domingo, 27 de abril de 2014

Take me home.

Es más fácil convencer a la gente de que no te gustan los abrazos a explicarles ( y que lo entiendan) que en realidad te gustan, pero que solo cuando las personas a las que abrazas en el momento en que estás en sus brazos, te hacen sentir que estás en casa.
En casa, como cuando eres pequeño y nada malo te puede pasar, por unos milisegundos nada ni nadie puede pillarte. En casa, como las tardes de domingo cuando llueve y hace frío, pero nada malo existe porque tú estás en tu habitación de toda la vida, y sabes que a un sexto piso a las cosas malas los domingos por la tarde les da pereza subir. En casa, como cuando sientes que conoces a alguien de toda la vida, aunque en realidad acaben de entrar en ella. En casa, como las navidades junto a una chimenea. En casa, como si fueras invisible, caballito blanco, o cualquier cosa.
Pocas personas son como estar en casa, y muchas menos saben dar abrazos de estar en casa. Y muchas menos saben que saben hacerlo. Y esas personas a veces son un buen amigo, y a veces son un desconocido que simplemente te hace sentir cómoda cuando te abraza.
Poca gente entiende que no me gusten los abrazos, pero creo que nadie entiende que en realidad sí que me gustan, en qué momentos y por qué.
Y en realidad nadie sabe que yo, ahora, necesito uno.
Y mucha gente me daría un abrazo, a la gente normal le gusta dar abrazos, pero ni yo entiendo por qué los desprecio. Mucha gente puede leerme, y tomarse como algo personal que no me guste abrazarlos, pero me conocen, y creo que se han acostumbrado a mis rarezas.
Pero lo que yo necesito, es estar en casa. Tranquila. Dejar de tener miedo. Y creo que en realidad eso nadie puede arreglarlo.
Quizás ni siquiera yo misma.

2 comentarios:

  1. En casa... Yo aún no he encontrado a nadie que me haga sentir así con un abrazo.

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  2. ¿Nunca has abrazado a nadie y te ha hecho sentirte realmente bien? Oh, a mí me pasa poco, pero creo que por eso valoro mucho mucho los buenos abrazos de verdad y esas cosas.
    Pero seguro, segurísimo, que conoces a alguien que sabe dar casa-abrazos y no lo sabes. Y esa persona tampoco. Mucha mucha suerte, por que creo que todo el mundo se merece un par de abrazos de verdad de vez en cuando.

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