lunes, 16 de junio de 2014

Con-razón y corazón.

Hacer lo de siempre pero como nunca, todo se resume a eso. La gente se casa de rutinas, normal, pero cuando tienes a las mejores personas del mundo a tu alrededor, nada es normal ni lo de siempre se convierte en rutina.
Echo de menos esos días (que en los últimos veranos no fueron días numerosos) de lo de siempre con gente que conoces de poco, pero mucho. No creo que los amigos sean aquellos que conoces desde que eres pequeño, sino aquellos que realmente han estado ahí cuando querías ser tan minúsculo como para desaparecer.
Los amigos no son los que te ven crecer, son los que te hacen crecer; aquellos con los que aprendes y a los que realmente dejas verte cuando eres muy muy pequeño, cuando eres nada. 
Supongo que hay gente afortunada que además de este tipo de amigos, tiene los de toda la vida, y aunque imagino lo bonito que debe ser, jamás podría cambiar eso por lo que tengo. 
La universidad, jo, lo mucho que le debo, a pesar de las noches sin dormir, las horas llorando a oscuras por no poder más y el resto de malos momentos, que para qué negarnos, son muchos. Pero sin duda, tengo lo mejor de Valladolid gracias a ella, gente que llegó exactamente el primer día en esa ciudad y personas que han ido apareciendo a lo largo de estos dos años. Ay, UVa, lo mucho que te debo además del vino.
El instituto, también. Fue una etapa de cambios, cambios muy duros, jope que hasta incluso me rompieron ¡A MÍ! un poquito ese corazón que a veces parezco no tener. Y sin duda, no habría sacado esos dos años con los ánimos que tuve hasta el último día si no hubiese tenido a mí lado a la gente maravillosa que ojalá hubiese conocido antes y que ojalá espero tener muchos años a mí lado. Aunque últimamente no les vea, les echo de menos, y como soy idiota no se lo digo. Ay, que me pongo melancólica. 
Se me da muy mal mantener cosas, soy muy caos, un desastre ¡menuda sorpresa! Pero si la "relación" más larga que he conseguido mantener no pasó de un par de meses, y los amigos más antiguos que tengo los conozco desde hace cuatro años. Y bueno ¡qué amigos! de verdad, que son muy grandes, enormes. Los nuevos, y los algo más veteranos. Sinceramente os admiro por aguantarme, porque no hay otra palabra. Me aguantáis y nadie me va a discutir eso, que a pesada no me gana nadie. 
Y no leeréis esto, y mejor, porque jopetis, menuda vergüenza, yo aquí mostrando sentimientos. 
Puf, quita, que el otro día le conté a una de las personas que más me conocen que había escrito algo fuera de mi línea deprimente y negativista y aún sigue intentando que lo publique o se lo enseñe. (Creo que lo hace para comprobar que realmente es verdad y que en el fondo tengo corazoncito y esas puaj cosas)
En fin, que esto carece de coherencia, cohesión y lógica, pero he intentado poner un poquito de corazón. Y ya se sabe que esas cosas no tienen por qué ir de la mano. 
A veces está bien escribir con-razón y corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^