miércoles, 11 de junio de 2014

Suficiente.

¿Sabes esas veces en que no tienes ganas de nada que no sea dormir, escribir y si eso soltar un par de lagrimillas? De impotencia, de desesperación, de agobio. De ver que no puedes, que igual esto no es para ti. Quizás la equivocada siempre has sido tú y no los que no te veían capaz de esto. Sí, has llegado hasta aquí, no está mal, muchos se rindieron antes. No, bueno, no se rindieron, recapacitaron. Y tú has llegado hasta aquí, y te dirán que es bastante, pero para ti no es suficiente; pero el problema está cuando TÚ NO ERES SUFICIENTE.
Porque tus diecinueve años de vida se han resumido a mucha suerte y a la memoria bajo presión. A amigos con suerte apostando a los temas que caerían y con mentes prodigiosas capaces de contarte un bloque temático en diez minutos y conseguir que se te quede a ti también.
Suerte, azar... Que nosotros elegimos, pero dependemos de lo que eligen los demás. Y la suerte no es azar, la suerte es cuando las decisiones de los demás son propicias para las tuyas propias.
No sé. No me entiendo. Soy una puñetera montaña rusa que por cada subida horrorosa tiene una bajada fugaz de medio segundo de ser feliz, y generalmente esos medios segundos de ser feliz son personas que nos dan suerte, que sus decisiones nos hacen felices cuando no somos capaces de serlo por nosotros mismos.
No soy una persona feliz, pero bueno, tengo momentos felices, a veces eso es importante.
Qué vivan los idiotas que nos hacen reír, que vivan por muchos años, porque sin ellos, estaríamos aún más perdidos de lo que estamos.
No se puede salvar una asignatura en la noche de antes, igual que no se puede arreglar una vida en un par de decisiones. Pero nunca vienen mal un par de canciones que nos hagan olvidarnos de esa asignatura, de la vida, y de todas nuestras mierdas.
Que a veces todo lo que necesitamos es tumbarnos en una cama, en total oscuridad y con unos cascos sonando a todo volumen. Y no somos felices, pero tampoco nos acordamos por un instante de ese hecho, y quizás todo sea cuestión de eso, de olvidar durante mucho tiempo que no eres feliz, hasta que dejes de estar triste por no estar feliz. Y simplemente te limitas a estar ausente. No, creo que eso tampoco es ser feliz. Olvidarte a propósito de que no lo eres no funciona.
¿Pero funciona algo? Yo creo que en mí nada funciona. "Oh Andrea la exagerada teatrera" Bueno, lo que queráis. Pero que no, que algo no funciona.
¿Se puede ser feliz? ¿Lo sois?
¡Jo! Que no, que me entiendo pero no me entiendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^