lunes, 20 de abril de 2015

Importancia.

Estamos programados para que nos afecten las cosas, y tenemos una parte que intentará culpar de ello al resto del mundo, no para intentar ser mejores, sino para convencernos de que otro actuó mal.
Y no nos damos cuenta de que cuando algo te afecta solo hay un culpable universal y único, nosotros mismos. Cuando algo te duele es como cuando algo te hace feliz, eres tú dando la importancia que consideras a lo que sucede.
Cuando algo te hace feliz, dices "oh, mira, tal es genial porque ha hecho esto y me encanta".
Cuando algo te hace daño, dices "oh, mira, tal es imbécil porque ha hecho esto otro y me duele".
Y así todo parece más fácil, porque darte cuenta de que el culpable eres tú mismo por ceder ese poder  a otro añadiéndolo como una incógnita más a la ecuación sabiendo que terminarías quejándote por no poder resolverla... es demasiado, revelador.
Te das cuenta de cuántas cosas te importan cuando te dijiste que no lo harían, ves que recriminárselo a otro no va a cambiar cómo te sientes ni cuánto te ha afectado, ni va a cambiar lo sucedido, ni vas a conseguir cambiarte a ti mismo.
Y así, niños, es como sigues echándote más cosas encima de las que puedes soportar; así es como noche tras noche tendrás mil cosas a las que dar vueltas cuando no puedes dormir; así es como pensarás que eres peor aun de lo que crees y que, sin lugar a dudas, no vales la pena.
Cuando lo que deberías pensar es que el único fallo y problema es haber dado demasiada importancia a algo que para otra persona no la hubiese tenido.
Aprende, Andrea.
Aprende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te ha gustado?



Compártelo ^^