Me hace mucha gracia cuando alguien no lo entiende (gracia, pues por decir algo). Es curioso, hay gente que de verdad piensa en aferrarse a un clavo ardiendo con total de tener a alguien a quien abrazar por las noches y contarle sus penas. Y eso me da pena a mí. Las personas deberían elegir estar con quien pueden ser ellos mismos. Y, amigo, si no sabes ser tú mismo estando solo, no podrás serlo estando con nadie.
O eso creo yo. Que tampoco sé nada de la vida y pareceré aquí una patética del tres al cuarto que intenta autocomplacerse convenciéndose de lo mucho que le gusta la soledad.
No sé. Pero a mí me gusta más la soledad que muuuchas personas. Aunque eso no quiere decir que carezca de personas que me gusten cuando no necesito estar sola. Es curioso yo cuando estoy con mucha gente, necesito soledad, y en cambio hay personas que cuando pasan "más rato de la (su) cuenta solas", necesitan desesperadamente compañía.
Qué cóncholes, me gusta la soledad, no necesito compararla con nadie. (No quiero decir con esto, que no me guste estar acompañada de las personas a las que tengo cariño, que luego todos se confunden y Andrea es una piedra que no soporta a nadie y va vivir en una cueva toda su vida haciendo fuego con piedras y sin saber nada del mundo).
No he sido nunca una persona con autoestima, ni contenta conmigo misma ni esas mierdas que debería hacer todo el mundo. Pero cuando estoy sola, nadie me juzga, nadie me respira fuerte...
Igual la clave en esta vida es encontrar a alguien que sea aún mejor que estar solo, y no alguien para dejar de estarlo.
Y qué narices, por una vez yo me entiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario