martes, 6 de mayo de 2014

Gato encerrado.

La curiosidad no mató al gato, lo mataron por ser curioso. Pero es más fácil que las culpas las asuma la curiosidad a los que apalearon al pobre gato por no conformarse con lo que le decían. 
Y así con todo. En el mundo parece que aumenta la alergia a la culpa y la responsabilidad, a todas las escalas posibles. Comodidad por encima de principios. 
Y ¿qué son los principios? ¿a qué los estamos reduciendo? ¿La "curiosidad" ha matado al gato o lo tiene encerrado dándole principios de comer? 
Cada vez lo tengo menos claro. Pero si no abrimos la caja jamás sabremos si el gato respira, ha estirado la pata, por qué lo encerraron o si Schrödinger nos vacila y no metió ningún minino dentro de esa caja imaginaria pero nos ha tenido todo este tiempo absortos de las cosas importantes por pensar en un puto gato. 



Dejadme, que si no me entiendo ni yo, como para saber explicarme.

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