lunes, 16 de mayo de 2011

Bienvenidos a mi tonta vida...

Hice algún giro equivocado, tomé malas decisiones... No lo sé ni yo. Hoy es uno de esos días en los que te chocas de golpe con la realidad, una realidad que sabes que ha estado siempre delante pero que sueles esquivar para no hacerte daño. O será que no piensas en ella y la atraviesas sin dolor... hasta que tienes demasiado tiempo libre que deberías aprovechar en estudiar y te da por pensar... En la idiotez del género humano tal vez, en la manía que tenemos de equivocarnos, o lo mucho que nos cuesta escuchar a nuestros amigos, a aquellos que dan consejos que quisiéramos ignorar y que a veces lo hacemos aunque nos demos el golpe. Pero ellos están ahí, al otro lado de la pantalla, o del teléfono, o directamente en frente nuestro, escuchándonos y dándonos el abrazo que a veces es tan visiblemente necesario y también el que no nos atrevemos a mostrar que necesitamos. Eso les distingue del resto, los buenos amigos que entienden tu silencio y con los que estar sin decir nada no resulta incómodo, porque a veces sobran las palabras, los que no te preguntan si estás bien y pasan directamente al qué te pasa, se preocupan por ti aunque tus problemas en realidad sean grandes tonterías para el resto del mundo, saben cuando necesitas un abrazo o una sonrisa, saben hacerte sonreír y secarte las lágrimas, y conocen tus preocupaciones sin tener que preguntarte, sólo con observarte una milésima de segundo son capaces de imaginar una historia casi detallada. Los que nunca fallan y que enseguida se olvidan de si les fallaste a ellos.
 Y sí, piensas en alguna ocasión en la que omitiste sus consejos y la cosa no fue ni tan mal como ellos esperaban ni tan bien como en su momento creíste que querías que fuera. Pero luego ves todas esas veces en las que tuvieron razón y a pesar de todo no dejaron de apoyarte. Y te arrepientes de ser tan tremendamente idiota, o quizás no idiota sino confusa, de no saber lo que quieres o tal vez sí saberlo pero no querer admitirlo. Porque los errores duelen, las caídas dejan cicatrices y las lágrimas empapan los recuerdos. Y a pesar de ello aprendes a huir de la realidad que te rodea, a ver sólo lo bueno y a reírte en la cara de la ironía de ver reírse a la tristeza, y a dejar que tu vida se vuelva un cúmulo de situaciones que aunque te gusten en ocasiones no entiendes ni tú misma. Pero cuando la risa se acaba toca pensar... y eso no nos gusta tanto porque puede llegar a doler aunque sólo sea ligeramente. Y decides seguir adelante un día más, que apunta a ser un lunes penoso...
Muchas gracias por esas más de mil cien visitas, cuando empecé con este pequeño sueño nunca esperé llegar tan siquiera a las cien. Y ni que decir tiene que gracias a vosotros que leéis esto y que espero que os hayáis dado por aludidos (y también a los que no lo leen pero en los que pensaba al escribirlo).





Made a wrong turn once or twice
Dug my way out blood and fire.
Bad decisions that’s alright
Welcome to my silly life!

Gracias por acompañarme a estar sola, arrancarme sonrisas y secar lágrimas. 












Why do I do that?





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