arreglarte y salir a celebrar que habías quedado con "nosequién que tiene ese nosequé que me deja nosecómo" para tomar un chupito y los que surgiesen después.
Esas malditas ganas han sido sustituidas por las ganas del fin de semana simplemente por poder dormir, el haber convertido el dormir casi en un placer en lugar de una necesidad.

Guardan más secretos las colillas apagadas en los ceniceros de las terrazas que las letras que pueda plasmar aquí, los suspiros que se llevan sin quejarse, y el ansia de poder sentir algo.
¿Dónde me dejé los sentimientos? Porque hoy en día el humo es lo único que despierta miedo y a la vez relax en mi rutina diaria. Contradicción tras contradicción acompañada de demasiados cafés...

Supongo que en el fondo me quedan algunos más, pero soy demasiado obcecada para admitirlos y menos para decírselos a quien los merecen, Pero claro, yo ya no soy aquella chica de dieciocho años que no sabía lo que era tontear y lo hacía con una inocencia acompañada de naturalidad que ya quisiera ahora. Ya no soy la chica que dijo te quiero demasiado pronto, ni la que evitaba decírselo después a una persona porque era mentira pero hacer daño parecía peor opción que enfrentarse a la verdad.
Creo que en el fondo sigo siendo la que no lo dijo en el momento por miedo a que la verdad hiciese más daño que la incertidumbre que no terminó bien. La misma a la que el miedo a perder a un amigo le llevó terminar por alejarlo, y la misma a la que todo apunta a que le volverá a pasar lo mismo.
Y sigo manteniendo los mismos errores de hace años,
Hay quien no aprende porque una vez aprendió de golpe y porrazo.

jueves, 23 de octubre de 2014

Cajas de metal.

En todas las casas existen las típicas cajas de metal que en un principio contuvieron galletas, pero siempre que las vas a abrir con ilusión descubres que en su interior no quedan vestigios de aquellos dulces, sino hilos y alfileres.
Hoy me he puesto a pensar, y me he dado cuenta de la cantidad de años que llevo fingiendo y queriendo ser como esas cajas, que contienen cosas que no deberían.
Años pretendiendo no sentir aunque si padecer, mucho tiempo de no querer ver que quedaba alguna galleta convenciéndome de que se las habían llevado todas.
Y resulta que también he descubierto en que el fondo hay una parte oculta en la que quedan las mejores, y que están muy bien escondidas. Supongo que es algo que no hubiese sabido ver sola, y tampoco voy a decirle a quien me ha ayudado sin saberlo que existen. 
Ahora sé que tras tanta fachada aún queda algo decente en el fondo. Y me voy a limitar a dejarlas ahí, hasta que se pasen y pueda tirarlas sin remordimientos. Y no sé cuánto tiempo puede quedarles, pero años de experiencia me demuestran la cantidad de tiempo que puedo conseguir olvidar que existen.
Soy una de esas cajas de metal que alguien ha llenado de cosas que no son galletas, y en las que otro alguien me ha hecho rebuscar hasta darme cuenta de todo lo que no se ve.
Y tengo un dilema interesante. ¿Las galletas existen o me estoy convenciendo a mí misma de que pueden hacerlo?
Porque encima soy una de esas cajas horribles que se guardan en el fondo de un armario, y que tras un tiempo nadie sabe si contienen hilos, galletas pochas, o simplemente telarañas.
No lo sé ni yo, pero tengo que ser el armatoste más espantoso que se haya visto entre todo el repertorio de todas las cajas de metal de todas las abuelas del mundo.
 Aunque a la mía le guste.


domingo, 19 de octubre de 2014

Cincuenta nadas y muchos ojalás

Llevo años escribiendo aquí lo que no me atrevo a hacer donde debería.
Y mucho más tiempo convenciéndome de que hay cosas que no existen, y sigo sin creer que lo hagan.
Pero me gustaría contarte tantas cosas, muchas más de las que sabes.
Y en el fondo hasta eso lo sepas también y yo esté dándole vueltas a imposibles, qué raro en mí.
Sería genial poder contarte que las personas con las que más tiempo he pasado en los últimos años me han visto contigo, y han confesado que jamás me han visto tan feliz, y les ha gustado. Y mis amigos te aprecian por ello, pero yo más.
Estoy confundida, una mezcla de "sentimientos". De no saber, pero sabiendo.
Sabiendo que estas cosas le salen bien a muchos, pero nunca a mí, que ni las merezco.
Sería un alivio decirte esto, a ti, que siempre me sabes encontrar y también dónde y cómo buscar.
Me quitaría un dolor de cabeza si tuviese el valor de decirte lo mucho que me callo (aunque parezca que no), el valor y la certeza de que puede salir bien.
Pero la única seguridad a la que me aferro es la de saber que las cosas como se encuentran ahora es lo mejor a lo que voy (y vamos) a llegar nunca. Y mi confusión tampoco sabe si siente, padece, o está perdida conmigo.
Y no quiero perder nada, porque sé que esto es inmejorable, y qué cuanta gente quisiese tanta complicidad con sus amigos.
Pero si hasta le estoy cogiendo manía a esa palabra porque no sé si es lo que quiero.
Sé que quiero que no lo sepas, porque no tengo dudas de que solo puede salir mal.
Y me asusta. Mucho. Porque haría todo más imposible de lo que ya pienso, y eso me llevaría a una enorme decadencia viciosa de pensamientos en bucle. De desvaríos, incluso, más retorcidos que este.

Ojalá.
Mucho.



Ni siquiera sé por qué escribo esto aquí, sabiendo que alguien lo puede malinterpretar, o incluso tú captar los sentidos y alejarme.

Yo, que no tengo ni soy nada. Que del montón más grande que encuentres salen otras cincuenta mejores que yo, en cualquier cosa que nos propongas. Yo, que a la vez soy otras cincuenta más que esas en mi cabeza.
Imaginate, cincuenta locas discutiendo sobre todos los temas, sobre lo guapo que estás hoy, y sobre lo que me duele la tripa de no parar de reír. Carcajadas y por qué no alguna mariposa, quizás.
Un gallinero. Para encerrarnos en el manicomio y tenernos años solo con luz solar para olvidar lo mucho que nos gustan las nubes y las tormentas. Y el resto de cosas bonitas que por desgracia poca gente sabe apreciar. 
Todo eso y más cabe bien aplastado bajo ese montón de normalidad. Y al lado hay montones de genios y maravillas.
Quién quiere rebuscar y quedarse con la aguja rota y defectuosa pudiendo dar una palmada y conseguir magia.
Nada, lo que tengo, y lo que soy.

Lo que seré.




viernes, 17 de octubre de 2014

Ojeraa felices dando saltitos.

BIndudablemente no se puede juzgar que es una semana horrible en martes, porque puede llegar el viernes y que tras tanto sufrimiento descubras que el esfuerzo ha merecido la pena y que te tomas las cosas demasiado en serio. Y puede que hasta las noticias buenas vengan de dos en dos. Y tu felicidad va dando pequeños saltitos por el mundo con sus graciosas ojeras.
Y de repente encuentras el regalo que llevabas tiempo buscando justo en la puerta de tu casa, y what a wonderful world.
Hasta a veces te crees que sabes como hacer algo más felices a tus amigos, y no es algo que admitas todos los días.
Se puede estar feliz siendo triste.

martes, 14 de octubre de 2014

Haters gonna hate.

Se pueden odiar muchas cosas.
Como por ejemplo que tu felicidad dependa de una persona. Es patético, pero aquí estoy yo, haciendo algo que realmente me gusta pero que puede ser no válido para quien corrige. Y eso es triste. Lo de haber pasando años y años sin que te importe lo que piensen de ti y tener que estar sufriendo por un profesor. No, no me estoy quejando de profesor, de hecho en lo que va de curso me ha resultado muy agradable y, todo hay que decirlo, alguien que sabe enseñar, y no es algo que se pueda decir de todos los docentes del mundo (o al menos de todos por los que he pasado). Y sé que cualquier crítica será constructiva, y esas son las buenas, pero mi coraçao se romperá un poquito.
También se puede odiar una canción.
Y un libro.
O también puedes odiarte a ti mismo. Y en eso sí que saco matrícula. Pero claro, tú cuéntale esto a alguien, aunque sea un amigo, e intenta que no piense que estás loco. Porque a ver, lo que piensen de ti siempre te ha dado igual, pero un atisbo de "a esta se le va la pinza" pues te hace plantearte que tengan razón, y eso solo sirve para acumularse a tus motivos.
Razones, que muchos opinan sin razón. Cosas de la vida. Pero oye, tengo la suerte de contar con amigos capaces de intentar comprenderte y no juzgarte, supongo que por eso se llaman amigos.
Hoy he leído en twitter esto "Hay dos motivos en la vida para quedarse sólo. Que machaques a los que te quieren. Que los que te quieren se cansen de que te machaques." (https://twitter.com/MisMudras/status/441974925243711488) y es difícil encontrar verdades que te abran tanto los ojos cuando sigues a demasiada gente. Siempre he tenido claro que acabaré por quedarme sola, y me he obligado a que me guste estar en mi compañía, aunque no me soporte. Incoherencias odiosas, eso también lo sé. Pero sé despistarme muy bien de mi propia compañía y por eso siempre tengo unos cascos y/o un libro detrás de otro a mano. Dar un salto de tu vida, y desconectar. Olvidarte de quién eres y de qué odias. Y de lo que quieres y no te ves capaz de conseguir, eso también.
En ocasiones te encuentras personas rodeadas de gente con la que se cubren las espaldas simplemente por el miedo a estar solos, y eso me parece aún mas triste. No sé, cuestión de opiniones. Pero eso acaba haciendo daño a otros individuos que ven en la compañía ajena algo más que una excusa para no ser en singular, por el mero placer de disfrutar con otras personalidades distintas (no creo que haya dos iguales). Y hacer daño a otra persona me parece aún más deplorable que hacérselo a uno mismo.
Controversias y puntos de vista.
A veces me gustaría verme desde fuera, no sé. Conseguir descifrar algo más de la sensación que transmito a quienes intentan conocerme un poquito. Supongo que desde fuera resultará tan patético como desde una misma. Pero son cosas de mi vida.
Te acostumbras, supongo.
Haters gonna hate, y A también.


martes, 7 de octubre de 2014

Letras y humo.

Pensar está sobrevalorado, y hablo del hecho en general. Porque si fuese recapacitar sobre algo serio y lógico no estaría yo aquí quejándome. Pensar bien, es lo que le falta al mundo; pero siempre dicen "a ver si pensamos". Que sí, joder. Pero lo importante es en el "qué".
Yo creo que lo hago demasiado sobre cosas que no debería, y muy poco sobre lo importante.
(Y no poder escribir aquí con total libertad también me hace pensar.)
Aunque como siempre que necesito no pensar, cojo un libro, zumo, la cajetilla y me salgo a la terraza. Hay gente que fuma de fiesta, gente que fuma en los descansos de clases... y luego estoy yo, que me hace concentrarme solo en el humo y olvidarme de los "problemas" que no me dejan centrarme.
Humo y letras, y más letras, y millones de páginas. Sin duda no creo que exista una cosa en el mundo que te aparte más de la realidad que un libro. Y sí, me gusta mucho el cine y ver series, pero me absorbe mucho más la literatura. Cada día adoro más al gran Haruki Murakami, y cada vez me queda menos para terminar de leer toda su bibliografía, y eso me da como penita. (Y si alguien lee esto y tiene algún libro en mente, por favor, que me lo deje abajo en un comentario. Puede hacerse una leve idea de lo feliz que seré).
En cuestión de días me llegará por fin Grecia de Irene X, el número 34 de la primera edición, incluso dedicado por ella misma, no sabéis lo contenta que estoy. Si alguien no la conoce, buscad su blog o su twitter, y admirad la belleza que desprende en los píxeles que escribe.
En realidad he abierto esto porque me apetecía explicarle a alguien aleatorio uno de los motivos que me mueven a leer tanto. Supongo que estaría bien implicarme más en el mundo, pero la total abstracción que me regalan historias ajenas (con o sin parecidos a la mía) es algo incomparable a nada.
"Oh, mírala posturea y se cree especial porque le guste leer tanto".
Pero que cada uno piense lo que quiera, y de lo que le venga en gana.


viernes, 3 de octubre de 2014

Tiempo y cordura.


"Sé que es muy tarde, sé que da igual, sé que si te miro me puedes borrar."

Que sí. Que existen personas que pueden borrarte con una mirada. Fulminarte. Dejarte tarumbas, vamos. Que no, no vengo aquí a hablar de amores a primera vista, ni de amores a nada. 
Pero sí a opinar que nos obcecamos en dotar de un exceso de poder a ciertos ojos. Y lo hacemos solitos, con imaginación y tiempo libre vemos señales que no existen y mandamos mensajes muertos a la nada.
A dormir, decía. A intentarlo, porque el teclado me llamaba con más ganas que la almohada.
Y creo que el mundo es demasiado complejo. Hoy creo que he leído algo de Murakami que quería decir más o menos "un límite es donde algo distinto empieza, no donde termina". Y me ha gustado, muchísimo. Porque a fin de cuentas los límites nos los terminamos poniendo solitos, y acabamos por obligarnos a buscar nuevas alternativas.
Y vamos dando saltos por el mundo a ritmo de latidos de corazón.
Y pensamos que hay abrazos que lo curan todo, pero que cuando se dan demasiado, pierden su poder.
Y sin duda nos obcecamos en que no podremos querer a nadie nunca.
Y de lejos sabemos que nadie nos va a querer de verdad en nuestra vida.
Todo va un poco de eso ¿sabéis? De no saber nada, y de tener algo en qué pensar mientras intentas dormir con la mirada clavada en la infinita oscuridad que te envuelve. Y no solo de las literales.
Quizás sin los pequeños detalles en los que terminamos edificando castillos insostenibles la vida sería un tanto aburrida.
Quién sabe.
No consigo encontrar la metáfora que me fui buscando, sabiendo que quizás lo puede leer la persona involucrada y que aparezca una tensión pifostial. (de pifostio, claro)
Un rollo patatero. 


Me pierdes pierdo, y pierdo. 
Tiempo, cordura.

Mensajes muertos.

Y en cuanto terminé de pronunciar la última palabra me di cuenta de que en demasiadas ocasiones es mejor no contar algunas cosas. Darte cuenta de que algo solo es secreto cuando no lo sabe nadie, y que cuando repites una historia cincuenta vez pierde toda la "magia" que creíste ver en un primer momento.
Pero qué le voy a hacer, nunca fui muy lista, ya se sabe; y creo que en el fondo cada día lo soy un poco menos dividiendo mis períodos mentales en una compleja e interminable divagación de un tema en concreto, o por el contrario totalmente inmersos en la nada absoluta de quien lee algo absorto olvidando que el mundo existe. Algo, como si fuese corriente, pero en realidad me refiero a mí leyendo toda la bibliografía de Murakami.
En el fondo, que tengo una preocupación que por imbécil he contado a algunas (demasiadas) personas el problema, y eso es echarle hierro al asunto. Pero como sé de siempre, no destaca mi brillantez.
Son las cinco y media de la madrugada de un viernes, pasada la noche del jueves en que yo no tenía ninguna mínima intención de salir.
Y bueno, que ni me apetece buscar una metáfora para explicar esa maldita preocupación.
Voy a concentrarme solo en Nudozurdo ahora. Buenos sueños a todos.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Veranos.

Hay pequeños placeres en esta pequeña ciudad perdida que tardaré en encontrar en otras. Como salir a mi terraza con los cascos sonando al máximo en un aleatorio de The Smiths (por ejemplo) mientras ves muchas nubes negras rodear este sitio, y sin multitudes de gente agobiante a todo tu alrededor. Creo que es la única manera en la que me siento cómoda viendo a tantas personas juntas, desde un sexto piso y con vista panorámica de todo.
Y sé que todo es acostumbrarse, y que si van dos años fuera, el tercero se echarán un poquito menos en falta esos momentos. Pero no me gusta.
Que ya no sé ni lo que digo, menuda novedad.
Se terminan las vacaciones, el verano de mi vida. No sé si es aventurarme mucho, pero creo que este ha sido el mejor en veinte años (o de los mejores). Planes imaginados infinidad de veces, y otros que fueron enormes sorpresas. Y como todos los años, un verano que termina con las fiestas de este particular lugar del mundo. Empiezan bien, aunque se me hace raro que no estén algunas personas.
Yo, echando de menos. Pero qué va a ser esto.
Cambiaremos los pequeños placeres de aquí por cafés y buenas conversaciones en otros sitios. Y dejaré de quejarme. Creo.
Un amigo dijo este verano que pensamos demasiado en el futuro y en el pasado, y que tenemos que vivir más el día a día, y disfrutar de lo que hay. Así que habrá que aparcar las desvariaciones y preocupaciones para cuando podamos permitirnos perder tiempo en ellas sin dejar de lado lo bueno.
Miau,

viernes, 5 de septiembre de 2014

Si te esfuerzas puedes desaparecer.

Necesito salir de aquí. Lejos y sola. O con quien sea capaz de soportarme (cosa que llevan años diciéndome que no lo hará nadie). Porque aceptamos el amor que creemos merecer y a mí no paran de repetirme (además de las voces de mi cabeza) que no me aguanta nadie. Y mucha gente no entiende que sepas que no estás a la altura de otra persona, pero en qué narices voy a creer si quien dice conocerme más que nadie no para de repetirme que todo el mundo me deja, que los amigos siempre se marchan (o más bien que no tengo)  porque quién me va a aguantar. Como si conocer a alguien fuese tan fácil. Supongo que por eso me da miedo la gente, ya no sé si quienes creo me conocen del todo o no me atrevo a dejar que lo hagan. Supongo que por eso nunca le cuento estas cosas a nadie, pero las escribo en un sitio concreto. Pueden llamarlo attentionwhorismo y demases, pero supongo que es imposible guardarse todo dentro y todos necesitamos nuestro propio sitio para explotar sobre temas de los que no nos gusta hablar. Y supongo que es público porque a veces estaría bien que alguien supiese que necesitas un abrazo que te haga sentir cómoda y segura, que te arrope un poquito aunque sea verano y haga calor, aunque sea a distancia y de anónimos des-conocidos que saben más de mí que muchos.
"WE ACCEPT THE LOVE WE THINK WE DESERVE" un tema a explotar en el futuro, pero no ahora desde el móvil y este duro suelo en el que tan cómoda me siento.
Dejadme abrazos.
Lejos.
Pero me esfuerzo y no desaparezco.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Festivales y películas de más

Volvemos a la carga con los veinte recién cumplidos. El verano no ha terminado, pero es buen momento para recapitular todos los buenos vividos. Muchos, concentrados e irrepetibles. Verano de festivales, de amigos, de crecer, de afianzar y confiar. Sin duda, de los mejores.
El primero, jugábamos en casa y se dice que por ello con ventaja. Fue un gran Sonorama, si tengo que quedarme con UN único conciertazo, elijo a Doble Pletina. Si los conocéis, ponedlos ahora otra vez; si no sabéis quien son... ESTÁIS TARDANDO. Considero que es uno de los grupos de mi grupo, por así decirlo "porque en esta ciudad que cada día es más pequeña donde sucede lo mismo una y otra vez, es difícil relacionarse y más hacer amigos..." y por muchos motivos musicales más. Disfruté en ese concierto como si fuese una niña pequeña por primera vez en un parque de atracciones, y de verdad que cruzo los dedos y cuento los días para el próximo. Tachenko sonaron genial, y el concierto de Parade fue importante para mí (por motivos más personales que musicales, y que intenté plasmar de manera nefasta en palabras en este mismo sitio hace unas semanas). Sí, vimos a Raphael, y sí, han sido grandes noches pero sin "Mi gran noche". Disfruté por fin de un directo de Los Planetas, que empezó ahí ahí, pero sin duda terminó por todo lo alto, yo salí encantada. Bueno... que vimos muchos conciertos (quizás menos que el año pasado) pero no tengo queja. La compañía ha sido inmejorable, Y HEMOS TOMADO CAFÉ :))))
Tras un par de discusiones, conseguí que me dejasen ir a Paredes de Coura. Jugábamos en territorio desconocido, y sin duda ganamos. Experiencia, felicidad y sobrevivir a mi primer camping. No encontraré jamás forma de describir la paz que se sentía en la "praia fluvial" a la semisombrita, viendo las hojas mecerse al son del viento, escuchando directos a lo lejos y sin mayor preocupación de qué bebíamos esa noche y a qué hora nos movíamos al recinto. Conciertazos, eso por supuesto, había cartelón y no defraudó. Favoritos... James Blake estuvo pletórico, Kurt Vile enamorando aún más, Mac de Marco fue un bonito descubrimiento en directo al que pienso seguir la pista, y el estilo de Seasick Steve molaba que te pasas (((¿se puede seguir hablando así con veinte años?))), Beirut fue otro gran directo (disfrutado en la lejanía gracias a los traumitas a olvidar de ese festival), The Growlers, The Dodos, Black Lips, Chvrches (que perdieron parte de mi amor en directo)... EH ¿Y FRANZ FERDINAND?¿Y LOS KAPRANERS? El peor concierto de mi vida, lo siento. Sí, me agobio con facilidad, pero pensé que sería capaz de llevarlo bien como en los infinitos conciertos que he vivido... Pero los pogos, el polvillo y el pavor de tanto fanático histérico me hicieron pensarme mejor el valor de esa cuarta fila y a mitad de la primera canción "No you girls" salí por patas de allí (y mi esfuerzo me costó) Y bueno, digamos que lo pasé un poquitín mal, al nivel de no ser capaz de ver el concierto ni desde lejos (era el mejor sitio para conciertos del mundo, un anfiteatro natural, que gracias a su pendiente te permitía ver el escenario casi desde cualquier sitio incluso sentado y blablabla que tampoco he venido aquí a venderlo porque cuanta menos gente conozca allí fuera de mi grupo de amigos, mejor), y disfruté del directo de FF sentada en nuestro punto de encuentro haciendo sudokus, amigos, y pasando un frío de c***. Y a pesar de las cuestas del pueblillo, las odiseas para llegar y sobretodo las de volver a casa, los pogos y pánicos, las duchas de agua helada, y las pocas pegas más que pueda encontrar, YO VOLVÍA ENCANTADA. Es una suerte que ese paraíso no haya sido colonizado por otros colectivos que empiezan a invadir los festivales de por aquí.
Y bueno, conseguimos volver a nuestras respectivas casas, dormir y comer tortilla de patata, que eran las necesidades vitales acumuladas. Después cumplí veinte años, y ahora pongo muchas florecitas en las conversaciones y redes sociales, me he aficionado al smokey de ojos gracias a uno de los regalitos de cumpleaños, y me ha entrado una crisis que no sé si será de los veinte o mi tontería actual (que venía de antes). Esa necesidad de querer cambiar cosas, pero no saber cuáles, ni cómo, ni cuándo. Cada vez entiendo menos el mundo, pero como no se puede dimitir mejor olvidar ciertos temillas y ya pensarlos en un futuro que espero lejano.
Ah, y ayer fui al cine, a ver Amigos de más. NO VAYÁIS A VERLA, invertid vuestro tiempo en algo mejor. Será mi vena hater que se hinchó cuando en un anuncio decían algo así como "la mejor comedia desde 500 días juntos", o que en realidad no era tan buena como decían. PERO SI VAS A COMPARARLA CON UNA DE MIS PELÍCULAS "PREFERIDAS", QUE SEA CON CONOCIMIENTO DE CAUSA O ALGO. Explotaban un tema ya agotado, con final predecible (como todo el argumento), en el anuncio te intentaban convencer de que un chico y una chica solo pueden ser muy amigos con mucha tensión no resuelta entre ellos, pero ya durante el film te intentaban vender la milonga de que no existe solo una muy buena amistad entre un chico y una chica. JÁ. Venga, que sí, que probablemente todos hemos "sentido" algo alguna vez por un buen amigo, pero ni es la generalidad del mundo, ni sale tan bien como pintan, ni nada. No, no hablo de que la friendzone exista, o no, es una palabra que no me hace mucha gracia. Pero tengo experiencia como para afirmar que A VECES es mejor conservar a alguien solo como amigo, que intentar algo más y que se marche todo al garete. Creo que sé un poquito de lo que hablo, no soy la primera que perdió a uno por tonterías, ni la última que lo hará.
Y pongo el a veces en mayúscula, porque uno de los mayores problemas del mundo es que se tiende a generalidades, y estas joder, de tanto tenderse, se tienen que secar y agotar. Que a veces está bien intentarlo, no vengo aquí a daros consejos sobre relaciones porque no las entiendo. Pero no te pueden  decir que o todo blanco, o todo negro. ENOUGH.


domingo, 17 de agosto de 2014

Última de primeras caladas

Se puede llorar de felicidad y entender tus últimos (más bien todos los) putos años de tu vida en una calada.

FELIZ

Acabo de hacerme mayor, con ayuda de quien sin duda es lo mejor que tengo a mi lado. He llorado a lágrima viva de pura felicidad, sin alcohol ni tabaco ni más adicciones. De felicidad pura ante las letras de un grupo que tenía muy confundido con otro, de felicidad de darme cuenta de que nunca lo he sido tanto.
De darme cuenta de todo lo que haga y he hecho era porque era lo que debería o no hacer. De que quiero fumar porque es de las pocas cosas que no pueden evitar que haga, de que toda persona que me ha atraído en los últimos años es porque es lo que alguien quisiera por mí, o todo lo contrario.
Felicidad pura de que he encontrado todo con lo que pocos sueñan de verdad, de darme cuenta de que ya no son secretos, sino más bien fantasmas de un pasado tan cercano que me asusta.
Felicidad de tener conmigo con lo que tantos sueñan y pocos encuentran.
Yo, que siempre me he prometido que el amor eran nubes de humo, y he encontrado lo que jamás pensé tener. He escrito mi primer te quiero (más bien un os quiero) que seguro tardaré mucho tiempo en conseguir decir.
Que quizás el amor no exista, pero ahora me da absolutamente igual.
Está siendo un gran sonorama y estoy siendo todo lo feliz que nunca creí alcanzar. Y hay gente que entiende que necesite escribir en vez de hablar.
Todo es bonito, y tal vez mañana no lo vea tan claro. Pero hoy he llorado solo de felicidad, y a mí me vale.
Ahora, de verdad, soy feliz. Y que le den a todo y a que esto al leerlo tenga algún sentido al leerlo. Es lo que quiero y necesito.
Que le den a todo y que quizás cada vez me de menos miedo dar abrazos.
Principita se hace mayor, y (me da miedo).
Pero QUÉ MÁS DA.

viernes, 15 de agosto de 2014

Felicidades.

Leyendo las últimas actualizaciones de los tantos blogs que he acumulado en seguidos a lo largo de los años (y que por falta de tiempo o interés) no leo nunca, he visto que felicitaban a Cara Delevigne y resulta que era el mismo día de alguien que fue realmente importante (hasta quizás llegué a llamar vital) durante, algún tiempo. Y fui consciente durante las 24 horas que duró su cumpleaños que era el día que, se supone, teníamos que celebrar que había nacido, y me siento vacía porque no he sido capaz de coger el teléfono para felicitarle, y tampoco he tenido ganas. Y supongo que esto es un poco triste, eso de no tener ganas (no diré ser capaz porque capacidad nos sobra a todos siempre que se ponen un mínimo de ganas), ni tampoco ilusión de escribir cuatro palabras (con lo mucho que te gusta a ti escribir a la gente ñoñadas por mucho que te empeñes en fingir ser una insensible tan a menudo) a la gente que te importa.
Y ya he hablado sobre límites demasiadas veces, y está siendo un Sonorama ideal y fantástico, y debería dejar de lamentarme por cosas que no logré remediar (o me cansé de asegurarme a mí misma que era lo que hacía). Y no lo sé, que cada vez entiendo menos cosas y doy más abrazos y ando más confundida que nunca.
Qué difícil es todo y que "chungo" esto de intentar expresarse después de una "gran noche" y demasiadas mezclas.
Termino con lo de siempre:

                 "Dejadme, que yo me entiendo."

P.D.: Felicidades desde un sitio que jamás leerás, y que sepas te quería, y mucho, y eso no lo consigue cualquiera ni se lo digo a menudo (aunque suela llegar tarde).

No sé qué es más difícil, si dejar ir o asimilar que hemos "conseguido" dejarlo marchar (aunque por momentos nos demos cuenta de que a quién has tenido tan dentro, no se les saca ni con lo que abrimos las botellitas de Ribera).

No sé si el mundo es triste o lo soy yo.
Qué más os da.

viernes, 8 de agosto de 2014

Espejos rotos y vasos vacíos.

Siempre he oído eso de que mirarse en un espejo roto da mala suerte ¿y ver tu reflejo en los ojos de una persona que lo está? ¿Acaso es mejor mirar hacia otro lado? Me he parado a pensarlo y creo que la realidad es que todos los espejos son un trozo de otro más grande, todos están rotos. Supongo que como las personas, todas son trozos de otra más grande, y todas están hechas de trocitos de todas las otras con las que se han ido encontrando. Y a veces pasa, que un trozo se mueve y a alguien se le desmoronan el resto de partes. Pero lo llaman mala suerte para sentirse con derecho a girar la cara e ignorar las malas situaciones. Igual que los espejos, si te deja tu pareja DUDO SERIAMENTE que sea por haberte mirado en uno que estaba roto, si te atropella un coche IGUAL ES PORQUE TE HAS PARADO A MIRARTE UN ESPEJO EN VEZ DE MIRAR DONDE DEBERÍAS. Y así con todo.
Igual mañana me cae un tiesto desde un décimo cuando pasee por la calle y podré decir "es que me miré en el espejo del ascensor antes de salir de casa y claro es que estaba roto y por eso me he quedado tonta", no por estar en el momento equivocado durante el peor momento, no, SEGURO QUE ES CULPA DEL ESPEJO.
Pero realmente creo, que lo que tiene que dar una suerte horrible, es verte en los ojos de alguien roto y apartar la mirada. Y lo llamo mala suerte, por no decir ser imbécil. Los imbéciles son los que achacan todo a la mala suerte en vez de a sus propios actos. Los mismos que en vez de terminar de llenar el vaso o bebérselo de un trago, dicen que está medio vacío y a otro tema.



No sé si he perdido práctica o ganado la capacidad de ver que no lo hago tan bien como creía, pero cada vez que la bombillita se me enciende con algo que me parece buena idea, termino con ganas de borrarlo.


sábado, 12 de julio de 2014

PRESÉNTATE.

Creo que los mayores fallos en mi vida van tras de un "no presentado", o es este quien los precede, no lo tengo claro.
Que por muy dicho que esté, hace falta tiempo para entender que el mayor fracaso es no intentarlo.
Una conversación a medias, el mensaje que no enviaste, el examen que no quisiste hacer, la vida que dejaste "para luego si eso". Porque sin duda tiene que existir un punto de no retorno y a mí me asusta haberlo alcanzado en algunos aspectos. Quién sabe, tendré que darle una vuelta a eso.
No hablo de otros, hablo de mí. Esta vez no tiene que ver con segundas personas, esta vez es Andrea contra Andrea, a ver quién de las dos es menos tonta. Creo que ha llegado el momento de querer demostrarme que la mejor manera de llegar a algo es intentarlo y luchar por ello, de quererlo de verdad. O más bien de hacerme ver que si yo no hago algo nadie va a intentarlo por mí, y que con veinte años ya va siendo hora de perseguir algo con ganas y fuerza de voluntad.
Espero que cuando llegue el momento de examinarme a mí misma y ver si de verdad estoy intentando lo que quiero, me presento y no lo dejo en blanco, porque sería todo un logro. Algún momento tiene que ser el de verdad, el de "eh, que has podido" y no tengo que darle explicaciones a nadie ni buscarlas para mí misma.
A ver si es verdad.
A vosotros qué más os da.
Ya lo sé, me marcho a presentarme ante mí misma.


jueves, 10 de julio de 2014

Límites.

"Oye, tú eres mayor, y llega un momento en que tienes que tomar el control de tu vida, todo tu pasado, los que te han hecho daño o no se portaron como deberían de haberlo hecho o no estaban cuando tenían que estar, ahora solo estás tú, basta de excusas."
-Shameless- 

¿Cuántas veces nos intentamos convencer a nosotros mismos de que hay amigos que siguen siendo los mismos de siempre? Intentamos, y pongo ese verbo a conciencia, porque siempre es vanamente. Cuando una persona no está durante unos meses a tu lado, y de repente vuelve, piensas "¡jope! Habrá estado agobiado, qué bien, todo vuelve a ser como antes..." y te vienes arriba repitiéndote que todo es como siempre. Y pasan el par de meses de vacaciones y con ello toca volver a la rutina universitaria, y ¡anda! ¡sorpresa! esa persona vuelve a desaparecer, y esta vez ya no te pilla de imprevisto, y lo ves venir. Y lo que el curso anterior fueron unos meses, esta vez se convierten en muchos meses más. Esa persona en la que confiabas ciegamente, que era una de tus piedras angulares, un gran amigo. Y como estudias Arquitectura apáñatelas tú para sacar un trozo de cimientos y mantener el resto de la fachada tan perfecta como siempre. Y aparece puntualmente cuando tú ya te cansas de darte falsas esperanzas de que nada ha cambiado. Y milagro, ¡bang! ¡brujería! ahora lo blanco se vuelve negro y parece que de estar meses sin hablar necesitan decirte algo todos los días. Y tú te alegras, otra vez, y te prometes que esta vez todo será del color del rosa de siempre y que no cambiará en un par de meses. Pero no eres ciega ni tan tonta como crees, y ya no sabes si merece la pena hacerte ilusiones para luego tener que quedarte cojeando, otra vez. No sé.
Cada vez sé menos.
Y cada vez me niego con más ganas a volver a las mismas por tercera vez. 
Y lo que antes te hacía martirizarte por las noches ahora simplemente es un hecho más en tu vida, que recuerdas más de lo que te gustaría, pero menos de lo que solías hacer. 
Y te planteas seriamente si merece la pena acumular historias tan largas sin resolver y sin nadie interesado en hacerlo.
Pero ni de broma otro qué más da, porque ya no da igual.
Creo que hay límites respecto a las lágrimas y los malos momentos que puedes pasar por la ausencia de una persona, y quizás es hora de fijarlos.
Que me gustaría más que a nadie que todo volviese a ser como antes, pero no para un rato.
 Porque no me veo capaz de soportarlo una tercera sin darme por vencida.

sábado, 21 de junio de 2014

Granizado de sandía

Cuando has pasado muchos años de tu vida con algunas personas, terminas por recordar sus cumpleaños, y hoy era uno de esos días.
He abierto whatsapp buscando el número de una vieja amiga para felicitarle, y resulta que no lo tenía. Así que decidí mandar un mensaje por facebook y abrí una conversación con ella. Y cuando ya tenía medio mensaje escrito, me di cuenta de que la última vez que había hablado con ella fue exactamente hace un año para lo mismo, y que no obtuve respuesta. Y me he carcajeado de mi mísma mientras borraba el mensaje y me he limitado  a seguir añadiendo música a mi lista para este verano. Granizado de sandía se llama, y es lo que suena ahora mismo.
Y me he parado a pensar, no en la cantidad de gente que hemos "conocido" a lo largo de nuestra vida, sino a la gente con la que nos hemos topado. Seguramente millones, a algunos les hemos visto un par de años y a otros un par de segundos. Entrecomillo el "conocido" porque es un término demasiado utilizado que a mí me parece imposible, jamás llegas a conocer a alguien. (pero eso es otro tema para otro día)
Y bueno, he llegado a la conclusión de que cuando quieres que alguien siga estando en tu vida, mueves el culo para que así sea, al igual que cuando alguien quiere seguir estando sabe plantarse y decir, "oye, que estoy aquí". Y las relaciones no se enfrían unilateralmente, como mínimo las relaciones son cosas de dos. Y si dos personas dejan de hablar, son las dos las que lo abandonan. Que la persona se lo merezca, o no, es otro tema, pero no es culpa de uno solo.
Y bueno, me ha hecho mucha gracia cómo cambiamos de amigos con el tiempo y cómo mantenemos a otros. Estoy totalmente en contra de felicitar a los quinientos mil amigos de las redes sociales por sus respectivos cumpleaños, no, por eso felicito a quién quiero y aprecio, a personas que aprecié, y a un par de pocos compromisos. Y odio esos compromisos. Los odio. Pero sin embargo, los sigo haciendo.
Pero no, hoy, hoy me los salto. Que para un día de vacaciones que me doy hasta que terminen las recuperaciones de julio tengo que dejar todos y cada uno de los compromisos, pedir otro granizado y disfrutar a ritmo de Architecture in Helsinki.




He decidido recuperar viejas costumbres, y creo que voy a volver a poner banda sonora a lo que escribo, para que por lo menos, quien lea estas desvariaciones, encuentra una cosa buena.

lunes, 16 de junio de 2014

Con-razón y corazón.

Hacer lo de siempre pero como nunca, todo se resume a eso. La gente se casa de rutinas, normal, pero cuando tienes a las mejores personas del mundo a tu alrededor, nada es normal ni lo de siempre se convierte en rutina.
Echo de menos esos días (que en los últimos veranos no fueron días numerosos) de lo de siempre con gente que conoces de poco, pero mucho. No creo que los amigos sean aquellos que conoces desde que eres pequeño, sino aquellos que realmente han estado ahí cuando querías ser tan minúsculo como para desaparecer.
Los amigos no son los que te ven crecer, son los que te hacen crecer; aquellos con los que aprendes y a los que realmente dejas verte cuando eres muy muy pequeño, cuando eres nada. 
Supongo que hay gente afortunada que además de este tipo de amigos, tiene los de toda la vida, y aunque imagino lo bonito que debe ser, jamás podría cambiar eso por lo que tengo. 
La universidad, jo, lo mucho que le debo, a pesar de las noches sin dormir, las horas llorando a oscuras por no poder más y el resto de malos momentos, que para qué negarnos, son muchos. Pero sin duda, tengo lo mejor de Valladolid gracias a ella, gente que llegó exactamente el primer día en esa ciudad y personas que han ido apareciendo a lo largo de estos dos años. Ay, UVa, lo mucho que te debo además del vino.
El instituto, también. Fue una etapa de cambios, cambios muy duros, jope que hasta incluso me rompieron ¡A MÍ! un poquito ese corazón que a veces parezco no tener. Y sin duda, no habría sacado esos dos años con los ánimos que tuve hasta el último día si no hubiese tenido a mí lado a la gente maravillosa que ojalá hubiese conocido antes y que ojalá espero tener muchos años a mí lado. Aunque últimamente no les vea, les echo de menos, y como soy idiota no se lo digo. Ay, que me pongo melancólica. 
Se me da muy mal mantener cosas, soy muy caos, un desastre ¡menuda sorpresa! Pero si la "relación" más larga que he conseguido mantener no pasó de un par de meses, y los amigos más antiguos que tengo los conozco desde hace cuatro años. Y bueno ¡qué amigos! de verdad, que son muy grandes, enormes. Los nuevos, y los algo más veteranos. Sinceramente os admiro por aguantarme, porque no hay otra palabra. Me aguantáis y nadie me va a discutir eso, que a pesada no me gana nadie. 
Y no leeréis esto, y mejor, porque jopetis, menuda vergüenza, yo aquí mostrando sentimientos. 
Puf, quita, que el otro día le conté a una de las personas que más me conocen que había escrito algo fuera de mi línea deprimente y negativista y aún sigue intentando que lo publique o se lo enseñe. (Creo que lo hace para comprobar que realmente es verdad y que en el fondo tengo corazoncito y esas puaj cosas)
En fin, que esto carece de coherencia, cohesión y lógica, pero he intentado poner un poquito de corazón. Y ya se sabe que esas cosas no tienen por qué ir de la mano. 
A veces está bien escribir con-razón y corazón.


miércoles, 11 de junio de 2014

Suficiente.

¿Sabes esas veces en que no tienes ganas de nada que no sea dormir, escribir y si eso soltar un par de lagrimillas? De impotencia, de desesperación, de agobio. De ver que no puedes, que igual esto no es para ti. Quizás la equivocada siempre has sido tú y no los que no te veían capaz de esto. Sí, has llegado hasta aquí, no está mal, muchos se rindieron antes. No, bueno, no se rindieron, recapacitaron. Y tú has llegado hasta aquí, y te dirán que es bastante, pero para ti no es suficiente; pero el problema está cuando TÚ NO ERES SUFICIENTE.
Porque tus diecinueve años de vida se han resumido a mucha suerte y a la memoria bajo presión. A amigos con suerte apostando a los temas que caerían y con mentes prodigiosas capaces de contarte un bloque temático en diez minutos y conseguir que se te quede a ti también.
Suerte, azar... Que nosotros elegimos, pero dependemos de lo que eligen los demás. Y la suerte no es azar, la suerte es cuando las decisiones de los demás son propicias para las tuyas propias.
No sé. No me entiendo. Soy una puñetera montaña rusa que por cada subida horrorosa tiene una bajada fugaz de medio segundo de ser feliz, y generalmente esos medios segundos de ser feliz son personas que nos dan suerte, que sus decisiones nos hacen felices cuando no somos capaces de serlo por nosotros mismos.
No soy una persona feliz, pero bueno, tengo momentos felices, a veces eso es importante.
Qué vivan los idiotas que nos hacen reír, que vivan por muchos años, porque sin ellos, estaríamos aún más perdidos de lo que estamos.
No se puede salvar una asignatura en la noche de antes, igual que no se puede arreglar una vida en un par de decisiones. Pero nunca vienen mal un par de canciones que nos hagan olvidarnos de esa asignatura, de la vida, y de todas nuestras mierdas.
Que a veces todo lo que necesitamos es tumbarnos en una cama, en total oscuridad y con unos cascos sonando a todo volumen. Y no somos felices, pero tampoco nos acordamos por un instante de ese hecho, y quizás todo sea cuestión de eso, de olvidar durante mucho tiempo que no eres feliz, hasta que dejes de estar triste por no estar feliz. Y simplemente te limitas a estar ausente. No, creo que eso tampoco es ser feliz. Olvidarte a propósito de que no lo eres no funciona.
¿Pero funciona algo? Yo creo que en mí nada funciona. "Oh Andrea la exagerada teatrera" Bueno, lo que queráis. Pero que no, que algo no funciona.
¿Se puede ser feliz? ¿Lo sois?
¡Jo! Que no, que me entiendo pero no me entiendo.


miércoles, 4 de junio de 2014

Vuélame la cabeza y sombréame unas nubes

Vuélame la cabeza, que esta noche sueña Nacho y quiero conocer a Michi Panero.
Miss Carrusel hoy tampoco duerme porque una vez tuvo un amor, y seamos sinceros, dijo no.
Y cuando ella dice no, es no.
Pero le sigue gustando tener ahí a alguien que le cante shalalaralala y le lleve a la feria hasta que cierren.
Y vuélame la cabeza, que ese señor de gris quiere algo pero yo no sé lo que quiero, ni lo he sabido nunca.
No sé si quiero volver y que nadie me haga falta, o hacerle falta a alguien.
Y sé que volveré y no habrá nadie ahí que me vuele la cabeza.
Porque piensan que es algo feo, un instinto suicida para huir de todo. Nadie se molesta en analizar mi concepto de "volarle a alguien la cabeza" porque claro a nadie le gusta sombrear nubes ni mandar lejos preocupaciones ajenas, que bastante tenemos con las propias.
Y son las dos de la mañana y yo, que jamás he sido afortunada en esto del dibujo, no puedo sombrear estas nubes, pero sombrearía las tuyas hasta sin manos para volarte las preocupaciones.
Porque volar la cabeza es todo lo bonito que lo queramos hacer. Es una canción, un juego de palabras, es la entrada de un concierto, un abrazo, alguien que aparece por tu espalda tapándote los ojos por sorpresa... Es hacer del todo una nada para olvidar los bucles infinitos.
Es pensar que en diez días todo habrá terminado y yo estaré viendo a Nacho.
Y tú seguirás haciéndome falta, pero nadie gritará ningún nombre en el andén ni en mi cabeza.
Creo que va a empezar a llover, porque querrás correr, y lo harás, y desaparecerás. Pero yo siempre he sido de días grises y nubes grandes, aunque no sepa sombrearlas. Y la inspiración volverá. Porque coloreo de pena las nubes solo en gris, pero escribo algo mejor los días grises. Aunque al final de esta historia simplemente tendré un calcetín por mejor amigo, echando vodka al té y tan poco adorable como he sido siempre mientras voy durmiéndome en las esquinas.
Vuélame la cabeza, y sombréame las nubes, porque este junio va a hacer calor y yo sin lluvia me deprimo.



sábado, 31 de mayo de 2014

Cada loco con su tema.

Estaba pensando en lo triste que tiene que ser la vida de las personas que viven con la necesidad de publicar en cada momento lo bien que están SOLO para que los demás lo vean y piensen que son felices.
Quiero decir, soy una persona que se pasa la vida 24/7 en twitter, tumblr y demás redes sociales; como todo hijo de vecino publico y reblogueo lo primero que se me pasa por la cabeza, por el mero hecho de que me haga gracia a mí o porque pueda hacerle gracia a alguien, o ambas cosas.
Pero a lo largo de mi relación con las redes sociales, he conocido gente (fuera de ellas) que simplemente las utiliza para "dar envidia" (o intentarlo, mejor dicho) de lo bien que están. Y lo mejor de todo, es que se emparanoian pensando en que los demás utilizan las redes sociales con el único y mismo fin que ellos. Y llenan sus perfiles de indirectas que nadie se molesta en tomar en serio. Normal.
Y lo más gracioso de todo, es que no engañan al resto, pero se convencen a sí mismos de que todos los problemas de su vida derivan de la gran envidia que les profesan el resto de seres vivientes. Y el fondo de su problema se encuentra en que tienen envidia absolutamente de todo lo bueno que les pasa a los demás, incluso de lo malo. Creo que hay gente que tiene hasta envidia de las desgracias ajenas porque les gustaría que alguien les prestase la misma atención que merece la gente con problemas serios.
Y así va el mundo.
A mí siempre me han dicho que lo publico todo en twitter, pero qué voy a hacer, no sé hacer un chiste y quedarme con él, porque seguro que en el mundo alguien más lo encuentra gracioso. O simplemente porque estoy lejos de casa y quiero que mi familia/amigos vean que realmente estoy bien. O por aburrimiento. Pero conozco gente que directamente te dice "voy a poner esto para que vean que paso de su culo" "han puesto esto y solo quieren hacerme daño" "voy a publicar esto para que el hijo del vecino de la tía de mi primo se de por aludido y sienta mi odio desde su casa en la otra punta del mundo".

Sinceramente yo veo una diferencia entre lo uno y lo otro. Igual la loca soy yo que ve la diferencia donde no la hay.
Seguramente.
Pero cada loco con su tema y la locura en casa de todos.

Y también creo que los mejores momentos son aquellos en los que no tienes un móvil en la mano ni la necesidad de contárselo a alguien.
Buenas noches.

viernes, 30 de mayo de 2014

Aquí no encontraréis historias bonitas.

Tengo una entrada que lleva más de un mes en borradores, quizás más, quién sabe, he perdido la cuenta.
Me trago palabras que cada vez golpean más fuerte por dentro, y que todavía no sé de dónde han salido.
Tengo el inventario de recuerdos de la historia más bonita que en la vida viviré. Porque sé que no la viviré, esas historias solo le pasan a la gente bonita. Es lógico ¿no? Yo lo más bonito que haré en mi vida serán... quién sabe, cuatro garabatos en un papel cualquiera que regalaré a algún bueno amigo en su cumpleaños y le robarán un par de lagrimitas.
Creo que simplemente hay gente que no nace para ello. Para ser bonito, digo. Se tiene, o no se tiene. Y en veinte años yo nunca he creído tenerlo. Pero al menos tengo a mi alrededor personas bonitas que me tienen en sus historias a veces.
Oh simple things, where have you gone, I'm getting old and I need something to rely on.
Porque las cosas simples son las mejores, y cada vez están más lejos. Sabemos lo que queremos, pero lo alejamos, queriendo o sin quererlo. Es lo que hay, el mundo es una maraña de personas que cómo carajo van a entender al resto si ni se entienden a ellas mismas.
Personas que odian a otras personas, que se odian a si mismas, que odian odiar tantas cosas. Personas que no van a conseguir llegar jamás a ningún sitio que se propongan, porque no tienen el valor de proponerse nada en serio.
Y es que no hay más pena que el que quiso alguna vez y nunca lo intentó. Dicen Bassmatti y Vidaur.
Esta noche no podía dormir, y he pensado que quizás me ayudaría intentar plasmar algo de lo que me pasa por la cabeza, pero creo que en realidad hay tantas cosas que no sé por cual empezar. O bueno, sí sé, pero no me atrevo. Vaya novedad. Y mejor ¡Oh, calláte! porque sabes que no te vas a atrever en tu vida a nada que requiera un mínimo riesgo, porque sabes que ese mínimo riesgo siempre es máximo, y que no tienes en tu mano esa, no suerte, sino valentía para intentar llegar hasta donde te gustaría estar. Porque sabes que no llegarías a ese sitio, porque si no has llegado en veinte años, ¿qué ha cambiado para hacerte llegar ahora? Nada.
Crece Andrea. Madura de una vez, quizás deberías hacerte ese favor.
Acepta lo que sabes, porque lo sabes y qué narices, si nadie ha logrado cambiar el mundo ¿qué tienes tú de especial para lograrlo? Pues nada. Si te lo dices tu solita.
 Venga, ya has hablado bastante sola contigo misma por hoy.
A dormirla.

jueves, 15 de mayo de 2014

Show de Truman parte II

Es gracioso cómo la gente se empeña en catalogar al resto de personas como buenas o malas, oye, ni que esto fuese una película eterna y cualquier día se fuese a caer un trozo de decorado, se acabase el show de truman II parte, y al otro lado de lo que creíamos real se encontrasen millones de espectadores que se creen con la capacidad de juzgar y criticar la bondad o falta de ella de todos y cada uno de los actores, hasta de los más secundarios y olvidados.
Me hace mucha gracia, tanta como que el concepto de ser buena persona a día de hoy haya derivado en ser tonto. También me hacen gracia las personas que se empeñan en remarcar lo buenas que son, como si tuviesen que convencer a alguien de ello, cuando en realidad, lo único que les atormenta, son sus conciencias.
 A quién queremos engañar. Los demás, te conozcan o no, van a juzgar que seas mejor o peor persona en base a lo que ven (por desgracia también en influencia por lo que les cuenten, qué se le va a hacer), y por mucho que te empeñes e intentar convencerles, su opinión es personal. Y a ti qué narices te importa que ellos crean que eres mejor o peor persona, supongo que lo importante está en lo tranquila que está tu conciencia cuando te vas a dormir por las noches.

 Las películas ya no son en blanco y negro, y por muy vintage que algunos se empeñen en ser, el mundo tiene escalas, gamas y tonalidades. El blanco se ensucia de usarlo y el negro pierde color. Es como si el mundo se empeñara en que cada persona fuese el típico actor encasquillado en un papel, y que a partir de ahí, nadie le recordará por más espectáculos que por uno en concreto. Y a mí me molestaría que alguien supiese el nombre de mi personaje en una película pero que fuese incapaz de saber cómo me llamo en persona.

No sé si me explico. No es que piense que las personas cambien de un día para otro, ni tampoco que no existan peores o mejores personas en lo que a bondad y empatía se refiere; quiero expresar lo curioso que es el hecho de que a día de hoy, se siga pensando que las personas son o buenas o malas y ya.


Como si no existiese el gris.

lunes, 12 de mayo de 2014

Soledad de barrica.

Hoy estaba con un amigo, con un viejo amigo. Y estábamos hablando de lo importante que es "saber" estar solo. Y yo le decía que en esta vida si no sabes estar solo no sabes estar con nadie, no se puede pretender que la gente quiera estar con alguien como tú si no sabes convivir contigo mismo. Y se ha quedado mirándome con los ojos abiertos y diciendo "jope Andrea, cómo hablas". Y me ha hecho gracia, porque hay mucha gente que no es capaz de ver esto, personas con miedo a estar solas, como si estar solo fuese malo. Será por no haber tenido sólidos amigos de infancia y gracias a ello haber aprendido que la soledad es como un vino, al principio nos puede resultar insípido, pero con el tiempo envejece, madura y se enriquece. Una persona que ha estado sola, sabe tratarse a sí mismo, y sabe tratar a los demás, madura y se enriquece, es como el vino. Ha estado en barrica, reposando y mejorándose a sí mismo (en la medida de la posible) no para hacerse más agradable a los demás, sino para estar más a gusto consigo mismo. Y es que si estando solo no eres capaz de estar de otra manera que amargado, es lo que vas a transmitir a los demás.
Me hace mucha gracia cuando alguien no lo entiende (gracia, pues por decir algo). Es curioso, hay gente que de verdad piensa en aferrarse a un clavo ardiendo con total de tener a alguien a quien abrazar por las noches y contarle sus penas. Y eso me da pena a mí. Las personas deberían elegir estar con quien pueden ser ellos mismos. Y, amigo, si no sabes ser tú mismo estando solo, no podrás serlo estando con nadie.
O eso creo yo. Que tampoco sé nada de la vida y pareceré aquí una patética del tres al cuarto que intenta autocomplacerse convenciéndose de lo mucho que le gusta la soledad. 
No sé. Pero a mí me gusta más la soledad que muuuchas personas. Aunque eso no quiere decir que carezca de personas que me gusten cuando no necesito estar sola. Es curioso yo cuando estoy con mucha gente, necesito soledad, y en cambio hay personas que cuando pasan "más rato de la (su) cuenta solas", necesitan desesperadamente compañía. 
Qué cóncholes, me gusta la soledad, no necesito compararla con nadie. (No quiero decir con esto, que no me guste estar acompañada de las personas a las que tengo cariño, que luego todos se confunden y Andrea es una piedra que no soporta a nadie y va vivir en una cueva toda su vida haciendo fuego con piedras y sin saber nada del mundo).
No he sido nunca una persona con autoestima, ni contenta conmigo misma ni esas mierdas que debería hacer todo el mundo. Pero cuando estoy sola, nadie me juzga, nadie me respira fuerte... 
Igual la clave en esta vida es encontrar a alguien que sea aún mejor que estar solo, y no alguien para dejar de estarlo.
Y qué narices, por una vez yo me entiendo.


martes, 6 de mayo de 2014

Gato encerrado.

La curiosidad no mató al gato, lo mataron por ser curioso. Pero es más fácil que las culpas las asuma la curiosidad a los que apalearon al pobre gato por no conformarse con lo que le decían. 
Y así con todo. En el mundo parece que aumenta la alergia a la culpa y la responsabilidad, a todas las escalas posibles. Comodidad por encima de principios. 
Y ¿qué son los principios? ¿a qué los estamos reduciendo? ¿La "curiosidad" ha matado al gato o lo tiene encerrado dándole principios de comer? 
Cada vez lo tengo menos claro. Pero si no abrimos la caja jamás sabremos si el gato respira, ha estirado la pata, por qué lo encerraron o si Schrödinger nos vacila y no metió ningún minino dentro de esa caja imaginaria pero nos ha tenido todo este tiempo absortos de las cosas importantes por pensar en un puto gato. 



Dejadme, que si no me entiendo ni yo, como para saber explicarme.

lunes, 5 de mayo de 2014

Frustración.

Hoy necesitaba escribir. Y no podía. Y estaba frustrada, supongo que por tener mil temas y no saber cómo centrarme en uno y abordarlo en profundidad. Así que igual tengo que pelearme con el tema frustración a secas. Quién sabe.
Odio esa sensación, ese necesitar expresarte y no encontrar la manera ni las palabras. Tanta amplitud de vocabulario y luego lo mucho que nos cuesta usarlo bien. Creo que en el colegio, en vez de enseñarnos tanta palabrería, tendrían que enseñarnos a jugar bien con ella. Como todo, supongo. Muchos (diría todos, pero no está demostrado) tenemos cerebro desde siempre, y como se supone que lo tenemos, nadie se molesta en enseñarnos a entenderlo, si eso, a medio utilizarlo a veces. Y claro, nos olvidamos de comprendernos a nosotros mismos, y pasa lo que pasa.
Pues con expresarnos, lo mismo. He aprendido más por mi cuenta tras horas y horas de aumentar mi miopía que gracias a las inaguantables y obligatorias clases de gente que perdió la vocación hace años.Creo que le debo más a las montañas de libros que he devorado en mi vida, que a la mayoría de mis profesores.
Y poco a poco voy entendiendo que esta horrible frustración viene de lo mucho que ha descendido mi amplitud lectora desde que entré a la universidad. He pasado de cien a cero. Y por mucho que digan que una vez que aprendes a ir en bicicleta no se te olvida, espero que se me permita ponerlo en duda.
Todo lo que he aprendido tras años de tener más amigos imaginarios y de papel que reales lo estoy dejando de lado. A veces no encuentro ni palabras, ya no digo la manera de combinarlas. En ocasiones me resulta más fácil formular una frase en inglés que en mi idioma materno. Y no me gusta. Nada de nada. Se me rompió la expresividad de no emplearla con propiedad y ganas.
Como todo, como el corazón, de tanto no usarlo y esconderlo, terminamos por no recordar cómo funcionaba.

domingo, 27 de abril de 2014

Take me home.

Es más fácil convencer a la gente de que no te gustan los abrazos a explicarles ( y que lo entiendan) que en realidad te gustan, pero que solo cuando las personas a las que abrazas en el momento en que estás en sus brazos, te hacen sentir que estás en casa.
En casa, como cuando eres pequeño y nada malo te puede pasar, por unos milisegundos nada ni nadie puede pillarte. En casa, como las tardes de domingo cuando llueve y hace frío, pero nada malo existe porque tú estás en tu habitación de toda la vida, y sabes que a un sexto piso a las cosas malas los domingos por la tarde les da pereza subir. En casa, como cuando sientes que conoces a alguien de toda la vida, aunque en realidad acaben de entrar en ella. En casa, como las navidades junto a una chimenea. En casa, como si fueras invisible, caballito blanco, o cualquier cosa.
Pocas personas son como estar en casa, y muchas menos saben dar abrazos de estar en casa. Y muchas menos saben que saben hacerlo. Y esas personas a veces son un buen amigo, y a veces son un desconocido que simplemente te hace sentir cómoda cuando te abraza.
Poca gente entiende que no me gusten los abrazos, pero creo que nadie entiende que en realidad sí que me gustan, en qué momentos y por qué.
Y en realidad nadie sabe que yo, ahora, necesito uno.
Y mucha gente me daría un abrazo, a la gente normal le gusta dar abrazos, pero ni yo entiendo por qué los desprecio. Mucha gente puede leerme, y tomarse como algo personal que no me guste abrazarlos, pero me conocen, y creo que se han acostumbrado a mis rarezas.
Pero lo que yo necesito, es estar en casa. Tranquila. Dejar de tener miedo. Y creo que en realidad eso nadie puede arreglarlo.
Quizás ni siquiera yo misma.

sábado, 12 de abril de 2014

We all have secrets

Un día de estos voy a explotar. Realmente tiene que existir un límite de secretos que un ser humano puede guardar, por muy "piedra" que sea esa persona, el tope seguro que está en algún lugar. Llegan secretos nuevos y están ahí los de antes, y se pelean porque no hay hueco para todos. No hay espacio, pero sin duda sí quebraderos de cabeza.
"We all have secrets" y todo el rollo. Que sí, que sabemos guardarlos. Y queremos hacerlo.
Pero es que te comen por dentro, poco a poco, y se pelean entre ellos por ver quién es más importante, y menudo horror todo.
Por mucho que digan que no hay nada imposible y que nosotros nos ponemos nuestros propios límites y todo eso. Y un pimiento rojo. Por mucho que quiera no voy a saltar por la ventana y echar a volar, o viajar en el tiempo. Ni tampoco voy a conseguir recordar cosas hechas bajo los efectos del alcohol algunas noches. No voy a volverme sociable y adorable por arte de magia, por mucho que me gustaría.
No me sale nada bien últimamente, y como no sé a quién aburrirle contándome mis problemas, lo escribo todo metaforizado en un sitio que me conoce mejor que la mayoría de mis amigos. Y supongo que será triste o patético, pero es lo que hay. Yo me entiendo.
Un sitio secreto en el que metaforizo secretos intentando mantenerlo en secreto. Y ni siquiera no sé por qué esto no está privatizado para que nadie lo lea. Supongo que para que alguien lo encuentre en algún mal día y se de cuenta de que existe gente más patética que ellos mismos, o para mantener tradiciones con uno de mis viejos amigos, al que tengo unas infinitas ganas de ver para volver a nuestros brindis de "por un (lo que sea) sin rayadas" que acabamos por incumplir tarde o temprano. De hecho nuestros blogs son un 50% el sitio para incumplir los brindis de "un loquesea sin rayadas".
Aleatoria, triste, patética... soy tantas, pero tantas cosas, y lo único que me llaman es borde. Increíble. A veces pienso que merezco estar sola, que no me he ganado los buenos amigos que me rodean y todas esas cosas. Y mantengo todas estas cosas en secreto porque ellos no lo entenderían, porque ellos son tan buenos que no se merecen ninguna de las putadillas que les acontecen.
Y es que en realidad en mi vida me he ganado muy pocas cosas yo sola. Una de ellas entrar en la carrera, y todavía sigo dudando que sea un logro bueno con méritos y todas esas cosas. Aunque igual es lo que merezco, con sus dolores de cabeza, de espalda, y por qué no decirlo, de corazón.
Creo que he llegado al punto en que me duelo a mí misma. Y me odio por ponerme en modo att whore, supongo que por eso no se lo cuento a nadie directamente, pensarían que estoy loca, que se me va la pinza y todo eso.
Y quizás sí que esté loca y todo esto sea una pesadilla. Pero si me paro a pensarlo, tampoco sé donde me gustaría despertarme, ni al lado de quién.
Igual solo necesito eso, despertarme y que todo sea una pesadilla, como un sueño patético de Resines. Y que al abrir los ojos haya alguien a mí lado que me abrace y me diga que todo va a salir bien.
Pero bueno, otro pensamiento que va al cajón de secretos. Y al estar publicado en algún sitio perdido puedo dejar hueco en mi cabezota para guardar más secretos a más gente. Calma.

viernes, 11 de abril de 2014

¿Qué haces con tu vida?

Esquizofrénica de día y persona normal que guarda secretos de todo el mundo de noche.
Ayer me llamaron esquizofrénica, dos veces. La misma persona. Y aquí estoy, asimilándolo.
Me hacen mucha gracia esa clase de detalles, que sepan que cuando te llaman algo así tú te emparanoias, pero oye, como la tipa esta aguanta lo que le echen pues a seguir.
Y aquí estamos, aguantando. Una tras otra. Fingiendo reírnos y que todas las bromas son buenas.
Me hace gracia cuando me preguntan ¿Qué haces con tu vida?
Porque eso me gustaría saber a mí.
Aunque claro, como Andrea es una esquizofrénica, una borde y lo publica todo en twitter, seguramente no haga nada más con su vida.
Seguramente tampoco está perdida ni nada.
Qué va.
Es una persona con todas las ideas claras y en su sitio. Sí, sí.
Y a veces no necesita que le abracen ni nada. Que va, que va.

No sé dónde estoy, ni tampoco a qué quiero llegar. No sé lo que hago con mis días, ni con mis noches. No sé si me gusta lo que hago. No sé si me gusta que me llamen Andd o Andrea.
No sé si me gusto. No sé NADA de nada.

domingo, 6 de abril de 2014

Entre medianeras.

Dejas proyectos para no estar entre medianeras y manda cojones que siempre te meten en todos los fregados.
Y oye, tú te tienes que tragar todo y el único sitio donde te desahogas de verdad es en un lugar perdido de internet y con un par de personas que aún no comprendes cómo no te han mandado a la mierda aún al igual que han hecho el resto.
Pero como dice una de las mejores de todo se remonta, y tenemos que aprender a que nos resbale todo, como antes.
Y me carga muchísimo, que me digan que soy dura o borde, simplemente porque lleve tanto tiempo callándome que mi sinceridad acabe explotando. Y aún más lo hace el hecho de ser tan rematadamente gilipollas de anteponer a los demás a mí misma. Y todo, últimamente me carga todo.

Y joder Andrea, sigues tan tonta como siempre.
MA-DU-RA.

Piedrecitas.

Y cocotín, y cocotán, vidas ajenas, qué mas da.

Estoy en un lío. Un lío de los grandes. Uno de muchos líos. Con muchas personas.
Y no sé salir. Solo sé que no quiero estar en medio, no necesito más presión en mi vida.
Pero me he dado cuenta de que creo que necesito que alguien me saque de aquí. Jamás en mi vida había necesitado encontrar a una persona como lo estoy necesitando ahora. Pero es todo tan complicado que me asusto, y acabo escondida debajo de la mesa sujetándome las rodillas contra el pecho y queriendo desaparecer, como siempre. Y quizás conozca a la persona que necesito, o quizás no llegue a conocerla nunca. Pero tengo claro que mientras todo me siga dando tanto miedo no voy a salir del agujero.
Y los líos aumentan, y mis rayadas aumentan, y toooodo aumenta, todo menos mi confianza.
Todo el mundo me dice que mi problema es que no tengo confianza en mí misma, una pandilla de Einsteins. Cómo si decirme una obviedad que he sabido toda mi vida fuese a hacer que cambiara de la noche al día. Pero bueno, a veces es más fácil convencer al resto de que eres feliz a ponerte a buscar las causas de que no lo seas. No se me debe de dar mal, lleva casi veinte años funcionando.
Ahora vendrá alguien a llamarme attention whore, otro alguien a recordarme lo poco que valgo y lo mal que me sale todo, y mientras seguiré yo misma tirándome más piedrecitas para ver que por pocas cosas que sepa sentir, hay una que jamás se me olvidará.

sábado, 5 de abril de 2014

¿Camarero crees que me podrían echar más caca?

Camino y me tropiezo al andar, es la soledad, que me ha seducido. Si aún esperas algo de mí debes comprender este sinsentido (8)
¿Lo sientes? Ya no sientes nada.
Por nadie.
Ni siquiera por ti misma.
Y a veces sabes que no mola tanto como te gustaría. Pero estaría bien que para el par de veces que decides sentir algo, no fueran los comentarios de otra persona que solo sirven para hundirte un poco más.
Como si no tuvieras tú suficiente sabiendo que no tienes nada bueno, nada que ofrecer a los demás, que tuviera que venir alguien a recordarte además todos y cada uno de los fallos que te han perseguido y atormentado tras tantos años.
Que decir que no sientes nada no es precisamente bonito, pero esto cada vez va a peor si ahora a evolucionado a sentirte mierda. Así, tal cual. Y apesta mucho. 
Cada vez un par de palmos más y más por encima.
Un asco.



viernes, 4 de abril de 2014

Porque este amor es azul, como la trompa, azul.

SPOILER HIMYM. (Yo aviso)

Acabo de entrar en el club de "A mí sí que me gustó el final de HIMYM". Y cómo no me va a gustar si llevo un par de horas llorando como si no hubiera mañana, si el final no podría haber sido más PERFECTO. Porque no hay otra palabra para describirlo. Esta noche estaba hablando con un amigo sobre todo en general, él había visto el último capítulo, yo no, aún me faltaban unos cuantos. Y algo en mi cabeza sabía que era posible que todo el mundo excepto él estuviese equivocado, y que a mí el final no me iba a decepcionar.
Y CÓMO ME VA A DECEPCIONAR SI TERMINA CON LA TROMPA AZUL.

Yo, un ser bastante afefóbico, con pánico a sentir algo por alguien, y de sentimientos más bien escondidos. Un personaje que en el único amor que cree es en de esa trompa azul, y en el de Ted. Una chica que ahora mismo solo necesita un abrazo y más pañuelos. Y una trompa azul algún día.

Podría hacer mil crónicas sobre la serie, sobre la última temporada, sobre lo que queráis. Pero es que solo puedo alabar y aplaudir todos y cada uno de los episodios y decisiones de los guionistas. La madre, es adorable, genial, yo si fuera Ted también me hubiera enamorado de ella. (Que desaparezca me ha dado toda la pena del mundo), pero Ted y Robin tenían demasiados momentos como para que quedaran en el olvido. Y de verdad que mi amigo tiene razón, te das cuenta en el último capítulo de que te esta gustando en el minuto 18. Y no entiendo a quien le decepciona el final.
Ted no podía querer más a  Tracy y hubiera sido para siempre, y sin duda a felicidad no les alcanzaría nadie. Pero Ted no es nuestro Ted Mosby sin Robin. Porque por bonito que fuera lo que tenía con Tracy, no creo que haya sido la única que había soltado lágrima con los altibajos en su relación con Robin, ni la primera a la que lo del medallón le hizo latir un poquito el corazón, y todos los detalles acumulados a lo largo de los años.
Ted y Robin, esa es la mejor definición de amor que conozco (esa y la de mis abuelos, por supuesto), y sin duda creo que una trompa azul sea mayor declaración que todos los te quieros del mundo.

Y al final Barney conoce al amor de su vida, su para siempre. Quién lo iba a imaginar, y eso que siempre le he tenido mucho cariño, no le podrían haber deparado un final mejor.

Sinceramente opino que esta serie no ha marcado a una generación, sino a muchas. Enseña a no rendirte por alguien, a perseguir tus sueños, a luchar, a levantarte si te rompen el corazón, a volver a levantarte, y luego otra vez; a darte cuenta de los amigos que tienes e incluso a identificarlos con protagonistas...

Y que si la puta pastelada de los candaditos de a tres metros sobre el cielo llegó tan lejos, ESPERO QUE AGOTEN LAS EXISTENCIAS DE TROMPAS AZULES EN EL MERCADO.
Y propongo una plataforma para cambiar la canción: "PORQUE ESTE AMOR ES AZUUUL, COMO LA TROMPA, AZUL". Me negará alguien que sería mucho más exitazo.

Whatever you do in this life, it's not legendary unless your friends are there to see it.


Estoy perdiendo la facilidad de expresarme, la fluidez de antes. No lo entiendo. Si alguien las encuentra que me avise, por favor. 

jueves, 27 de marzo de 2014

A mi vida le falta una D.

Rebuscando en mi perdido disco duro externo he encontrado una vieja conversación con una de las personas que más echo de menos en el mundo. Y no vive en otro país, ni siquiera en una ciudad diferente a la mía. Y todos los días duerme a menos de diez minutos de donde yo lo hago. Pero en realidad es como si estuviera a años luz, en otra galaxia. Y no hago más que lamentarme y confiar en que algún día yo encuentre la nave espacial que me devuelva a Dada, donde se firmaban contratos de visitar Nueva York y las risas nunca tenían fin. 
No sé si es orgullo, o falta de esperanza, pero mi niña pequeña cada vez se hace más vieja y cree un poco menos en las personas. Porque siempre, tarde o temprano, las termina perdiendo. Y los que antes se van siempre son los mejores (salvo excepciones). 
Y yo no paro de echar de menos al mejor. No sé lo que daría por una charla de las de antes, y las risas, y el hacer el tonto y qué más dará con uno de los mejores amigos que tuve en la vida.
No sé lo que daría. Pero creo que por lo menos tendré que dar algo más de guerra, una llamada y un par de sms (que el whatsapp es de cutres). 
Te echo de menos, D.


domingo, 23 de marzo de 2014

Andrea, la pesada.

Hola, soy Andrea tengo diecinueve años y parece que solo sé hablar para cagarla y ser una pesada. Y cómo voy a querer que el resto del mundo me aguante si no me aguanto ni yo. Si me dedico a dar un paso hacia el sentido correcto y luego doy cinco saltos en la dirección opuesta. Si ni siquiera sé lo que quiero hacer con mi vida. Tanto cambiar para seguir siendo "la pesada de Andrea" y no darme cuenta de cuando debería estar calladita. En fin, que parezco retrasada escribiendo cosas aquí autocompadeciéndome cuando en realidad lo que debería hacer sería sentarme a hablar seria conmigo misma y decirme las cuatro cosas que me vengo mereciendo desde hace tanto tiempo. Pero hace falta valor, y ganas, y supongo que algo de amor propio.

sábado, 8 de febrero de 2014

Mi lista favorita.

Pongo el aleatorio en una de mis listas preferidas de Spotify y empieza con Lord Anthony, y qué maravilloso y oportuno todo. Y que maravillosa y oportuna yo, y mis gripes, y mis remordimientos, y mi ser gilipollas.
"Te vas a arrepentir Andrea" como si yo no lo supiera incluso antes de tomar la decisión, como si me alegrase de decir que no al plan que me había mantenido a flote durante este asqueroso y amargo mes de enero. Pero Andrea siempre acaba haciendo lo que terceras personas quieren, y se junta todo, se junta el no estar tranquila porque tu padre no va estar tranquilo con una gripe horrorosa y que te coman el tarro es más fácil que de costumbre. Y dices que no a visitar una de las ciudades más bonitas de España, dices que no a tus cuatro guardaespaldas de lujo que te iban a cuidar como nadie y con los que te ibas a reír como llevas sin hacerlo mucho tiempo, dices que no a las nuevas experiencias, a salir del cascarón, a llevar un poquín la contraria a lo que esperan de ti.
Y aquí estás, a las tres de la mañana, con la lagrimilla de Lord Anthony de siempre. Con el maldito dolor de cabeza y la gripe que llegaron el lunes para no marcharse; y oye, te autoconvences de que aunque hubieses podido hacer lo que tanto habías planeado, no lo hubieras disfrutado y no te hubieras terminado de curar. Y para qué darlo más vueltas, si ya no tiene remedio y eres tan gilipollas que a la próxima que tengas tantas o más ganas de hacer algo que promete encontrarás una piedra en la que tropezarte y que te impida llevar a cabo lo que querías. No sé como se puede ser tan gilipollas y encontrar tantísimas excusas joder. No he encontrado en la vida algo que se me dé tan bien como tener mil excusas y razones para posponer las cosas.
Y ahora suena Dry the river, y aunque no entienda muchas cosas de las que hago en mi vida, al menos entiendo por qué esta es una de mis listas preferidas.
Lo siento Andrea, lo siento Sanse, lo siento guardaespaldas de lujo, lo siento.

"Madura, Andrea". (Y lo máximo que parece que va a madurar esta noche es el diseño del blog. Y puede que yo un poquito ya lo haya hecho, pero eso no lo sabremos hasta la próxima pequeña gran oportunidad)

Al menos estoy contenta, porque dí el paso y conocí al amor de mi vida. Algún día os hablaré de ella, pronto, supongo. Es una nikon, y menos mal que al menos le eché cojones a alguna cosa en la vida.

Mamá no quiero ir al colegio porque hay gente y no es para mí... No debí comprometerme con la vida en general.... Oh, esta lista es maravillosa.

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^