Muchas personas sabias me han enseñado todo esto y más: amigos, familia, escritores, filósofos... me permito citar a aquellos que a muchos os sonarán. Con Shakespeare descubrí que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir; con Aristóteles que la felicidad llega cuando menos la esperas. Borges dijo en una ocasión que el mayor de los pecados era no ser feliz, Lincoln que las personas son todo lo felices que ellas quieran, Erasmo de Rotterdam nos mostró que la esencia de la felicidad consiste en aceptarnos tal y como somos... y un amigo me dijo que las cosas hay que tomarlas con humor, vivir más y quejarse menos, que la vida ya da bastantes hostias ella solita. Y, ¡cuánta razón lleva!
Y gracias a toda esa gente que me ha marcado, en mayor o menor medida, yo he decidido vivir cada día sin olvidarme mi mayor meta en esta
Salta aunque nadie te comprenda.
Por primera vez sabes que esto no es un sueño,
ahora estamos despiertos,
este es nuestro momento (:
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