jueves, 15 de marzo de 2012

Y de tanto ser un mas has perdido hasta los menos.

El motivo de esta carta es pedirte que no vuelvas.

Tal vez se deba a un exceso de física, o al abuso que estos días hago de canciones romanticonas. Creo que se debe más a lo primero. Pero he encontrado la metáfora perfecta para algunas situaciones de mi vida. Y es lo mas. Así, sin tilde. Y no, no es que me haya equivocado, sino que he estado demasiado tiempo en un movimiento armónico simple. Sí, sí. Tal vez no sepáis lo que es, así que lo explicaré de manera sencilla. Cogemos un muelle, y colgamos una carga de él. Alcanzará una cierta posición de equilibrio donde la tensión sea compensada por el peso y viceversa. Pero surge algo, que desencadena un cambio, llámalo x y z o lo que te parezca. Y la posición de equilibrio queda olvidada, porque la carga comienza a oscilar en cuanto se aleja del equilibrio. Elongación, así lo llaman a la separación del equilibrio. Pues bien, ciertas personas son eso, la máxima elongación, que se llama amplitud. Y durante un largo tiempo el dichoso muelle no ha parado quieto en el equilibrio, sino que por arte de birlibirloque cuando llegaba a la amplitud se parraba, descansaba, iba acumulando más y más tensión, y cuando la magia que lo sostenía desaparecía se precipitaba en la dirección opuesta, olvidándose del equilibrio y llegando de nuevo a la situación extrema contraria.

Y ahí es donde mi muelle está ahora, bueno, estaba. Porque yo me he hartado, he cogido la carga, he cortado el muelle, y he quemado todo. Las fotos que ayudaban a estudiarlo, los periodos, las frecuencias y las pulsaciones, los latidos que marcaban y los secretos que escondían. Y ya no existe equilibrio ni oscilación posible, no hay mas.
Ahora yo solo quiero menos, menos problemas, menos gilipollas, menos idioteces y menos parafernalias. Pues los mases les tengo ya hasta la saturación en física. Y no quiero amistades que precipiten hasta un equilibrio imaginario y que con calor se disuelvan y esten a la deriva, esperando cambios que solidifiquen todo de nuevo,
He borrado el historia, desconfigurado los proxy's y saltado al vacío. Asi, sin paracaídas ni idioteces, evitando los movimientos periódicos y saliendo de la simpleza y repeticiones de los mases.
Ahora no sé si caeré en una onda, o entraré cual electrón con velocidad en un campo magnético y me revolucionaré. Solo sé que el más que quiero va con tilde, y seguido de sonrisas, amigos y sinceridad. De pequeñas corrientes de agua fría y nueva, de vientos de todos los tipos, de montañas rusas llenas de loopings y de nuevas caras, nuevos besos (de esos especiales que te hacen cerrar los ojos y todo) y nuevos brazos que me rodeen y me sostengan.
No pretendo que nadie se de por aludido en especial, porque este esquema lo han seguido varias personas en mi vida, claro que unas más mas y otras menos mas, aunque si te sientes identificado, oye, tú sabrás que habrás hecho para sentirte mencionado. Espero que no se interprete como desamor, que aquí existe mucho egocéntrico con complejo de dejar locas enamoradas allá donde caminan, es más de desilusión y decepción, de desengaño ante hipócritas, mentirosos, interesados y demás familia, Solo decirte/os que sois más inútiles en mi vida que un menos a la derecha, que solo sirve para dar errores en la calculadora, que es aún peor que ser un cero a la izquierda.










El motivo de esta carta es pedirte que no vuelvas
 que se ha deshecho la tarta que se apagaron las velas









   Hoy es el día de la melancolemia de ahogar tu besos en quintos de cerveza siempre decías que querías ver lugares hoy estoy de acuerdo voy a empezar por lo bares. Y aunque tenga el corazón aun cerrado por las obras y aunque ultimamente vea el vaso siempre medio vacío te escribo está última carta amor mío.








Te pido que no vuelvas...

1 comentario:

  1. Genialísima a tope de power, petardilla.

    Que ya sabes que a mí un par de metáforas físico/químico/biológico/matemáticas me INDUCEN a adorar las cosas que las contienen, así que si encima están en tu blog, que ya de por sí mola...

    En fin, que lo parte pero mucho. Y que sí, que esos muelles hay que cortarlos, y quedarse nada más con esos tan bonitos que van cayendo lentamente por las escaleras y alegran un poco nuestras cada vez m.a.s. estresantes vidas ;)

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