jueves, 17 de enero de 2013

Un ibuprofeno, por favor.

Parece ser que este no es mi mes. Menudas formas que estoy teniendo de empezar el año. Pero no, lo peor no es ni el agobio de las mil entregas que tengo encima, ni siquiera los exámenes que ya están a la vuelta de la esquina, la otitis traicionera que ha decidido putearme masivamente tampoco es lo más duro que he pasado en mi vida.
Lo peor es darte cuenta de que estás sola. De que tienes familia, a la que adoras. Tienes amigos, pero sabes que algo falla. Lo único en lo que mínimamente eres capaz de desahogarte son unas míseras lineas que rezas por que nadie encuentre. No quieres patetismos, ni nadie que se preocupe cada dos por tres de que no se te hayan cruzado los cables y hayas hecho una locura. Simplemente necesitas que la soledad desaparezca. Pero has dejado de entender tu vida, has dejado de entenderte.
Estudias una carrera que poco a poco va creando una pasión en tu interior, te sientes realizada cuando algo te sale bien ¿ pero de qué narices te sirve eso si cuando en los momentos en que el mundo se te viene encima no tienes un hombro en el que llorar?
La soledad, amigos, es lo peor que existe en el mundo.
Y dicho esto, me voy al maravilloso mundo del ibuprofeno, y de seguir con otra entrega.

domingo, 13 de enero de 2013

Menos petardos y menos petardadas.

Aproximadamente las siete de la mañana y yo aquí sigo, despierta. No, no acabo de llegar de fiesta. Y no, evidentemente tampoco acabo de pegarme el primer madrugón en domingo de mi vida. La verdad es que ni siquiera tengo sueño aún, en breves me iré a dormir un ratin porque sino el lunes va a ser muy difícil.
No voy a autoconvencerme de que ha sido una noche productiva, porque no lo ha sido ni de lejos. Pero martirizarme no va a hacer que eso cambie. Ha sido una buena noche, buena, porque he descubierto un gran blog gracias a la twittera @unbreakmypants y su referencia a Nada Importa
[...]
"Lucía (pongamos que se llama Lucía) no busques más medias naranjas. Son un coñazo. Siempre querrán -necesitarán- algo de su ‘otra mitad’ (qué mal suena, por Dios). Su vida está incompleta, ya sabes.
Busca naranjas enteras. Un tío -apunta esto- que no te necesite. Que tan sólo te desee, te admire y te respete. Alguien para quien no seas el final-de-la-juerga sino el comienzo-de-la-aventura."


No sé, la verdad es que me ha gustado mucho tanto el blog como la entrada, desde aquí proclamo ser muy fan suya, (y de unbre también, cuyo blog es indudablemente muy genial.)

Y no sé qué me pasa ya a estas horas, que los ojitos me empiezan a escocer y me piden a gritos que me vaya a dar uso a la cama, y quite de encima planos, maquetas y apuntes. Cada vez entiendo menos la vida, pero curiosamente cada vez me decepciono menos y la disfruto un poquitín más. 
Cuando alguien te falla sientes como la pequeña cuerdita que ata a uno de tus muchos globos cargados de helio se rompe. Y el globo se empieza a alejar y antes de que puedas saltar a atraparle, se explota.
Con el tiempo aprendes a ver que hilo se está rasgando, y al más puro estilo de mi villano favorito, ese que apodan como Gru, te sacas una horquilla del peinado, y le explotas tu solita. Porque las sorpresas gustan, pero los sustos no, y una aprende que es mejor estar preparada para la explosión y verla venir, que arrepentirse luego del sobresalto causado por el desagradable ruido inesperado. No, no me gustan los petardos, ni las petardadas. 
En realidad no hay una persona que pueda darse totalmente por aludida con esta inocente entrada. Pero tampoco es que no exista nadie se pueda identificar un poquito. La gente nos falla porque esperamos mucho de ellos, en realidad sí, tienen algo de culpa, pero también la tenemos nosotros cuando elegimos y decidimos fiarnos de ellos.
Y sí, ¿qué recórcholis va a saber una universitaria con tan solo dieciocho años de la vida? Pues poco o nada, probablemente, pero tengo un par de lecciones apuntadas en carteles fosforitos por mi habitación, para verlos y tenerles muy presentes. (Me acabo de despistar momentáneamente gracias al cambio radical con el que Spotify ha decidido obsequierme, de Love of lesbian a un puñetero anuncio de Rasel. Todo muy OC. Ya he vuelto)  Total, que no sé en qué momento de mi desvarío nocturo se me ha ocurrido visitar estos rincones de internet. Ni siquiera sé qué quería plasmar. Todo y nada, como siempre, supongo. Todo y nada, en lo que pienso. Que en realidad son muchas cosas pero podrían desaparecer siempre y cuando yo quisiese, y tal vez ese sea mi problema, que cuando quiero no me apetece, y cuando debo no quiero. 
Hace poco leí en twitter, que toda cabrón tiene una historia detrás. Y sinceramente creo que hacía mucho que no leía en esa red social nada más cierto. Yo tengo un pasado, como todo el mundo. También he sido muchas primeras impresiones, y gracias al karma, segundas más acertadas. He fallado sin quererlo, y me han fallado a veces. (me) He perdonado más tarde de lo que debería y he perdido a demasiadas personas. Y me gustaría convencerme de que no es tarde, de que siempre hay un camino a Neverland... Pero ¿qué córcholis? Algunos caminos tienen puentes derruidos, y yo soy arquitecta, por mucha lsp no puedo sacar un puente de mi bolso, y dado que tampoco soy David Meca, no pienso cruzarme el estrecho de Gibraltar a nado arriesgándome a que se me corra el rimmel y no precisamente por el agua del mar. Porque el pasado forma parte de nuestra vida, fomenta nuestra parte cabrona, pero también nuestra parte soñadora, nuestra parte optimista... En realidad "nuestra parte más nuestra" en sí.
No sé si será el ambiente de Valladolid, o mi pasado, pero cada vez me sorprendo más a mi misma con cosas que nunca me había imaginado capaz de hacer. ¿Yo pintando por placer? ¿Yo vacilando con gracia? ¿Yo siendo una borde integral sin ningún tipo de sentimiento visualizable? ¿Yo echando de menos a gente que nunca imaginé quisiera volverles a sonreír? ¿Yo encerrada toda una semana en mi habitación sin salir ni un solo día (bueno, solo uno, para comprar un bolso precioso)únicamente para ir a clase? ¿Yo sin ir durante toda una semana en converse? ¿Yo decidiendo que basta de petardos y petardadas? ¿Yo, no huyendo, sino avanzando hacia mi propia felicidad?
"Madurez es saber quién eres y lo que quieres. Sin más" (leída aquí por casualidad) Y tal vez sea otra de las cosas más ciertas que últimamente he tenido en mente. Nunca he querido ser mayor, ni dejar atrás a Peter Pan, es bonito darte cuenta de eso, de que sin saberlo tal vez seas algo más madura de lo que el resto del mundo puede y quiere ver. Que poco a poco voy sabiendo quién soy, y lo que quiero. Y hoy, Principita quiere ser arquitecta. Quiere viajar. Quiere descubrir el mundo y conocer a toda esa gente que espera a la vuelta de la esquina. Quiere decir adiós cuando se haga necesario, y poder decir hola sin que nadie se lo reproche. Quiere ser ella, ser la naranja entera. Quiere, a riesgo de sonar repetitiva, menos petardos y menos petardadas. Más nueces y menos ruido. 

 Y la verdad es que no dejo que me quiera, y solo quiero que me abracen.  A veces, ni eso.

P.D.: Si pudieseis viajar a cualquier parte del mundo, absolutamente cualquier rincón por perdido, remoto, lejano, grande o pequeño que pueda ser... ¿Cuál elegiríais? (: 
Besos nocturnos de buenos días a quien me lea.

martes, 8 de enero de 2013

Uñas negras, bigotes rosas.

Vuelta a la universidad, a las obligaciones (eso no creo que haya desaparecido never, sinceramente). Regresar a los madrugones, a las carreras hacia el bus, a rezar porque no llegue una ráfaga de aire traincionero en medio del puente de Isabel la Católica y nos ponga a mi carpeta de A1 y a mí a hacer parapente. Otra vez el estrés, las fechas límite, las aburridas clases...
Pero es momento de reencuentros, de abrazos, de cotilleos, de charletas destrangis en las horas de historia. Toca eso de keep histérica y estudiar arquitectura.
Se presenta un mes que promete ser... interesante (asqueroso totalmente, vamos). Pero bueno, no queda otra que seguir adelante, y ponerse unas buenas coderas para no hacerse mucho daño.
Son las tres de la mañana, yo sin sueño, con mil entregas acumuladas... pero con la ropa de mañana ya preparada, eso que no falle.
Y bueno, ¿qué decir si los pocos que leeréis esto sabéis quién y más o menos cómo soy? Sabéis que estudio arquitortura, que dormir no entra en mi lenguaje. Creo que por hoy ya no puedo más, me escuecen los ojitos del sueño (oh, cruel debilidad...) pero toca aguantar un poquito más porque tengo las uñas recién pintadas, fondo negro, bigote rosa. Para empezar con optimismo el lumartes. Ni siquiera sé cómo he conseguido tener la suficiente paciencia para repetirle mil veces hasta que ha quedado medio decente... Años y años de práctica, demasiados ejercicios de calma y respirar pausadamente contando hasta diez como para que mi paciencia me abandone ahora. Tendría mil motivos para quedarme mañana en la camita, arropada hasta la barbilla... pero ¿sabéis qué? aún me queda mucha paciencia y muchas ganas de seguir adelante.
Buenas y desvariadas noches.
Andd-
Tres entradas seguidas en pocos días, poco usual, la verdad. Espero mantenerlo. Dentro de poco esto empezará a parecer el diario online de Jenna Jameson en Awkward.




Estuve en Londres, Buenos Aires, México, me bañé en el Sena, y sí, vuelvo con la conclusión: en todos esos cielos brilla igual nuestra luna llena, y tú sigues siendo la mejor.
Todo se olvida bailando.

domingo, 6 de enero de 2013

Adorables gatos negros.

Una vez creí conocerla...
No confiaba en los cuentos de hadas, ni en las historias de princesas, pero ella se empeñaba en escribirlos. Le tenía miedo a sufrir, pero no temía a disfrutar la vida, lo que le asustaba eran las personas. Había de muchos tipos, pero todas, absolutamente todas, le terminaban por hacer daño. Le gustaba vivir, pero le daban pánico las personas. Al fin y al cabo todas mentían tarde o temprano, y lo más increíble es que nadie lo llamaba mentir, todos lo camuflaban con mil y un nombres diferentes y alejados del a realidad. Nunca decía te quiero, ni se lo creía cuando se lo susurraban. Le gustaba asumir riesgos, siempre y cuando solamente le implicasen a ella. Nunca, jamás, se dejaba caer esperando a que nadie la recogiese, sino que llevaba un paquete de tiritas en el bolso y se levantaba solita.
Creí conocerla... Pero un día empezó a soñar con príncipes azules, verdes, naranjas... Comenzó a dibujar hadas, mariposas y corazones en las esquinas de sus apuntes. Inició un camino hacia la confianza ciega en el mundo... Se olvidó las tiritas en el otro bolso.
Y dejé de conocerla. Pero empecé a conocerme.
A escuchar los cuentos de hadas y reírme. A sufrir y reírme más. A no decir te quiero nunca más. A no besar sapos. A ser yo. O ser la ella de siempre. O... ¿quién sabe?
Porque me di cuenta que nunca llegué a conocerla antes de que se marchase, y estoy ciegamente segura de que ni siquiera ella alcanzó a comprenderse a sí misma.
Y se fue. Regresó con la maleta cambiada. Y siguió viviendo su vida siendo una completa desconocida para el mundo y para si misma, cuyo número favorito era el 13 y los gatos negros, adorables.
En las últimas noticias que recibí suyas, me contaba que se había enfrascado en el interminable e infinito mundo de la arquitectura, que la música seguía siendo su droga, y que era feliz.
Por cierto, si queréis saber como continúa la historia... Sigo sin entenderla.


Feliz noche de reyes.








No llegaré a conocerme jamás, pero es curiosamente interesante.


jueves, 3 de enero de 2013

13

Dos años, ya son dos años.
El tiempo no corre, vuela. Han pasado dos años desde que mi desvariadora cabecita me plantease el reto de desahogarme en un blog, siempre he sido muy fan del papel y boli de toda la vida, pero esto empezó a ser muy divertido y personalizable.
Al principio clandestino, oculto, INVISIBLE. Pequeños conocidos fueron volviéndose amigos y aparcando sus miradas en este sitio, luego fue llegando otra gente, desconocidos, a los que sigo sin entender por qué les gustaba leerme (o algo del sitio, porque sino no me explico tantas visitas), tal vez lo suyo también fuese curiosidad. Después empezó a llegar otra gente, que en tiempos pasados fue parte de la inspiración, y en la actualidad se reducen a nada, a buenos recuerdos más bien.
Dos años de evolución, de avanzar, de reinventarse o morir. Dos años de demasiados momentos, unos buenos, que no cambiaría por nada del mundo, y luego los malos, que seguramente tampoco les cambiaría porque me han llevado a ser quien soy y me encuentro bastante orgullosa de donde he llegado.
Hace dos años y un día, exactamente. Dos años y un día que todo en mi vida cambió, y no hablo del blog, aunque "fechísticamente" hablando sí, sino fuera mirándolo aquí probablemente ni me recordaría. Alguien dejó de creer en los cuentos de hadas y se pasó a otros géneros. Dos años... Se me han pasado demasiado rápido la verdad... Quién volviese a estar de nuevo empezando bachillerato, sin cambiar lo vivido, pero alejando todo lo posible la tortura universitaria. Han sido tantos momentos. CAMBIOS, CAMBIOS, CAMBIOS. Más o menos eso lo resume todo. Londres, nuevos amigos, verano, fiestas, fallos, alegrías, torturas pre y selectivitanas, Italia, verano, acampadas, sueños, risas, canciones, fiestas, sorpresas, Valladolid, LOS GRANDES CAMBIOS, nueva gente, maravillosos descubrimientos. . . DEMASIADOS MOMENTOS, la verdad, y pensando en cualquiera de ellos se me escapa una sonrisa.
He cambiado mucho en dos años, ahora huyo de abrazos y no se me ha vuelto a escapar ningún te quiero, estudio arquitectura ¿dónde quedaron esas ideas de Periodismo? A saber. Sigo pintándome las uñas de mil colores, siendo indecisa, comprando compulsivamente... La misma, pero distinta. Hasta estoy aprendiendo a ser un poquitín borde (eso igual sea por el aire de Pucela, está por analizar).
Y bueno, ¿año nuevo vida nueva? I don't think so. Año nuevo, calendario nuevo, aventuras nuevas, gente nueva... Pero no vida, porque todo lo pasado es parte de ella, y nos hace quien somos... Y personalmente, en dos años he aprendido que se cambia un montón, pero no de un día para otro. Los hechos de un día en concreto desencadenan un montón de piezas de domino cayendo y dibujando nuevas formas, pero nada se crea de un 31 a un 32 de diciembre, ni de un 12 a un 13 (Que por cierto, es un número que me encanta)
Y bueno, aún no sé si publicaré en twitter, dado que mi padre también ha descubierto mi perfil ahí, y se empieza a convertir en mi stalker. Bueno, si llegas aquí también... hola, por decir algo -.-
En fin, si has llegado hasta aquí (y no eres mi padre, el cual no debería estar leyendo esto) FELIZ AÑO :)


Ya llevo un año sin engancharme a nadie, si nadie, sin hacer daño, ni sentir nada especial. (un año, jajaj,sí, por lo menos desde el año pasado JAJAJAJAOC)

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