domingo, 12 de febrero de 2012

Dime que no puedo hacerlo y tendré una razón más para intentarlo.

Esto es una carta a todas las personas que jamás la leerán. A los amigos que aparentaban serlo; a los que, simplemente, dejaron de serlo y cambiaron de papeles (o yo cambié de guión, todo influye, supongo); a los amores pasados, los que dejan cicatrices y los que tan solo evocan sonrisas al recordarlos. A las personas falsas, y a los que son sinceros a más no poder (me caen mejor, hay que decirlo). Los que te usan de accesorio y se cansan cuando la moda pasa pero te recogen de donde te habían olvidado cuando alguien te incluye en su maleta de imprescindibles. Los que te dan una de cal y otra de arena, y los que simplemente dan patadas. A los que de pequeña me veían como un buen objetivo para sus flechas y burlas, y a los que ahora lo siguen intentando.

Todos vosotros, y aquellos que no haya nombrado (total, dudo que os enteréis). Os sonará raro, sí, no lo dudo. Pero tenía que deciros que muchas gracias por hacerme crecer, porque a todos nos toca por las buenas o por las malas. Y yo me centré en las malas y he madurado a golpes en este frío invierno, así como en el marrón otoño o el ya lejano verano que fue precedido por una bonita primavera londinense. Sois vosotros, los que me insultabais a las espaldas y en mi presencia solo teníais buenas palabras; vosotros los que como yo creísteis que mi paciencia era infinita y se daba la mano con mi imbecilidad; vosotros los que os habéis acostumbrado a contar con mi mano por mucho que me hayas hundido bien antes y sobre mí hayas depositado capas y capas de escombros… Todos vosotros, sois demasiados. Gracias, gracias, gracias. Porque yo por el camino bueno he demostrado no aprender, y por el malo, aunque despacio y a duras penas, lo he hecho.

Hoy sonrío, soy FELIZ, en mi diccionario la palabra odio no existe, así como muchas de vuestras caras en mi lista mental de gente importante/imprescindible. Gracias porque sin vosotros no sería lo que soy… Probablemente sería egoísta y no me preocupara de los demás tanto como suelo, sí… Me habría ahorrado unos cuantos problemillas y muchas más ralladas de cabeza.

De pequeña aprendí que la soledad me gustaba y mucho más compartirla con los libros, pero que vivir con eso me dejaría miope perdida. Aprendí a valorar la amistad, a los que ven más allá de lo que cuentan y buscan antes de juzgar, a los que me han enseñado a ser como soy y he sido, sin ser como era. Qué paranoia, la verdad. Sí, soy yo, la de siempre, la que antes ayuda a un amigo que a sí misma, pero la que ya no se deja engañar e incluso poco a poco va aprendiendo a colar alguna mentirijilla aunque sea piadosa.

Gracias, gracias, gracias. Porque sin vosotros no tendría la gran suerte que tengo, la que se encuentra a mi lado día a día, los que me sacan sonrisas con una sola frase, o con una sola llamada al acordarse de mí en medio del concierto de su grupo favorito con una canción ideal y la frase perfecta, los que me hacen reír hasta que me cueste respirar y los que no me llaman tonta sino que se quedan a mi lado mientras llore y mientras ría, contra viento y marea, que en los malos tiempos te recuerdan los felices y pasados y te hacen ver que vendrán mejores, que Italia está ahí entre muchas nubes y exámenes, que confían en mí incluso más que yo misma y siempre saben cuando recordarme mis sueños para darme ese empujoncito que a veces necesitamos, y por supuesto en buenos tiempos te ponen las rodilleras y cascos necesarios porque saben que tu felicidad es más inestable que el ununoctio. Los que me conocen y no se aprovechan de ello, los que no me conocen y lo intentan (comprenderme, me refiero) con todas sus fuerzas. Los que me quieren y a los que indudablemente quiero, adoro y necesito. Vosotros que nunca leeréis esto, porque ni sabéis que existe, muchas gracias por haberme llevado a valorar la ausencia valor de la amistad y de un ‘’te quiero’’ explícito , que solo es sincero entre verdaderos amigos y que por tanto ni es necesario pronunciar. Gracias, porque nunca habría apreciado la importancia de no estar sola si hubiera seguido estando rodeada de tanta gente indiferente hacia mi existencia.

GraciaJAJAJAJAJA ¿En serio, os creéis que estoy tan agradecida? Venga, hombre. Tal vez un poco, pero no os merecéis nada, ni un pin, ni una chapita, como mucho un aplauso, pero solo si es con una dura y pesada silla y en vuestra odiosa cara.

Esta carta cuyos destinatarios no leerán, pero si el resto de aludidos e imprescindibles en mi vida, pretende mostrar la importancia de valorarse a uno mismo, aunque a veces necesitemos que alguien venga a decirte: ¡venga, tú puedes! Porque muchas veces dependerás de alguien capaz de sostenerte y darte un abrazo que signifique más que mil palabras, y si has sabido lo que es carecer de ello, lo aprecias aún más.

Así que las únicas gracias verdaderas que incluye esta carta son a los imprescindibles en mi vida, por mucho que prometa no tener de eso. Porque al mundo venimos solos, y nos vamos solos. Pero nadie muere nunca del todo, mientras quede alguien que conserve algún recuerdo nuestro. Gracias de verdad, indudablemente, porque no lo digo muy a menudo, pero sin vosotros… No sería yo.





Sí estás leyendo esto te habrás identificado indudablemente en un bando de los dos, esta canción creo que alude perfectamente a los que no hayan llegado hasta aquí, así que como sois vosotros, los de verdad, solo puedo decir que os guste :) TS.


Someday I'll be big enough so you can't hit me
and all you're ever gonna be is mean...
And a liar, and pathetic, and alone in life
and MEAN.

2 comentarios:

  1. Asdfghjklññññ *.* Muero de hamor.

    No, en serio, que me ha encantado esta entrada. Ya es costumbre, claro, pero es que esta vez, petardilla que corretea por el culebrón que es su vida, te has superado. Demasiado me identifico contigo, demasiadas metáforas parecen propias de mí (ununoctio, seriously? Love it ^^)y demasiadas verdades sueltas sobre este mundo que tan "bonito" resulta a los diecisiete.

    Poco más ya, creo (Y espero!) estar en el bando bueno, que dure mucho tiempo ;)

    ResponderEliminar
  2. Hamor! Me encanta esa palabra PUAJAJAJAJA :)
    Muchísimas gracias, infinitas gracias. A los diecisiete, y por desgracia, cada vez más cerca de los dieciocho. ¡AY MADRE!
    Tú?? En el bando bueno?! jajajajja no sé ni cómo has sido capaz de llegar hasta el finaJAJAJAJESBROMAA por supuesto que estás en el Bando de los guays y entre los puestos más importantes :) Porque probablemente sin ti y sin unos cuantos petardillos más que siempre estáis ahí para recordarme mis sueños no estaríamos en esta página, y como ya he dicho, no sería yo.
    :)

    ResponderEliminar

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^