martes, 2 de octubre de 2012

Camarero, una de mimos.

Día ñoño número dos (o más, no lo recuerdo).
Prometí una entrada a la italiana (que a medias sigue), prometí una entrada de despedida de la minoría de edad (que ni empecé), una de mayor de edad y adulta responsable (a la que le falten años para salir a la luz sin duda), una de conductora novel, una de universitaria, una de postfiestas awesomedarias.... Prometí serme fiel, prometí no dejar que nadie me hiciera sentirme mal nunca más, prometí salir adelante sin importar cuántas cosas se me vinieran encima, prometí no rayarme por nada ni nadie... Prometí no volver la vista atrás, y no dejar que mis pasos temblaran, y juré y perjuré que nada cambiaría, que nadie me cambiaría, y sin quererlo me he cambiado a mí sola.
Prometí tantas cosas que me perdí entre tanta palabrería... Han cambiado muchas cosas en muy poco tiempo, me he encontrado a mi misma, o a la yo que se muere de ganas por sentirse universitaria. Me he encontrado nuevas amistades, y sin querer me he ido alejando con el tiempo y los años de otras que pensé que durarían siglos. Me he sorprendido, me lo he pasado como una enana y he disfrutado de unas novatadas tan increíbles que dudo que mucha gente pueda presumir tan orgullosa como yo me permito. Me he dado cuenta de lo efímero que es todo y me he prometido que se acabaron las promesas.
Se acabó.
No merecen la pena, posponemos nuestra vida sin darnos cuenta de que el momento es efímero, que se va, que no espera, y que si nos despistamos será demasiado tarde para alcanzarle, como si de un autobusero borde en hora punta se tratase.
Y si me quiero poner ñoña, pues me pongo ñoña, que hacía mucho tiempo que no me permitía echar de menos un abrazo y unas palabras surgidas de la nada que arranquen sonrisas inesperadas y necesitadas. Hacía demasiado tiempo que me había prometido encerrarme en una coraza donde la melancolía era una droga dura y prohibida. Y me he dado cuenta de que en la vida hay que saber disfrutar de todo en su justa medida, crecer es duro,pero quedarse estancado te acaba ahogando.
No voy a releer estas lineas, me estoy sintiendo incongruente hasta el extremo. Pero si alguien lo lee, por azar, milagro, suerte, birlibirloque o brujería... Aquí se necesitan abrazos.
Camarero, una de mimos, doble, o triple... Porfa.





Hoy me perdí en mil recuerdos que no dejan dormir. 
¡Cuánto veneno!
Para sonreír son malos tiempos, otoño ya está aquí...







¿DÓNDE COÑO TE ESCONDES FELICIDAD?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^